David Abraham, parte de una ilustre cofradía de médicos regionales

Nuestro homenajeado de hoy nació el 12 de marzo de 1926 en Capilla del Monte, en la provincia de Córdoba. Era hijo de inmigrantes judíos sefardíes provenientes de Esmirna, Moreno Abraham y Emilia (Yamila) Aruj. Apenas arribado a la Argentina, su padre trabajó como viajante comercial e inicialmente se radicó en La Rioja, donde fundó un bazar al que llamó Casa Moreno. Era el segundo de cuatro hermanos: René Abraham casada con Salomón Kunyo, turco, comerciante; José Abraham casado con Marta de la Vera Ocampo, era ingeniero, fue Director Ejecutivo del Ente Binancional Yacyretá”; y Sara Abraham casada con Isidoro Herchcovitz, comerciante. David estudió primaria y secundaria en La Rioja.

Los estudios de Medicina los realizó en la Universidad de Córdoba, ciudad a la que eventualmente se mudó con sus padres. “Allí, en 1949, mi padre conoció a mi madre, Rosa Ofengenden, secretaria en una de las clínicas en las que hizo prácticas, ella era oriunda de Mendoza, residió unos años con unos familiares en San Luis y a los 18 años se mudó a Córdoba, a vivir con su hermana Juana O. de Szvaigman. Rosa estaba emparentada con los Gutvay (Santiago y Raquel, de la Farmacia Comahue, que llegaron al Valle en los ‘60), y Rebeca, esposa de Pedro Moguillansky, de la Clínica Radiológica del Sur, de Cipolletti”, relató su hijo mayor, Emilio. El Dr. David se graduó en 1953, y se le presentó un escollo: para el acceso a los hospitales públicos se requería estar afiliado al peronismo, motivo por el cual un año después se enroló en el ejército como médico militar. Tras finalizar la formación, recibió destino en Neuquén y contrajo matrimonio con Rosa poco antes de que lo trasladaran.

De ese matrimonio nacieron 4 hijos: Emilio David, en el Hospital Militar de Cipolletti, dos hijos; Ricardo Daniel (1 hijo) y José Alberto, 2 hijos; y Karen Ethel. En el levantamiento de 1955, la guarnición de Neuquén marchó hacia Río Colorado para apoyar al gobierno legítimo, aunque al parecer se trató de una maniobra de los altos oficiales para alejar a las tropas y plegarse al golpe de Lonardi. En 1956 pidió la baja y se radicó en Neuquén, siendo uno de los fundadores del Colegio Médico. Simultáneamente trabajó en el Hospital Local, y en la consulta privada y posteriormente en una clínica que estaba en la calle Rivadavia, al lado del correo, hoy Policlínico Neuquén. Su hijo mayor recordó que acompañaba al Dr. David a hacer domicilios en una Estanciera, “muchas veces nos cruzábamos con Arabarco, o Calaf –enfermeros del ayer- que iban a aplicar inyecciones”. En torno a 1965 sufrió lo que entonces se denominaba surmenage, un agotamiento por exceso de trabajo. Dejó el trabajo en el Hospital local y continuó con la consulta local y la clínica. Aproximadamente a fines de la década del ‘60, junto con los Dres. Ángel N. Romero, Víctor Peláez y Beatriz Battisti de Peláez, concibieron la Clínica Pasteur, en la calle Rioja, cuya construcción no llegó a ver terminada. Falleció el 4 de marzo de 1970, mientras estaba en tratamiento en Buenos Aires por sus problemas de depresión, cansancio y sueño. David siempre se negó a incorporarse a instancias políticas relacionadas con la sanidad, a pesar de mantener relaciones muy cordiales, incluso de amistad, con los gobernadores Edelman y Asmar, y con el senador Capraro.

El Dr. Salto, el recordado intendente del Cipolletazo, fue siempre muy amigo del Dr. David. También los Gagliano, entre otros, se contaban entre sus amistades, y fue honrado por la invitación de D. Jaime Francisco de Nevares a impartir los cursos prematrimoniales que comenzaron a dictarse en la Iglesia. (Don Jaime ofició dos misas tras la muerte de mi padre). Entre otras de sus amistades se contaban D. Jorge Argüello Varela y su esposa, Raquel Luque. Su única “militancia” fue el sionismo: durante varios años fue responsable de Campaña Unida para Israel (Keren Hayesod) en la comunidad judía (de Cipolletti, que nucleaba a los judíos de Neuquén, Plottier, Centenario, Fernández Oro y Allen. En la foto con su padre y su hijo mayor. Hoy lo honramos a cincuenta y cinco años de su fallecimiento por su fecunda tarea para la medicina regional.


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