Así fueron las manifestaciones en todo el país pidiendo »Justicia por Diego»

El fallecimiento de Maradona todavía es materia de investigación.

La marcha para pedir justicia tras la muerte de Diego Maradona comenzó a las 18 en el Obelisco de Capital Federal, cuando llegaron al lugar su exesposa, Claudia Villafañe; y sus hijas Dalma y Gianinna. Las tres portaron una bandera con la leyenda «Condena social y judicial para los culpables», pero pocos minutos después abandonaron el lugar ante el desborde de público y se introdujeron en el Hotel Presidente.

En la región, fanáticos con camisetas de la selección y de Boca se congregaron para decir lo suyo. Las muestras de bronca y el reclamo para que se sepa realmente si hubo responsabilidad penal de los allegados de Diego en su fallecimiento recorrieron todo el país.

El entorno que acompañó en los últimos años a Diego Maradona, encabezado por el abogado Matías Morla, es apuntado por la familia del ídolo y buena parte de la opinión pública. Mientras tanto, la justicia continúa con las investigaciones sobre lo ocurrido en las últimas horas que el ex DT de Gimnasia estuvo con vida.

Si bien la convocatoria surgió en Buenos Aires, otras ciudades del país también albergan concentraciones de fanáticos del Diez o hinchas de fútbol que quieren alzar su voz para que las investigaciones avancen.

La iniciativa surgió de forma espontánea en las redes sociales y se viralizó a partir del impuso que le dieron distintas agrupaciones de fans como Pueblo Maradoniano, Comando Maradona y La Diego Maradona.

«No hay una organización oficial, es una convocatoria a la que nosotros le dimos mayor visibilidad. Nos pareció una excelente fecha: 10-M, 10-Maradona, sin dudas que era el día«, explicó Diego Coelho, integrante de Pueblo Maradoniano.

«Nos unimos a un pedido de justicia y convocamos a la gente para que vaya al Obelisco en paz», aclaró Coelho.

«Nuestra idea no es faltarle el respeto a nadie, ni hacer quilombo para cortar las calles, ni molestar al que está laburando. Queremos ir a reclamar justicia, que el pueblo sepa que Diego no murió, lo mataron», afirmó el miembro de Pueblo Maradoniano, una agrupación que se desprendió de la Iglesia Maradoniana a finales de 2020.

Maradona falleció a los 60 años el pasado 25 de noviembre mientras cumplía una internación domiciliaria en una casa alquilada en un barrio de la localidad bonaerense de Tigre, semanas después de someterse a una operación en el cráneo por un hematoma subdural.

En la causa que investiga el presunto delito de homicidio culposo, la Justicia imputó al neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, la médica coordinadora Nancy Forlini y los enfermeros Dahiana Gisella Madrid, Ricardo Almirón y Mariano Perroni (coordinador).

Las conversaciones del equipo médico de Maradona incorporadas a la investigación revelan serias irregularidades en el tratamiento de su cuadro clínico y sus adicciones. «Estas escuchas que se conocieron le abrieron los ojos a unos cuantos. Nosotros lo venimos hablando desde mucho antes de que fuera operado en la Clínica Olivos el 3 de noviembre», recuerda Coelho.

Ese día, cuando Diego fue intervenido por el hematoma subdural, miembros de distintas agrupaciones de fanáticos asistieron al sanatorio para cuestionar al entorno por el aislamiento al que sometían al astro y el bloqueo que desde su cuenta de Instagram ejercían para que recibiera el cariño de sus fieles.


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