Cambio climático: ¿qué se modifica con Biden en el poder?

El nuevo presidente demócrata tomó una serie de medidas que cambian totalmente el rumbo que traía Estados Unidos con Donald Trump. Qué implican esos cambios en un mundo en el que el ritmo de las emisiones contaminantes está lejos de apaciguarse.

Issam Ahmed

Para combatir el cambio climático, el presidente electo Joe Biden devolverá a Estados Unidos al acuerdo del clima de París y, con toda probabilidad, bloqueará la construcción de un oleoducto incluso a riesgo de deteriorar las relaciones con Canadá.


Pero, después de cuatro años de presidencia de Donald Trump, los expertos consideran que el demócrata deberá restaurar la credibilidad de Estados Unidos en el escenario internacional proponiéndose objetivos concretos con miras a lograr la neutralidad de carbono para el 2050.


Para ello, Biden se propone reunir a los líderes de los países más contaminantes para una cumbre donde pretende convencerlos de hacer más ambiciosos sus compromisos medioambientales.
“Es importante que Estados Unidos demuestre que está decidido, y especialmente en casa”, dijo David Waskow, del World Resources Institute, un centro que aboga por que Estados Unidos establezca una reducción del 45% al 50% en las emisiones totales de gases de efecto invernadero para el 2030 respecto de los niveles del 2005.

Las empresas se apresuraron a adquirir campos petroleros antes de la partida de Trump.


La nueva administración planea imponer límites estrictos en materia de metano para las nuevas infraestructuras petroleras y gasíferas, dijo al sitio de noticias Vox un portavoz del equipo de transición del presidente electo, Jamal Brown.
John Kerry, exsecretario de Estado en la administración Obama, será la cara de Estados Unidos en las negociaciones internacionales sobre el clima, mientras los temas internos estarán a cargo de Gina McCarthy, principal asesora ambiental de la Casa Blanca.

Existen de entrada muchas medidas al alcance del demócrata para reparar el daño ambiental causado por su predecesor.
Estas incluyen el reingreso al acuerdo de París –un proceso de 30 días desde que Estados Unidos envía una carta a la ONU manifestando su voluntad de volver– y desmontar el oleoducto Keystone XL, que conecta las arenas bituminosas de Alberta con las refinerías de las costas de Texas.

Economía verde
Puertas adentro, Biden puede restablecer una serie de regulaciones ambientales eliminadas por Trump que van desde las emisiones de los automóviles hasta la contaminación atmosférica industrial. También puede establecer nuevos estándares de conservación, como el de declarar reserva el 30% de la tierra y el agua de Estados Unidos para el 2030.


La medida parece ser un primer paso para cumplir la promesa de campaña del recién juramentado presidente Joe Biden de prohibir todos los nuevos permisos federales de perforación, parte de su agenda más amplia para combatir el cambio climático global.
El jueves, Biden suspendió temporalmente el arrendamiento y los permisos de petróleo y gas en tierras y aguas federales mientras evalúa las implicaciones legales y políticas del programa, según un memorando del Departamento del Interior.

FILE – In this March 5, 2013, file photo, Trinidad Drilling rigs stand near Highway 59 outside Douglas, Wyo. In the closing months of the Trump administration, energy companies stockpiled enough drilling permits for western public lands to keep pumping oil for years. That stands to undercut President-elect Joe Biden’s plans to block new drilling on public lands to address climate change. (Leah Millis/The Casper Star-Tribune via AP, File)


La orden fue bien recibida por los ambientalistas y ridiculizada por la industria del petróleo y el gas, cuyas mayores empresas de perforación en tierra han acumulado permisos en anticipación de un cambio en la política federal.
Las tierras y aguas federales de los Estados Unidos representan cerca del 25% de la producción de petróleo crudo del país, lo que las convierte en un gran contribuyente al suministro de energía, pero también a las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos.
Trump había buscado maximizar la producción de petróleo, gas y carbón en la superficie federal, y rutinariamente minimizaba las amenazas del calentamiento global.

El presidente demócrata presentará al Congreso el próximo mes su plan de 2.000 billones de dólares que promete “enfrentar la crisis climática, construir una economía basada en energías limpias, abordar la injusticia ambiental y crear millones de empleos sindicales bien remunerados”.
Las medidas son muy similares al “green new deal” o “nuevo pacto verde” defendido por el ala progresista del Partido Demócrata.
Y es allí donde las cosas corren el riesgo de complicarse: el Partido Demócrata ejercerá un control muy frágil en el Senado y puede tener que hacer frente a posiciones contrarias y protestas.


Trump había buscado maximizar la producción de petróleo, gas y carbón en la superficie federal, y rutinariamente minimizaba las amenazas del calentamiento global.



“El desafío será reunir a los republicanos en torno a un proyecto de infraestructura de energía limpia que pueda reducir significativamente las emisiones estadounidenses”, dijo Paul Bledsoe, asesor climático del expresidente Bill Clinton y experto del Progressive Policy Institute.
Pero incorporar plenamente la acción climática a la forma en que se construye la economía es lo que la convertirá en una agenda “sostenible”, dijo Waskow.


Los desafíos políticos y técnicos son importantes, y Biden estará bajo presión para no reducir demasiado rápido los combustibles fósiles, especialmente el gas natural, que ha ayudado a Estados Unidos a bajar las emisiones durante una década y que es considerada una energía de transición esencial.


Pero también llega en un momento en que el cambio climático muestra registros récord, y buena parte de la opinión pública estadounidense quiere ver acciones inmediatas.
Una encuesta llevada a cabo después de las elecciones y publicada la semana pasada por un programa de la Universidad de Yale mostró que la mayoría de los votantes de ambos partidos apoya las políticas para reducir la contaminación por carbono y promover la energía limpia.


El presidente presentará al Congreso el próximo mes su plan de 2.000 billones de dólares que promete “enfrentar la crisis climática”, construir una economía basada en energías limpias.



El 53% de los electores cree que el calentamiento global debe ser una “prioridad importante” o “muy importante” para el presidente y el Congreso, y dos tercios ven el desarrollo de fuentes de energía limpia como una prioridad “alta” o “muy alta”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, elogió la decisión de Biden de regresar al acuerdo climático de París y le dijo “Welcome back” en un mensaje de felicitación después de su juramentación.


El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien está presionando a Biden para que cambie de opinión respecto a suspender el oleoducto, le prometió por su parte “trabajar juntos para promover la acción climática y el crecimiento económico limpio”.
Angela Merkel afirmó el jueves que ve posibilidades de una cooperación “más amplia” con el gobierno de Joe Biden que con su predecesor, Donald Trump, concretamente en materia climática.


“Si ustedes observan simplemente los decretos que fueron firmados ayer (miércoles) verán que podemos trabajar juntos de nuevo” en temas como el clima o la migración, dijo la canciller alemana en una rueda de prensa.
Al mismo tiempo, “sabemos que con la investidura del nuevo presidente estadounidense también habrá más conversaciones sobre la manera de hacer las cosas bien para los dos países”, dijo Merkel, aclarando que eso no significaba que estarán de acuerdo en todos los temas.


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