Brusco cambio en las posiciones en dos concursos para jueza de Familia de Neuquén

A una participante le subieron el puntaje porque impugnó, y pasó a liderar la competencia para el cargo en Chos Malal. También está anotada en Neuquén, donde saltó del cuarto al segundo lugar.

Otra vez los concursos para juez de Familia quedaron sumergidos en la polémica, ahora porque el jurado reperfiló la nota del examen escrito de dos postulantes, les asignó un puntaje considerablemente mayor y modificó así el orden de mérito cuando resta una sola etapa para declarar a los ganadores.

El Consejo de la Magistratura, en una reunión tan rápida como reservada ayer a la mañana, “pasó a estudio” la decisión del jurado, que es externo al organismo y tiene una integración distinta para cada competencia.

En esta ocasión se trató de la abogada bahiense Carolina Duprat y la jueza de Zapala Gabriela Calaccio.

Las participantes a quienes les aumentaron el puntaje son María Vanina Sobisch (había sacado 13 y su nueva nota es 18), y Adriana Marta Luna (de 6 subió a 9). El máximo por el examen escrito son 20 puntos.

Con las nuevas calificaciones, Sobisch saltó al primer puesto del concurso para jueza de Familia de Chos Malal (estaba segunda) y al segundo puesto en el concurso para jueza de Familia de Neuquén (estaba cuarta). Luna se mantuvo en el quinto lugar.

Fuentes del Consejo consultadas por “Río Negro” no recordaron otro caso en el que un jurado haya corregido su propia nota con tanto margen ante la impugnación de un concursante. Tampoco hay reglas escritas que le impidan hacerlo.

Sobisch dijo a este diario que no había sido notificada de ninguna resolución. “Desconozco cómo es el proceso; voy a esperar lo que diga el cuerpo. No sé si puede desaprobar lo que resuelve el jurado externo”, señaló.

En otro concurso para juez de Familia de Neuquén que concluyó en mayo, la abogada estaba primera en el orden de mérito pero recibió una mala nota en la entrevista personal y perdió por 62 décimas. Presentó una impugnación y los consejeros se la rechazaron.

Es habitual que los concursantes impugnen. En este concurso también lo hicieron Cristina Montserrat Hendrickse, Javier Cardellino y María Verónica Berzano, pero el jurado externo no les hizo lugar.

Cuando corrige los exámenes escritos, el jurado no sabe a quién pertenece cada uno. El participante está identificado con un código alfanumérico que se revela al final del proceso. “Pero cuando está revisando la impugnación, el jurado sí sabe a quién está corrigiendo”, dijo ayer un integrante del Consejo de la Magistratura.

Consultado sobre el motivo por el cual hacía esa observación, respondió: “habría que retocar el reglamento para que todo sea anónimo”.

Otra fuente en cambio opinó que «el Consejo no debería interferir en la etapa técnica, excepto que adviertan una arbitrariedad manifiesta».

La impugnación que presentó Sobisch está largamente fundada, incluso es más extensa que el examen en sí. El jurado le hizo lugar en una carilla.

Duprat y Calaccio aceptaron que son correctas las aclaraciones de la concursante respecto de párrafos del examen “que en una lectura rápida este jurado consideró confusos”.

En consecuencia, “concluimos que corresponde atender los fundamentos de la impugnación (y) debe elevarse la nota del examen escrito a 18 puntos”.

La próxima etapa será la entrevista personal. Para quienes concursan para ser juez en Neuquén se hará en esta capital, y en Chos Malal los consejeros entrevistarán a las candidatas que se presentan para la localidad del norte.

De allí surgirán las ganadoras del concurso.


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