Beneficios internos y costos externos


El remate del complejo de Renesa terminará con el segundo sueño de desarrollo en origen de los hidrocarburos, bandera icónica de Felipe Sapag que le imprimió al MPN.


De las 280 hectáreas que están delimitadas por el polo químico y petroquímico de Plaza Huincul hay un núcleo de cinco firmas que hoy acumulan óxido y olvido. El grupo que formaban Iquipa, Rhasa, Neuform y Quimsa son una muestra del segundo fracaso de la industrialización en origen que tiene la provincia. La primera fue el cartel: “Aquí se levantará Fertineu”. El lugar es el mismo, el norte de la Ruta 22 antes de ingresar al complejo de YPF.

La historia recordará frases grandilocuentes de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner dirigidas desde Caleta Olivia por videoconferencia a un estrado en el que estaba Miguel Schvartzbaum, el titular de Petrolera Argentina, el entonces gobernador Jorge Sapag y el ministro Julio De Vido. Desde Santa Cruz, Cristina pidió la presencia de Ramón Rioseco. Se trataba de una estrategia donde el Estado tomaba el toro por las astas para poder derribar el desastre que había producido en el lugar la política anterior de retiro de la actividad económica.

Si se cumple la previsión del fiscal de Estado de Neuquén, Raúl Gaitán, se subastará en dos meses por una ejecución hipotecaria. No pagó el crédito a la Provincia, tampoco lo hizo con el Ente de El Mangrullo y el apoyo nacional del plan Refino Plus quedó envuelto en un cruce político.

El remate terminará con el segundo sueño de desarrollo en origen de los hidrocarburos, bandera icónica de Felipe Sapag que le imprimió al Movimiento Popular Neuquén. Esta bandera también tuvo sus vaivenes como fue el “No al caño” que enarboló en los 80 cuando se iba a construir el segundo gasoducto. Ahora hay cinco caños que salen de la provincia con gas y petróleo y solo un porcentaje se separa en origen.


Este reclamo tuvo sus vaivenes como fue el “No al caño” que enarboló en los 80 cuando se iba a construir el segundo gasoducto. Ahora hay cinco caños.


En marzo de 2013, el exgobernador Pedro Salvatori habló en la Legislatura tras ser homenajeado. Reveló dos cuestiones que, a la luz de la historia, adquieren brillo propio. Contó que lo convencieron a Raúl Alfonsín de la industrialización en origen al punto de hacerle decir desde el balcón de la Municipalidad de Neuquén: “Ahora Fertineu”. “Admiro y respeto al doctor Alfonsín y terminé muy amigo con él pero él me reconoció así, en privado, que no pudo controlar a los técnicos que tenían otra visión sobre lo que eran las provincias”, contó Salvatori cuando le pidieron explicaciones respecto al segundo caño que construyó la Nación y la planta de fertilizantes.

La otra anécdota de Salvatori es que en su carácter de gobernador firmó el Pacto Federal que dio origen a la reforma de la Constitución Nacional. “ Yo suscribí el Pacto Federal de Luján, fue firmado por todas las provincias y en ese entonces era presidente de la Nación el doctor Menem. Y desde ahí apareció firmado de mi puño y letra lo que se incorporó en la Constitución en la reforma de 1994, que fue la propiedad y jurisdicción de los recursos naturales que atesorábamos en el territorio provincial. Pero los provincianos estamos acostumbrados a que nos engañen como paisanitos. Ocurrió que en la Comisión de Redacción alguien, no sé quién, borró una palabra: “jurisdicción” y dejó solo “propiedad”.

La coyuntura que ahora atraviesa la actividad hidrocarburífera en la provincia, tras el surgimiento de Vaca Muerta, es producto de la jurisdicción de la política nacional que, como un yoyo, tiene altos y bajos que conspiran contra el desarrollo a largo plazo.

Es probable que las idas y vueltas del desarrollo hidrocarburífero en la provincia de Neuquén contenga la trazabilidad de casi todas las teorías económicas. Desde la privatización furiosa y la intempestiva nacionalización de los contratos petroleros de los Arturo Frondizi e Illia, el Estado de Bienestar supremo que impuso Enrique Mosconi, hasta la política de apoyo estatal para el desarrollo puntual de polos de inversión.

La trazabilidad parece que no se escribió como para rescatarla del olvido, al menos para no ir por el mismo camino para llegar a otro lugar. Parecería que, como escribió el economista Pedro Gutman, los beneficios se internalizan y los costos se externalizan.


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