Auca Mahuida-Mina La Escondida

(Este es un breve aporte a la nota: “Los pueblos de Neuquén que luchan para sobrevivir”)

Este yacimiento minero, situado a 133 km. de Neuquén y a 89 km. de Rincón de Los Sauces por la ruta 8, fue abandonado en 1947 luego de una explosión, seguida de un incendio, en sus galerías subterráneas.

El pueblo Auca Mahuida, residencia de los obreros y sus familias, está ubicado a pocos kilómetros de las bocas y talleres de la mina y parte de sus viviendas fueron talladas a piqueta en los bordes de las bardas, con una sola pared de adobe que las cerraba por el frente. Por esta característica tan particular mantenían una temperatura estable, a pesar de las variables térmicas del exterior. Extinguida la fuente de trabajo, las familias mineras se vieron obligadas a migrar, y quedaron en el lugar solo una pocas familias de crianceros.

El mineral que se explotaba se denomina Rafaelita, una asfaltita con orígenes geológicos similares al petróleo.

La vida de los mineros no era fácil, trabajaban en tres turnos diarios y debían descender a las profundidades de la mina (hasta 100 metros) por medio de escaleras de mano cuyos tramos hacían un peligroso zigzag en descenso. Solo el mineral era ascendido en baldes por medios mecánicos.

Usaban cascos de Pertinax (papel impregnado con resina fenólica) equipados con una lámpara, alimentada con baterías que llevaban en el cinturón. El egreso de las profundidades se producía solo una vez al día –al final del turno– y se les proveía de una ducha caliente ya que el polvo del mineral les cubría la piel. Las enfermedades pulmonares eran frecuentes debido a la inhalación de polvo, no nos olvidemos que estamos hablando de la década del ‘40, cuando las medidas de seguridad eran escasas o nulas.

Actualmente se pueden ver los restos del obrador de la mina y las bocas de acceso a la misma, una estaba provista de un aparejo motorizado que izaba el balde y otras que son solo una excavación de sección cuadrada donde se pueden ver trozos de las escaleras manuales que se usaban.

En el obrador sobreviven los restos de un enorme motor que brindaba energía eléctrica al complejo. Recorriendo el campo de las inmediaciones, llama la atención una lomada que presenta una enorme depresión longitudinal, producto de la explosión que hizo caer el techo de las galerías y sepultó a muchos obreros.

Roberto C. Rivadulla

DNI 8.383.624


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