Cervecerías de Bariloche piden que las dejen hacer delivery
La facturación de la treintena de fábricas cayó a niveles cercanos a cero. Quieren entrar a los súper y repartir a domicilio.
El sector cervecero local emplea a unos 1.000 trabajadores. Foto: Alfredo Leiva
Las restricciones a la circulación y a la actividad comercial “no esencial” causaron fuerte impacto en el sector cervecero local, que emplea a unos 1.000 trabajadores, y está paralizado por completo desde hace dos semanas.
La cámara que agrupa a los fabricantes de cerveza artesanal mantiene gestiones con el municipio a fin de lograr al menos un salvoconducto para vender sus productos a supermercados, almacenes y despensas, para lo cual deben cumplir un estricto protocolo.
El presidente de la entidad, Guido Ferrari, dijo que el objetivo de máxima es que les permitan comercializar en forma directa mediante delivery, “como ocurre con las cervecerías en Buenos Aires y en casi todo el país”. En Bariloche esa posibilidad sigue vedada.
Ferrari describió la situación que enfrentan como “apremiante”. El polo cervecero local reúne a unas 30 fábricas, un número igual o mayor de bares y brewpubs, y también un circuito de clientes que se extendía al resto del país.
El presidente de la entidad, Guido Ferrari, dijo que el objetivo de máxima es que les permitan comercializar en forma directa mediante delivery. Foto: Alfredo Leiva
polo cervecero local reúne a unas 30 fábricas. Foto: Alfredo Leiva
Hoy están reducidos a un nivel de facturación “muy cercano a cero”, dijo el empresario. Para los que venden sólo en barril la situación es peor porque no sólo es imposible despachar cerveza tirada sino que la prohibición alcanzó también a la recarga de growlers. Por ahora, la única forma de mantener algo de mercado es mediante el envasado, en botella o lata.
Ferrari dijo que trabajan para obtener una habilitación municipal que los autorice a vender en comercios minoristas.
Se proponen habilitar en lo inmediato esa vía de comercialización que igual está lejos de compensar las pérdidas sufridas por el sector.
Ferrari se quejó de que las cervezas tienen un estricto control bromatológico y “están contempladas dentro del código alimentario”, pero a diferencia de otros productores de alimentos están obligados a cerrar. “No entramos como actividad esencial” señaló. En contraste, las cerveceras industriales no encuentran obstáculo alguno.
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