Cuando las mujeres tomaron el volante del cambio

Mujeres de la Industria Automotriz Argentina (MIAA) nació en 2018 para visibilizar y conectar a las profesionales del sector, impulsando la inclusión y el liderazgo femenino en un ámbito históricamente masculino.

Durante décadas, la industria automotriz fue uno de los sectores más masculinizados del entramado productivo argentino. Las líneas de montaje, los talleres y las gerencias técnicas estuvieron dominadas por hombres, mientras las mujeres quedaban relegadas a áreas administrativas o de servicios. Sin embargo, en los últimos años comenzó un cambio cultural profundo, impulsado por la búsqueda de igualdad de oportunidades y por el trabajo de redes que promovieron la inclusión desde adentro del sistema.

Una de las iniciativas más relevantes fue MIAA (Mujeres de la Industria Automotriz Argentina), que nació en 2018 con un objetivo claro: visibilizar, conectar y fortalecer la presencia femenina en todos los niveles del sector. Lo que empezó como un grupo de profesionales vinculadas a distintas empresas automotrices se convirtió en una organización federal, transversal y activa, que reunió a mujeres de terminales, autopartistas, concesionarios, medios, universidades y cámaras empresarias.
Entre quienes acompañaron el desarrollo de la red estuvo Soledad Bereciartua, directora de Comunicación y Prensa de Stellantis Argentina, quien desde sus primeros pasos formó parte de su construcción. “MIAA nació con el objetivo de construir una comunidad que fomente la colaboración, el intercambio de experiencias y el crecimiento profesional de las mujeres dentro del sector automotor”, explicó.

Soledad Bereciartua, directora de Comunicación y Prensa de Stellantis Argentina.

A lo largo de estos años, la red organizó encuentros, charlas, mentorías y capacitaciones en distintas provincias, con la convicción de que la inclusión debía pensarse desde una perspectiva federal. “En estos años logramos conectar a mujeres de todo el país, de áreas muy distintas, que hoy se sienten acompañadas y representadas dentro de una industria que históricamente no las tenía en cuenta”, destacó Bereciartua.

El crecimiento de MIAA fue acompañado por un contexto que comenzó a demandar más diversidad en las empresas, tanto por convicción como por necesidad de innovación. “Es fundamental mostrar que hay mujeres liderando proyectos, ingenierías, áreas técnicas y de comunicación. Eso motiva a más chicas a elegir este camino”, sostuvo.


La ejecutiva también resaltó el papel transformador de los espacios de encuentro. Cada charla o jornada de MIAA funcionó como un punto de apoyo para quienes, en distintos rincones del país, se abrían paso en entornos laborales donde la presencia femenina todavía era minoritaria. “Lo más valioso de MIAA fue la red humana que se construyó. Detrás de cada encuentro hay historias de mujeres que rompen barreras todos los días. Ese es el verdadero motor del cambio”, resumió Bereciartua.

Desde su creación, la red trabajó en la articulación con instituciones educativas, organismos públicos y empresas privadas para generar oportunidades de formación técnica con perspectiva de género. “Siempre tuvimos una mirada federal, porque la industria no se limita a Buenos Aires. Hay talento en todas las provincias, y esa diversidad también enriquece”, enfatizó la representante de Stellantis.


Qué participación tiene la rama femenina en la industria automotriz


Según datos del propio sector, la participación femenina en la industria automotriz argentina se mantuvo durante años en torno al 20%, concentrada principalmente en áreas administrativas y comerciales. El desafío de MIAA fue ampliar ese margen hacia los espacios técnicos, productivos y de liderazgo. En ese sentido, la red se convirtió en una plataforma de visibilidad para ingenieras, mecánicas, diseñadoras, periodistas, gerentas de planta y emprendedoras que encontraron en el automotor un espacio profesional posible.

Bereciartua subrayó que la misión de MIAA nunca fue solo simbólica, sino práctica. “Lo que buscamos es inspirar, pero también generar herramientas concretas para que más mujeres puedan desarrollarse. Desde capacitaciones en liderazgo hasta espacios de networking que antes no existían”, explicó.


El impacto de la red también se reflejó en el diálogo con las propias empresas automotrices, que comenzaron a revisar sus políticas internas para fomentar la igualdad de oportunidades y el desarrollo de carrera de las mujeres. “MIAA fue un punto de partida para que muchas compañías miraran hacia adentro y detectaran que había mucho por mejorar. Hoy hay terminales y concesionarios que están impulsando programas de diversidad de género, y eso es un logro compartido”, destacó Bereciartua.

A seis años de su nacimiento, MIAA consolidó un camino de crecimiento sostenido, acompañando los cambios sociales y culturales que atraviesan a la Argentina. Lo que empezó como un pequeño grupo de entusiastas se transformó en un movimiento de alcance nacional, con presencia en eventos, congresos y mesas de trabajo que abordan la igualdad en el mundo laboral.
El desafío, según Bereciartua, es mantener el impulso y seguir ampliando la red. “MIAA fue, y sigue siendo, un espacio para que las mujeres del sector automotor se encuentren, se escuchen y se potencien. Eso es lo que nos permite seguir avanzando”, concluyó.



Durante décadas, la industria automotriz fue uno de los sectores más masculinizados del entramado productivo argentino. Las líneas de montaje, los talleres y las gerencias técnicas estuvieron dominadas por hombres, mientras las mujeres quedaban relegadas a áreas administrativas o de servicios. Sin embargo, en los últimos años comenzó un cambio cultural profundo, impulsado por la búsqueda de igualdad de oportunidades y por el trabajo de redes que promovieron la inclusión desde adentro del sistema.

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