¡Arre… gentina!

República Argentina, patria amada, tus orlas de corolas matizadas… Te pegaste una piña Argentina querida, en las carreteras de la historia, y estás en terapia intensiva, estado grave… Estás en el foco de los médicos pero es necesario que tengas ganas de vivir para superar este jodido trance.

Tus hijos que te quieren están sin dormir, velando, hambrientos y asustados. Si nos quedamos sin patria, ¿qué nos queda?

Atribulados resistimos atónitos a la complejidad de todo lo que pasa, sin atinar, sin estar seguros de qué hacer. Cada uno en lo suyo… Ni siquiera podemos juntarnos con amigos.

Fenomenal susto nos pegamos, todo se puso negro y en la historia clínica quedará signado este momento. El momento en que todos volvimos a nacer. Con urgencia abrazamos a los niños. Ellos no sabían que, por un rato, se habían quedado sin futuro. Celestial milagro, dijeron algunos, y todos les creímos. Inmerecida chance nueva que nos despierta a horizontes de esperanza. Hágase la luz, dijo Dios, y la luz se hizo y prevaleció por sobre las negras tinieblas. Las corolas esparcieron su fragancia.

Alberto Félix Suertegaray

DNI 14.169.481

Roca


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