Arriaga cruzó el río para apoyar a Sobisch

La campaña del MPN tuvo un aliado en el intendente cipoleño.

NEUQUEN .- Jorge Sobisch pudo mostrar por primera vez los frutos de su intento por unir los partidos provinciales de la Patagonia. Convenció al intendente de Cipolletti, Julio Arriaga, de participar un acto del MPN en un barrio de Neuquén, donde el candidato del MPN pronosticó que en pocos años estas fuerzas distritales tendrán su propio candidato a presidente.

El deseo guarda relación con una realidad que se vive en los partidos provinciales: en octubre Sobisch votará a Eduardo Duhalde, Arriaga pondrá la boleta de Fernando de la Rúa y Julio Salto, el jefe del MPP rionegrino, peleará una diputación nacional de la mano de Acción por la República de Domingo Cavallo.

El intendente cipoleño, que acaba de ser reelecto por casi el 75 por ciento de los votos, habló de su amistad con Sobisch y con el candidato del MPN para la intendencia de Neuquén, Luis Manganaro, para justificar su presencia en este acto, desarrollado en una escuela del barrio Villa Ceferino.

Arriaga alabó la figura del neuquino y dijo que posee «un enorme prestigio en la Patagonia».

En su discurso, Sobisch reveló que tiempo atrás se reunió en su casa con Salto y le brindó su apoyo para las elecciones del 24 de octubre como candidato a diputado nacional.

Cuando recordó que Arriaga, Salto y él votarán en esa elección a candidatos diferentes, el emepenista aseguró que «dentro de unos años vamos a tener un candidato único, que será el de los partidos provinciales».

Se entusiasmó cuando reiteró que en el sobischismo está firme la intención de «trascender las fronteras de Neuquén con nuestro proyecto».

Después de ganar la interna del MPN, Sobisch comenzó a hablar de la exportación del modelo del partido neuquino a otras provincias de la Patagonia, primero, y de todo el país, más tarde.

Antes se había reunido con Duhalde, que tomó el apoyo de Sobisch como un acompañamiento de todo el MPN y lo sumó a su Concertación.

Bajo un frío difícil de soportar llegaron Sobisch y Manganaro a la cabeza de una caravana, pero el candidato a gobernador sabía que de un momento a otro llegaría Arriaga y quiso hacer tiempo.

Por eso amenizó la espera cantando «La última curda» pero trastabilló en la endeble tarima y el improvisado concierto llegó a su fin.

Manganaro dedicó su discurso a su propuesta de gobierno. Dijo que, lejos de cortarse, el asistencialismo se mantendrá.

El aspirante a la vicegobernación, Jorge Sapag, llegó tarde y desabrigado. Igual tomó el micrófono y descargó críticas contra el discurso sin propuesta -así lo definió- de la Alianza.

También se refirió a la característica que tiene la elección en la capital, donde las boletas provinciales deben presentarse en el cuarto oscuro separadas de las municipales y diferenciadas en el color. Lo hizo para afirmar que, aun así, Manganaro ganará en la ciudad.


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