Bariloche: para la educación privada lo peor está por venir

Hay un 40% de morosidad con la cuota y una migración de alumnos hacia la escuela pública. Piden aportes del Estado para salvar la actividad y evitar un colapso del sistema estatal.

Redacción

Por Redacción

Por Daniel Marzal

Las escuelas privadas ya transmitieron varias veces desde el inicio de la pandemia su preocupación por el desfinanciamiento que afecta a la actividad y en las últimas semanas la extensión de la crisis las empujó a una fase crítica, ante el éxodo de alumnos, la magra cantidad de inscripciones para el año próximo y el riesgo cierto de que algunos establecimientos cierren sus puertas.

El sector tiene una importante presencia en Bariloche, donde absorbe alrededor del 30% de la matrícula total de estudiantes (en la provincia el promedio es del 22/24%) entró en “caída libre” ante las dificultad para pagar los salarios docentes con los ATP que otorga Nación y los pedidos, hasta ahora desoídos, para que la provincia brinde asistencia para cubrir los quebrantos.

El argumento excluyente para ablandar los bolsillos provinciales es que sin ese auxilio habría una migración masiva de alumnos de las escuelas privadas que el sistema público no podría asimilar.

El presidente de Asieprine (la entidad que nuclea a los colegios privados de toda la provincia), Alfonso Pérez Giglia, dijo que hoy están enfocados en lograr auxilio económico urgente. Muchas de las presentaciones realizadas para obtener ATP chocan con los filtros que impone la AFIP y sólo el 40% pudo pagar los salarios de los docentes con ese instrumento. “Las escuelas están en serio riesgo y lo que esperamos es que la provincia encuentre la manera de acompañar a los que no recibieron ATP”, dijo Pérez Giglia.

La Defensora del Pueblo municipal, Beatriz Oñate, intentó otra vía al pedir a los ministerios de Educación provincial y nacional que otorguen becas a los alumnos de escuelas privados para que puedan hacer frente al pago de las cuotas.

Hoy los aranceles promedio varían entre los 12.000 y los 15.000 pesos en las escuelas de jornada completa, y la morosidad supera el 40%, a pesar de que los establecimientos han dispuesto rebajas, suprimieron el cobro de intereses y atienden “casos especiales” cuando los padres se han quedado sin trabajo.

Un caso testigo es el del Colegio Integral Vuriloche, que presentó toda la papelería mes a mes desde abril pasado, le fue rechazada en forma sistemática y nunca pudo acceder a los ATP. El presidente de la Asociación que administra el colegio, Gabriel Garro, dijo que ese bloqueo los pone en aprietos, pero más todavía los inquieta el pase de alumnos a la escuela pública.

En Bariloche existe una veintena de escuelas privadas de distinto tipo. Foto: Alfredo Leiva

A pesar de las contemplaciones (y de la vigencia anual de los contratos) muchos padres ya decidieron trasladar a sus hijos al sistema público, para no acumular más deudas. Otros están en plan de hacerlo para el año próximo. “El run run de que las clases presenciales no volverán hasta mediados de 2021 es un factor que empuja a muchos a pasar a la escuela pública”, dijo Garro.

En Bariloche existe una veintena de escuelas privadas de distinto tipo, algunas reciben subsidio estatal para el pago de sueldos y otras se sostienen sólo con los aranceles, y son las más caras.

“El run run de que las clases presenciales no volverán hasta mediados de 2021 es un factor que empuja a muchos a pasar a la escuela pública”.

Gabriel Garro, presidente de la asociación que maneja el colegio Vuriloche.

Asieprine detalló que el sector emplea en toda la provincia a unos 2.000 docentes, quienes se esforzaron durante la pandemia para mantener la continuidad pedagógica. Subrayó también que todos cobraron sus sueldos en término, lo cual fue sostenido con gran dificultad por las instituciones, que reclaman urgente ayuda del Estado. Pérez Giglia dijo que la supervivencia de las escuelas es cada vez más incierta, por el contexto económico y también por la falta de un horizonte claro para la vuelta a la normalidad.

Pases masivos

Según un detalle elaborado por la entidad, la deserción en las escuelas privadas de toda la provincia en lo que va del año ronda los 800 alumnos y otros 1.200 se irían del sistema con la inscripción al ciclo 2021. “El Estado no tiene cómo recibir 2.000 alumnos más respecto de su matrícula esperada, porque equivale a crear de golpe varias escuelas”, dijo el directivo.

De algún modo, el planteo de los privados es que para el Estado sería más rápido y más barato otorgarles un subsidio extraordinario a fin de que retengan a sus alumnos, que construir nuevos establecimientos para absorber la migración.

La gerenta de la escuela Dante Alighieri, Adriana Varela, dijo que la cobrabilidad de las cuotas mensuales cayó entre un 30 y un 50%, a pesar de que aplican quitas y otros criterios de flexibilización. Señaló que la situación es muy compleja porque la fuente laboral de una parte importante de las familias “ha sido devastada” y no tienen perspectiva cercana de recuperación, “especialmente los que viven del turismo”.

Foto: Alfredo Leiva

Señaló que Dante Alighieri tiene 620 alumnos y que “se fueron cayendo algunos” en los últimos meses, pero lo que los preocupa es la inscripción para el año próximo. Dijo que “la gente no quiere endeudarse más” y trata de buscar vacantes en el Estado. La inscripción en los privados está abierta desde el mes pasado y hasta ahora los números son inferiores en un 30% a los habituales de otros años, dijo Varela.

“El sistema público no va a poder absorber estos pases –estimó– y no están los recursos para hacer las escuelas que se necesiten. Es un error estratégico no darle una mano a la educación privada en este contexto”.

Los directivos de las escuelas mantienen reuniones constantes con el director de educación privada de Río Negro, Gabriel Blanco, y hace unos días tuvieron también un encuentro por zoom con la legisladora oficialista Julia Fernández. Pero, desde ya, cualquier decisión de otorgar un salvavidas económico al sistema privado depende de los máximos niveles de gobierno.

En las últimas semanas Asieprine reuniones con la ministra de Educación Mercedes Jara Trachia y con la gobernadora Arabela Carreras, hasta ahora sin respuesta.

Mientras tanto mantienen una batalla a todo o nada por los ATP, que algunos colegios cobraron durante varios meses sin problemas (como el San Patricio), otros percibieron un solo mes y no pudieron renovarlo (Dante Alighieri) y el grupo más numeroso quedó afuera por razones no explicadas.

Pérez Giglia dijo que el problema estaría en las condiciones que fijó Nación para el beneficio y el sistema de facturación de las escuelas. La regla es que el Estado asiste con ATP a las firmas que demuestran una caída de su facturación respecto del año anterior, lo cual demostraría el perjuicio causado por la pandemia. Pero Pérez Giglia explicó que en las escuelas “una cosa es lo facturado y otra lo devengado. El impacto es sobre los niveles de cobranza”.

La fría letra de las notas de rechazo que emite el organismo pagador comunica a los solicitantes en estos términos; “no accediste a los beneficios del programa ATP porque la variación de tu nivel de facturación supera los criterios establecidos”.

El titular de Asieprine dijo que la sostenibilidad de las escuelas no subsidiadas depende del cobro de las cuotas en forma regular y que la ecuación a futuro se complicará aun más si pierden matrícula. Señaló que las inscripciones 2021 ya están abiertas, pero el interés es bajo.

“Las familias inscriben, pero en forma muy cautelosa, a pesar de los descuentos y bonificaciones –advirtió–. Si el ingreso de los padres se cayó la situación se vuelve muy complicada, sin soluciones a la vista. La situación de las escuelas pasa a estar en riesgo en toda la provincia”.

El supervisor de nivel medio Ricardo Fernández dijo que este año en Bariloche llevan tramitados un centenar de pedidos de pase a escuelas públicas y que la mayoría son de los primeros meses de cuarentena, porque “luego se detuvo”, al parecer cuando las privadas empezaron a aplicar descuentos y beneficios como estrategia de retención.

Dijo que en el nivel medio la mayor cantidad de pases se dan en segundo y tercer año. Lo que no se puede garantizar es el pase a la escuela y sobre todo al turno requerido. Fernández explicó que la mayor demanda por lejos es a mañana y hay poco lugar en ese turno, sobre todo en las escuelas secundarias 2, 123, 46 y 99.

Los dilemas a resolver

Las escuelas que pudieron abonar parcialmente los sueldos con ATP descontaron los aranceles que pagan los alumnos en la misma proporción, aseguró el titular de Asieprine, Alfonso Pérez Giglia. Pero el trato dispar que otorgó Nación ante casos similares los tiene desconcertados.

Dijo que en promedio los ATP concedidos no superan el 40% de las solicitudes presentadas, lo cual generó “una situación de inequidad” entre las escuelas privadas, a pesar de que “todas dependen por igual del sistema educativo provincial”.

El Colegio Integral Vuriloche tiene 260 alumnos en tres niveles y es administrado por una asociación de padres. Su presidente, Gabriel Garro, dijo que “la situación es crítica”, ya perdieron alrededor del 20% de la matrícula y la inscripción para el próximo año, marcha “súper lenta”

Hasta ahora este año mantuvieron las cuotas sin cambios, pero tienen que aplicar el aumento salarial docente (un 22%) y deberían corregir los aranceles.

El pase a la pública el año que viene

El director de Educación Privada de Río Negro, Gabriel Blanco, reconoció que “hay un inmenso esfuerzo de las escuelas por retener a los alumnos” y según sus relevamientos la migración “no es muy grande”.

Dijo que influye el hecho de que, con o sin pago, el alumno que comenzó en marzo tiene un contrato anual asegurado y no pueden dejarlo sin educación, aunque se atrase con las cuotas. Pero el panorama es muy distinto frente al cambio de ciclo lectivo.

Blanco estimó que el traspaso a escuelas del Estado va a ser mayor: “es probable que llegue a un 20%”. Dijo que la provincia sigue muy de cerca esa dinámica y evaluó que las escuelas públicas “van a poder absorber” ese éxodo. Señaló que está previsto “acompañar” con becas y otras ayudas económicas.

Dijo también que el cambio de escuela por razones económicas es para los chicos una situación traumática. En lo pedagógico “hay situaciones de frustración, difíciles de asimilar. Son casos que requieren un acompañamiento emocional, más aun si se mantiene la virtualidad. El sistema estatal lo tiene en cuenta”.


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