Robo de identidad

Ricardo Dougall, DNI 10.532.537
NEUQUÉN

En el estado de anomia en que vivimos como sociedad, quiero a través de esta carta, denunciar el robo de identidad perpetrado tanto por políticos oficialistas como de la oposición con respecto a nuestra identidad como ciudad de Neuquén. Hace diez años comenzó mi lucha por lograr que se respetara nuestra Carta Orgánica Municipal que en su artículo 1 ordena el uso del escudo municipal como emblema representativo de la ciudad. He recurrido en estos años a distintos concejales, Defensoría del Pueblo, Sindicatura Municipal, cartas de lectores, incluso a la Justicia cuyo defensor oficial en ese momento Romulo Pati en un escrito de cuatro renglones desestimó mi presentación.

Dicho símbolo fue creado por el señor Aldo Mástice y, oh casualidad, creador del escudo provincial quien fue reconocido como tal en un acto en la legislatura por el actual candidato Rolando Figueroa en su momento funcionario oficialista. Que raro que el partido mayoritario reconozca su obra a nivel provincial y a nivel municipal lo desconozcan demostrando una manifiesta bipolaridad. Fue nuestro Manuel Belgrano local y nos dejó un hermoso escudo.

Pero, en dos gestiones municipales consecutivas y de distinto signo político lograron hacer desaparecer el símbolo que nos identifica como ciudad, hoy reemplazado por un isotipo cualquiera, sin valor histórico ni representativo. Sí, se encargan de luchar por otras identidades. Pronto, la identidad mapuche tendrá más importancia que nuestra identidad como ciudad.

El uso del escudo municipal está reglamentado por distintas ordenanzas que indican su presencia en toda papelería, cartelería de obra pública, publicidad en los medios, etc, etc. El protocolo municipal, totalmente ausente. Una pena.

Los partidos chicos tampoco le dan importancia a tal atropello demostrando tanta mediocridad como la de la sociedad que los votó. Ni los políticos provinciales quienes viven en esta ciudad se interesaron en el tema. Tenemos los dirigentes que nos merecemos, de una sociedad mediocre no pueden salir políticos brillantes, o al menos, respetuosos de las leyes que nos rigen.

Reflexionemos sobre nuestro sentido de pertenencia. En este mundo globalizado es bueno sentirse “parte de”, nos unen cosas en común, amigos, lugares, afectos, actividades culturales y deportivas. Pero si nuestros dirigentes no respetan la carta Orgánica Municipal, dudo que sin normas y ejemplos claros podamos lograrlo.


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