Argentina tiene su primer santo: San Brochero

En un evento histórico, el papa Francisco canonizó a José Gabriel del Rosario Brochero, al “pastor con olor a oveja”. En la Villa Cura Brochero, los fieles del país se congregaron para seguir en vivo la trasmisión realizada desde Roma.

José Gabriel del Rosario Brochero, el Cura Brochero, se convirtió ayer en el primer santo que nació, vivió y murió en Argentina, entre casi medio centenar de causas promovidas por las autoridades eclesiásticas para canonizar a religiosos y laicos que dieron testimonio de su fe o murieron por su fidelidad al Evangelio.

El Cura Brochero fue beatificado el 14 de septiembre de 2013 por Benedicto XVI, luego de que el Vaticano diera por aprobado el primer milagro atribuido al sacerdote cordobés.

Y finalmente el papa Francisco canonizó ayer al Cura Brochero en el Vaticano, tras autorizar la promulgación del decreto que reconoció el segundo “milagro” por la intercesión del llamado “cura gaucho”.

El Predio de la Providencia de Villa Cura Brochero, en Córdoba, localidad donde el “Cura Gaucho” pasó gran parte de su vida y dejó un legado muy importante, fue escenario del encuentro de unos 30.000 fieles de todo el país que siguieron la transmisión de la TV Pública por dos pantallas gigantes .

La valentía de los asistentes, que soportaron durante la noche una intensa lluvia que los hizo resguardarse por algunas horas y que en la madrugada toleraron el frío que se hacía intenso antes de que saliera el sol, demostraba la devoción de la comunidad para con el eclesiástico, al que todos elogiaron cada vez que podían.

La gente vivió desde las 5 de la mañana la transmisión oficial, aunque las actividades de la vigilia fueron muy intensas desde la tarde del sábado en la localidad del Valle de Traslasierra. La ceremonia se vivió en paz y en varios oportunidades los fieles se emocionaron hasta las lágrimas.

Entre las autoridades presentes en la zona, estuvo el vicegobernador de Córdoba, Martín Llaryora, quien dijo a Télam: “Creo que nunca pensó que iba a ser santo, siempre actuó con sus pensamientos, con su convicción. Él muere con lepra, porque asistía a los enfermos, a aquellos que nadie se quería acercar, y él estaba ahí”.

Mientras, en Roma, Francisco utilizó como es habitual la fórmula en latín para proclamar la santidad del sacerdote y pedir que fuese inscrito en los libros de los santos de la Iglesia. Después llevó hacia el altar las reliquias, que en el caso del cura Brochero fueron fragmentos del hueso del dedo de una mano.

Dos niños entre los milagros atribuidos

En el año 2000, en Córdoba, Nicolás Flores de 11 meses sufrió con su familia un accidente de autos. Su padre pidió la intercesión del cura Brochero. El médico informó que su evolución favorable superaba toda intervención científica. En San Juan, en el 2013, Camila Brusotti de 8 años, fue atendida con pocos signos de vida, golpeada y con lesiones graves. Con el tiempo, su recuperación fue atribuida al eclesiástico, a quien la familia rezó.


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