«La Escuelita» de Neuquén: “Respondía con dificultad, hablaba quedado, porque lo habían torturado mucho»

La fiscalía terminó de presentar sus pruebas. A partir del 11 de agosto las defensas ofrecerán 5 testigos. Quieren peritar el avión de los traslados clandestinos.

La fiscalía federal presentó ayer los últimos testimonios de prueba para solicitar la condena de los 15 militares e integrantes de grupos de tarea acusados en este juicio por delitos de lesa humanidad. “Respondía con dificultad, hablaba quedado, porque lo habían torturado mucho. Era de Neuquén y compartimos cucheta”, declaró Rudy Omar Saiz, desde Buenos Aires, sobre Juan Carlos Schedan.

Con fluidez y desparpajo, el sobreviviente de “La Escuelita” de Bahía Blanca hasta le sacó una sonrisa a Oscar Lorenzo Reinhold, cuando se quejó ante el tribunal por la demora en producir justicia y condena.

“Es una vergüenza, declaré en 2011, hoy hace 11 años de aquella vez; la justicia es una vaca que pasta en la democracia (..) que los castigue el supremo, al menos pienso que se irán al fuego eterno”, dijo con amargura.

Fue secuestrado en Tres Arroyos el 7 de julio de 1976 y después de la picana, al día siguiente, fue depositado en la misma litera en la que Schedan -secuestrado en Neuquén el 11 de junio- estaba atado y tabicado. “Al menos estuvo allí hasta el 2 de agosto; ese día me trasladaron a Mar del Plata y no supe más”, sostuvo.

Le prometió a Schedan que enviaría una carta para que su familia denunciara ante la OEA y los partidos políticos las atrocidades del gobierno dictatorial en los centros clandestinos. Dijo que envió esa carta en septiembre de 1976  (con remitente anónimo) a Leguizamón 30, de esta capital. Schedan sigue desaparecido.

«Declaré en 2011, hoy hace 11 años de aquella vez; la justicia es una vaca que pasta en democracia».

Rudy Omar Saiz

La sala de audiencias desbordó luego en aplausos por el testimonio de Alicia Partnoy, desde la embajada de Estados Unidos. Estuvo cautiva 105 días en “La Escuelita” de Bahía y antes que la llevaran a la cárcel de Floresta y Devoto, fue testigo del nacimiento del hijo de Graciela Romero y Raúl Metz, secuestrados en Cutral Co, recordó ayer.

La apropiación del bebé y la desaparición del matrimonio se juzgaron en Bahía. Partnoy describió cómo operaba el centro clandestino y la tortura, los grupos de carceleros que rotaban cada 2 meses y los guardias que llegaban de Neuquén. Habló con detalle la edificación que fue demolida hasta sus cimientos para reaseguro de impunidad.


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