Brazos cruzados

Los precandidatos presidenciales más importantes pueden señalar que es poco sensato criticarlos por “hacer la plancha”, como de acuerdo común están haciendo desde hace algunos meses, ya que el país aún está a un año de las elecciones, pero, como todos entienden muy bien, la razón por la que han optado por mantener un perfil bajo es otra. Mientras que a esta altura en los demás países democráticos los distintos movimientos con posibilidades electorales estarían poniendo los toques finales a sus propuestas respectivas, aquí los equivalentes no quieren arriesgarse porque, si bien ninguno tiene la menor idea de cómo se encontrará la Argentina a fines del año venidero, todos prevén que al próximo gobierno le será necesario tomar muchas medidas muy antipáticas. Aun cuando los kirchneristas alcancen un arreglo con “los buitres” luego de vencer la cláusula RUFO en enero y desembarquen algunos inversores nacionales y extranjeros por suponer que el gobierno próximo será más confiable que el actual, al país le aguardará un período de ajustes muy arduos. Se trata de un secreto a voces al que nadie quiere aludir por miedo a asustar a un electorado que ya tiene motivos de sobra para sentirse preocupado. De los tres precandidatos que últimamente han estado encabezando las encuestas de opinión, Sergio Massa, Mauricio Macri y Daniel Scioli, el más activo ha sido el gobernador bonaerense, lo que, según parece, le ha permitido avanzar algunos puntos a costa de sus rivales. Puede que sólo sea cuestión de un éxito pasajero atribuible a la impresión de que, a diferencia de sus rivales, está esforzándose por amortiguar el impacto de la recesión inflacionaria que está sufriendo el país, pero ha obligado a sus presuntos compañeros entre los kirchneristas a pensar en brindarle su apoyo, porque ningún otro oficialista, con la excepción parcial del ministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo, él mismo un kirchnerista un tanto atípico, parece estar en condiciones de conseguir más que una pequeña fracción de los votos disponibles. Como es penosamente notorio, Cristina y sus militantes, en especial los de La Cámpora, ven en Scioli un infiltrado liberal de opiniones y actitudes parecidas a las de Macri, pero así y todo algunos esperan que, si logra mudarse a la Casa Rosada, intente asegurarles la protección que necesitarán. Por su parte, los aspirantes del Frente Amplio-Unen, como el exvicepresidente Julio Cobos y el exgobernador santafesino Hermes Binner, siguen inmersos en la interna caótica de la precaria agrupación de la centroizquierda progresista. Comprenderán que, tal y como están las cosas, un eventual gobierno formado por radicales e izquierdistas no sería el indicado para afrontar una etapa tan problemática como la que se avecina. Es merced a la escasa voluntad de los opositores declarados a decirnos lo que harían a fin de combatir la inflación, estimular la producción, continuar repartiendo los subsidios sociales de que muchos dependen, congraciarse con los mercados financieros internacionales y luchar contra el delito, además de la ambigüedad ya crónica de Scioli, que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha podido continuar dominando el escenario político nacional, pero parecería que los precandidatos creen que es mejor así de lo que sería procurar forzar al gobierno a modificar un rumbo que ya ha llevado el país a una crisis económica fenomenal y amenaza con tener consecuencias sociales nefastas. Puesto que el oficialismo sigue contando con la lealtad ciega de legisladores que se limitan a obedecer todas las órdenes que les da Cristina, votando automáticamente a favor de los proyectos de ley, por arbitrarios que sean, que les envía, la pasividad opositora puede entenderse, pero está contribuyendo al malestar que siente una proporción creciente de la ciudadanía. La mayoría sabe que la gestión del ministro de Economía, Axel Kicillof, sólo servirá para agravar todavía más una crisis que está resultando ser mucho más feroz de lo que hace apenas un par de meses vaticinaban los agoreros ortodoxos, pero se ha resignado a que la clase política nacional siga dejando todo en manos de una presidenta desbordada que, huelga decirlo, es proclive a privilegiar sus propios intereses personales y su colaborador actualmente más poderoso.

Fundado el 1º de mayo de 1912 por Fernando Emilio Rajneri Registro de la Propiedad Intelectual Nº 5.196.592 Director: Julio Rajneri Codirectora: Nélida Rajneri de Gamba Vicedirector: Aleardo F. Laría Rajneri Editor responsable: Ítalo Pisani Es una publicación propiedad de Editorial Río Negro SA – Sábado 1 de noviembre de 2014


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