Ciencia en casa: ¿cómo saber si las bebidas tienen realmente Vitamina C?

Un simple experimento para convertirnos en detectives en nuestra cocina y saber la calidad de lo que consumimos.

En un nuevo capítulo de ciencia en casa, esta vez la idea es convertirnos en detectives de nuestros propios alimentos. Además de leer los ingredientes en los paquetes de los productos que compramos y consumimos hay una manera sencilla de saber si eso que nos están proponiendo es tan cierto.
La científica neuquina Margarita Cesano propone hoy “testear la calidad nutricional de bebidas de consumo habitual. En particular, esta experiencia nos permite conocer el contenido de Vitamina C presente en las bebidas, de forma cualitativa, determinando su presencia o ausencia y comparando entre las distintas bebidas”.
Los pasos y los materiales necesarios son realmente sencillos, así que, lo que más se necesita, es ganas de investigar en nuestra propia cocina.

 Materiales necesarios:


-Infusiones varias: jugos naturales de naranja, mandarina, limón, jugos artificiales de los mismos sabores (concentrados, líquidos y/o en polvo), té, mate cocido, yerba mate, etc.
– Almidón.

– Agua natural

– Solución de Iodo (solemos tenerlo en el botiquín)

– Vasos o recipientes similares.

Paso a paso

1. Colocamos igual volumen de cada infusión en cada vaso, preparada tal cuál la tomaríamos. 
2. Preparamos una solución con 5 gr. de almidón en 100 ml de agua.
3. Agregamos una cucharadita de solución de almidón en cada recipiente y mezclamos.
4. Comenzamos a agregar la solución de Iodo gota a gota, agitando continuamente,  hasta que la solución vire hacia un color azul-violáceo. En ese momento, dejar de agregar iodo. ¡No olviden contar las gotas!
5. Anotamos la cantidad que gotas de solución de iodo que gastamos en cada caso. Cuantas más gotas agregamos para percibir el cambio de color, más Vitamina C contiene esa bebida.
¿Cómo es eso?

Si no hay vitamina C, al caer la primera gota de iodo, el iodo interaccionará con el almidón y formará un compuesto que será de color azul oscuro, violeta o negro. Si por el contrario, hay Vitamina C , el iodo reaccionará con la vitamina C, generando productos incoloros. Si continuamos agregando iodo, en algún momento toda la vitamina C se habrá convertido en ácido deshidroascórbico y por lo tanto el iodo interactuará con el almidón, produciendo el color oscuro característico.

La importancia de la C


La vitamina C se encuentra principalmente en alimentos frescos de origen vegetal, tales como frutas y hortalizas y, en menor medida, alimentos de origen animal.
Entre los alimentos de origen vegetal, pueden mencionarse los cítricos -naranjas, limones, limas y pomelos-, el kiwi, la banana; las hojas verdes de color oscuro, como la espinaca, contienen mucha más vitamina C que las hojas pálidas como el repollo y la lechuga. Las hortalizas de raíz y las papas contienen cantidades pequeñas pero útiles. El maíz tierno aporta algo de ácido ascórbico, así como los cereales germinados y las legumbres. Los productos animales (carne, pescado, leche y huevos) tienen cantidades reducidas.
Como el calor destruye con facilidad la vitamina C, la cocción prolongada de cualquier alimento puede destruir gran cantidad de la vitamina C que contenga. También, su exposición al oxígeno degrada la vitamina, por lo que es recomendable preparar los exprimidos de fruta y consumirlos en el momento.


En un nuevo capítulo de ciencia en casa, esta vez la idea es convertirnos en detectives de nuestros propios alimentos. Además de leer los ingredientes en los paquetes de los productos que compramos y consumimos hay una manera sencilla de saber si eso que nos están proponiendo es tan cierto.
La científica neuquina Margarita Cesano propone hoy “testear la calidad nutricional de bebidas de consumo habitual. En particular, esta experiencia nos permite conocer el contenido de Vitamina C presente en las bebidas, de forma cualitativa, determinando su presencia o ausencia y comparando entre las distintas bebidas”.
Los pasos y los materiales necesarios son realmente sencillos, así que, lo que más se necesita, es ganas de investigar en nuestra propia cocina.

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