Las bellezas de Argentina
Fabián Wotnip
Buenos Aires
Durante mucho tiempo soñé con conocer maravillas del mundo. Como tantos argentinos, me dejé seducir por las fotos majestuosas del Machu Picchu, por los relatos de quienes escalan montañas ancestrales o se internan en los misterios de civilizaciones antiguas. Sin embargo, hay momentos en los que uno descubre verdades profundas no en la cima de una montaña, sino en el silencio de un cansancio inesperado.
Argentina no necesita envidiarle maravillas al mundo.
El Glaciar Perito Moreno, que cruje como si el planeta respirara. Las Cataratas del Iguazú, que se sienten como un bautismo emocional. La Quebrada de Humahuaca, donde los colores de la tierra narran historias más viejas que cualquier imperio. El Cerro de los Siete Colores, que parece pintado por un dios que conoce la paleta entera del universo.
A veces lo exótico se impone por puro marketing. Pero la belleza no siempre está lejos: está donde uno es cuidado, comprendido, esperado. Y ese lugar, muchas veces, se llama Argentina.
Comentarios