Brasil: el ministro de Salud sigue en el cargo, con apoyo militar y del Congreso

Luiz Mandetta, quien duplica en popularidad al mandatario brasileño, anunció que permanecerá en el cargo. El presidente Jair Bolsonaro, había amenazado con expulsarlo, no cesa de cuestionar la cuarentena y el aislamiento por coronavirus.

El ministro de Salud de Brasil, Luiz Mandetta, anunció anoche que se mantendrá en el cargo, luego de quebrarle el brazo al presidente Jair Bolsonaro, quien había amenazado con expulsarlo y debió ser advertido de las consecuencias graves que ello acarrearía para la continuidad del gobierno por sus asesores militares y los líderes del Congreso.

«Vamos a seguir», afirmó Mandetta, quien reveló que sus asesores ya le habían vaciado los cajones de su despacho porque daban por segura la expulsión del ministro que según las encuestas, más que duplica a Bolsonaro en popularidad.

La pandemia de coronavirus se vislumbra como tragedia en Brasil a fines de abril pero el país estuvo atento hoy a la decisión de Bolsonaro sobre Mandetta, originada en un almuerzo que tuvo con el diputado Osmar Terra, quien cuestiona el aislamiento y la cuarententa contra el Covid-19.

Mandetta tuvo su pequeño operativo clamor popular con cacerolazos a su favor durante la tarde en barrios de Río de Janeiro, San Pablo y Brasilia, lo que fue clave para que Bolsonaro no ejerciera la amenaza del domingo contra «los ministros que se creen estrellas».

«Vamos a seguir porque continuando vamos a enfrentar a nuestro enemigo; nuestro enemigo tiene nombre y apellido, el Covid-19: hay que defender la ciencia, la planificación, un médico no abandona a los pacientes«, afirmó Mandetta.

Bolsonaro desde hace dos semanas se opone a las medidas de cuarentena de los estados e intendencias y se apoyó en el regreso al trabajo, llamando a la población, mediante pastores evangélicos, a ocupar las calles, mientras retrasaba las ayudas oficiales para el freno a la actividad.

Mandetta, siendo el hombre más popular del gobierno, fue respaldado por los dos jefes del Congreso, el diputado Rodrigo Maia y el senador Davi Alcolumbe, ambos del partido Demócratas. Maia tiene en su cajón pedidos de juicio político a Bolsonaro.

Mandetta fue defendido por un grupo empleados del Ministerio de Salud, que dieron un «abrazo» al edificio en Brasilia para ensalzar al médico traumatólogo.

Con el aumento de la crisis entre Bolsonaro y Mandetta en medio de la pandemia y alertas sobre hospitales y cementerios colapsados en pocas semanas, el ministro de Salud le contó a sus interlocutores que sólo dejará el gobierno si lo echan.

Varias señales sobre el poder de Bolsonaro se dieron en las últimas horas: el domingo mucha gente salió a rezar y a ayunar convocado por pastores evangélicos bolsonaristas rompiendo las cuarentenas.

El Ejército lanzó un documento alineado con la OMS y el ministro Mandetta mediante un trabajo de su Centro de Estudios Estratégicos, pero pocas horas después el informe había desaparecido de la página de la fuerza, lo cual se interpretó como una victoria del ala radical e ideológica del gobierno.


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