Buscan agravantes para que vaya a prisión el que atropelló a Lucas

Sergio Vázquez está acusado de homicidio culposo. Tendrá condena en suspenso si no se demuestra que conducía a 30 kilómetros por hora más de lo legal o que estaba alcoholizado.

Los investigadores de la muerte de Lucas Caro buscan evidencias que les permitan demostrar que el comportamiento de Sergio Matías Vázquez, que lo arrolló con su auto el 28 de febrero pasado en Bariloche, merece ser calificado con agravantes de un homicidio culposo y lograr así una pena de prisión efectiva.

El homicidio culposo cometido por la conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria de un vehículo se pena con una prisión de entre 2 y 5 años, de acuerdo con algunas características del episodio.

Si es igual o menor a 3 años, la prisión efectiva queda en suspenso.
Por eso la fiscala Betiana Cendón debe demostrar en los cuatro meses que le dio el juez para investigar que cuando Vázquez atropelló a Lucas, de sólo 17 años, la noche del sábado 28 sobre la banquina de la avenida Bustillo, incurrió en alguno de estos agravantes:

•Escapó del lugar sin socorrer a la víctima, algo que efectivamente ocurrió, aunque en la audiencia de formulación de cargos, los abogados defensores dijeron que huyó por temor.

•Estaba bajo los efectos de estupefacientes. No se puede demostrar porque no le tomaron una muestra de sangre. Nadie explicó hasta ahora en el Poder Judicial por qué.

•Estaba con un nivel de alcoholemia igual o superior a 1 gramo por litro de sangre. El control se lo hicieron 10 horas después y el nivel fue de 0,52 gramos. Cendón pedirá un estudio retrospectivo para intentar demostrar que, cuando Lucas fue atropellado, Vázquez estaba con un nivel de ebriedad mayor.

•Conducía “en exceso de velocidad de más de 30 kilómetros por encima de la máxima permitida en el lugar”. En esa zona de Bustillo, en torno del kilómetro 10, la velocidad máxima permita es de 60.

¿Quién explica?

Lo que hasta ahora nadie explicó es por qué la audiencia de formulación de cargos no fue pública, como ordena la ley, ni la razón por la que no se informó que el imputado podrá transcurrir la prisión preventiva en su casa (una vez que se le provea de una tobillera electrónica).

Río Negro reveló el jueves pasado estas circunstancias.

Si la audiencia hubiera sido pública (la presencialidad en estos tiempos tan habitualmente virtuales es un detalle menor), se habría podido conocer los detalles del intercambio entre el juez, la fiscala y los defensores.

Cuando se informa a medias es que algo se está ocultando.


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