Condenaron a 10 años y 8 meses de prisión al policía que mató al vecino de su suegra

Fue la pena que le impuso el tribunal a Cristian Fabián Juanico por el homicidio de Ricardo Javier Correa Castro. El acusado expresó arrepentimiento. La madre de la víctima lo abrazó y lloraron juntos tras la condena.

Condenaron a 10 años y 8 meses de prisión al policía que mató al vecino de su suegra

Un solo disparo le puso el mundo al revés a Cristian Fabián Juanico. El joven nacido en Comallo hace 25 años, y que recién daba sus primeros pasos como agente de la Policía de Río Negro, usó su arma reglamentaria la madrugada del 20 de febrero pasado. Intentó responder a una agresión del vecino de su suegra. Nunca imaginó que ese tiro, que atravesó la humanidad de Ricardo Javier Correa Castro y lo mató, cambiaría para siempre su vida.

Los jueces Marcelo Barrutia, Héctor Leguizamón Pondal y Ricardo Calcagno condenaron esta tarde a 10 años y 8 meses de prisión al joven. Antes de escuchar la condena, Juanico había expresado su arrepentimiento. “Quería pedirle disculpas a mi familia. Siento que de alguna manera los he defraudado y a mis compañeros. También a la familia del señor que falleció”, sostuvo, con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada.

Sus palabras conmovieron a sus familiares que estaban en la sala. También a los policías que hasta hace 30 días trabajaron con Juanico en la comisaría 42. También, a gran parte del público.

Ana María Castro, la madre de la víctima, escuchó atenta el pedido de perdón sentada en la primera fila. Y cuando finalizó la audiencia, caminó hacia Juanico, le dio una caricia maternal y después lo abrazó con fuerza. Ambos lloraron juntos. La imagen estremeció a todos los presentes y marcó el final de un proceso penal que duró apenas 30 días.

Juanico aceptó desde el primer momento su responsabilidad. No intentó ningún artilugio ni estrategia defensiva. Por el contrario, aceptó la acusación en su contra sin cuestionar nada, prestó colaboración con la investigación y estuvo de acuerdo para ser juzgado en un tiempo récord.

Por eso, la fiscal Betiana Cendón destacó ayer en su alegato que en la investigación del homicidio de Correa Castro habían colaborado todas las partes.

Una herida letal

Recordó que la investigación comenzó la mañana del 20 de febrero último a partir del hallazgo del cuerpo de un hombre muerto en el patio de la casa 70 del barrio 270 Viviendas. Allí, vivía la víctima que murió desangrado tras recibir un proyectil calibre 9 milímetros que entró por el brazo derecho, fracturó el húmero y en la trayectoria letal perforó el pulmón derecho, el corazón y el pulmón izquierdo. Quedó alojado en la axila izquierda.

La pericia balística constató con certeza que el proyectil salió del arma reglamentaria de Juanico, que admitió haber disparado esa noche. Aunque aseguró que nunca tuvo intención de matar a nadie.

La fiscal dijo que horas después del hallazgo de la víctima y tras las primeras diligencias pudieron identificar a Juanico como el autor del disparo.

El joven estaba trabajando en la comisaría 42 cuando fue notificado el 20 de febrero de la causa. Al día siguiente quedó detenido y en la audiencia de formulación de cargos admitió su responsabilidad. Explicó que concurrió al domicilio de la madre de su novia porque había un conflicto entre vecinos. No quiso que su pareja vaya sola a la casa de su mamá. En ese contexto, admitió que disparó. Juanico era la primera vez que visitaba la casa de su suegra. Ni siquiera conocía a la víctima.

Ayer, Cendón pidió que sea condenado a 10 años y 8 meses, la mínima que prevé el Código Penal para el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. “Debemos darle una respuesta a la familia de Ricardo Correa Castro que tal como me expresó su madre, estaba tirando piedras y recibió un disparo”, sostuvo Cendón.

Pero destacó que Juanico no tiene antecedentes penales, valoró su arrepentimiento y la colaboración con la investigación. Por eso, pidió el mínimo de la pena. Y destacó que se llegó a la solución de un conflicto en 30 días.

El defensor oficial Marcos Cicciarelo no planteó objeciones al pedido de la fiscalía y avaló el pedido de pena. Los jueces del tribunal declararon a Juanico autor penalmente responsable del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Y, después, hicieron de inmediato el juicio de pena donde lo condenaron a 10 años y 8 meses de prisión.

Una madrugada trágica

El hecho ocurrió la madrugada del 20 de febrero pasado en el barrio 270 Viviendas. El conflicto se originó por una agresión entre la familia de la novia de Juanico, que vive en la casa 70, y los vecinos de la casa 71.

El policía estaba en el departamento que alquilaba, pero acompañó a su novia hasta la casa de la madre. La vivienda estaba siendo atacada con piedras por Correa Castro. Como los incidentes no paraban, Juanico salió al patio para tratar de calmar al vecino. Pero sostuvo que las agresiones no cesaron y efectuó el disparo con su arma reglamentaria. La peritación estableció que el disparo fue a 8,5 metros de distancia.

El proyectil impactó en el brazo derecho de Correa Castro, fracturó el húmero, perforó el pulmón derecho, el corazón, el pulmón izquierdo y quedó alojado en una axila izquierda de la víctima. La autopsia estableció que el hombre, de 38 años, murió por la grave hemorragia provocada por las heridas. Juanico desde hace un año que se desempeñaba como agente policial.

Después de que finalizara la audiencia, el joven fue trasladado al penal de Choele Choel para resguardar su integridad física, explicó la fiscal. Antes se despidió de sus familiares.

Tras el juicio, la suegra y cuñada de Juanico aseguraron, conmovidas,en diálogo con este medio que el joven lo único que hizo fue tratar de defender la casa, porque la víctima amenazaba con quemar todo.


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