Don Ignacio María Lizaso y doña Estanislada Escala

Historia familiar de inmigrantes que se asentaron en el valle y se abocaron al trabajo sin descanso con su comercio familiar. Ignacio María Lizaso y Gavirondo nació en Urdaneta, Guipúzcoa, Países Vascos en 1885. Partió hacia la Argentina en 1905 con las ilusiones y esperanzas con las que venían todos los inmigrantes. Se alojaba en el Hotel de los Inmigrantes, en la ciudad de Buenos Aires, cuando fue contratado por don Pablo Echamendi para trabajar en su estancia en Estación Elvira, en la provincia de Buenos Aires. Doña Estanislada Escala Martinicorena, por su parte, nació en Echarri Aranaz, Navarra, el 7 de mayo de 1883: era la mayor de cinco hermanos.

En noviembre de 1909 se embarcó rumbo a la Argentina con la intención de visitar a su hermano Santos, que ya vivía en estas tierras, y a unos tíos y primos radicados en Quilmes. Su intención era la de quedarse un par de años y luego regresar a España, pero nunca más volvió a su tierra. Se ocupó como dama de compañía de la familia Echamendi. Viajó con ellos a la estancia de Estación Elvira, en la que conoció a don Ignacio, compatriota y vasco. Al tiempo se casaron en Buenos Aires en la Iglesia San Pedro Telmo y siguieron viviendo en la zona de campos de la provincia como Las Flores, Gorsh y San Miguel del Monte. En esos años nacieron sus hijos Elena, Delia, Ignacio y Margarita (mellizos) y Héctor y Alfredo (gemelos).

Ya en 1924 decidieron cambiar de destino y emprender viaje a Cipolletti, donde se encontraba radicado el hermano de Estanislada. Ese septiembre, ya instalados en Cipolletti, nacería María Leonor, la menor de sus hijos. Don Ignacio comenzó trabajando en la panadería de su cuñado para luego independizarse poniendo una verdulería y almacén, en el que su hija Delia fue una gran colaboradora.

Fueron años de mucho trabajo y grandes sacrificios, pero con profunda fe religiosa y grandes valores llevaron adelante la crianza de su numerosa familia formando a los hijos en la responsabilidad y el trabajo. De hecho, cada uno de ellos tenía una tarea antes de ir a la escuela (ordeñar la vaca, juntar los huevos, dar de comer a las gallinas y otros animales, pasar por la huerta, entre otras…) Con el paso de los años y con la activa participación de sus hijos, Alfredo primero y Héctor después, nació el reconocido Supermercado Lizaso, el primer autoservicio de la zona. Estanislada e Ignacio formaron un hogar ejemplar con una nutrida descendencia entre nietos y bisnietos. Sus hijos tuvieron actica participación social en la comunidad cipoleña.

Formaron sus familias: Elena se casó con Eugenio Serer (hijos: Pedro Eugenio, Juan Carlos, Nélida, José Luis y Cristina). Ignacio contrajo matrimonio con Irma Gómez Carrasco (hijos: Alfredo, Elizabeth e Ignacio); Margarita se casó con Julio Romano (hijos: Julio y Beatriz). Alfredo se casó con Constantina Garay (hijos: Ana María, Cristina y Alfredo Luis). Héctor se casó con Nelly Isidro (hijos: Héctor Fernando y Graciela) y María Leonor se casó con Antonio Torres Gómez (hijos: Carola, Antonio y Augusto).

Doña Estanislada falleció en marzo de 1973 a los noventa años y don Ignacio en abril de 1979, a los noventa y cuatro. Estuvieron siempre rodeados por el amor y cariño incondicional de sus hijos y nietos, y su hogar fue siempre el centro de inolvidables reuniones familiares y festejos especiales. Hoy los homenajeamos como ejemplos del esforzado trabajo con el que se cimentó el crecimiento regional.

Beatriz Carolina Chávez.