Al cuidar la fauna nativa, productores venden con mejores precios a nivel internacional
En Zapala, Neuquén, una cooperativa adoptó técnicas de manejo que evitan que animales como puma, zorro o gato andino ataquen al ganado
En la provincia de Neuquén, está creciendo el número de productores que se suman a desarrollar prácticas que son amigables de la naturaleza.
Recientemente en la localidad de Zapala, se logró vender una gran cantidad de lana merino a partir de que el mercado se interesó en cómo los productores sumaron en sus procesos de producción, prácticas sustentables y amigables con la biodiversidad.
Son 45 productores que pertenecen a la Cooperativa Agropecuaria de Comercialización de Pequeños Productores de la Zona Centro de Neuquén. Lograron obtener la certificación internacional otorgada por Wildlife Conservation Society (WCS) Argentina por realizar prácticas ganaderas que reducen daños y promueven la coexistencia entre el ganado ovino y las poblaciones de vida silvestre. Como consecuencia de la certificación, consiguieron fortalecer el posicionamiento del producto de lana merino en el mercado internacional, y además elevar su precio de venta en un 15%.
Ezequiel Infantino, coordinador de Certificación y Cadenas de Valor de Wildlife Conservation Society (WCS) Argentina en dialogo con Diario RÍO NEGRO señaló: “Esta última venta de lana pudo confirmar que evidentemente se pueden realizar prácticas sin dañar, pero lo que se agrega es que ahora comienza a haber una relación el mercado que valora la forma que tienen de trabajar estos productores. Cuando conocen el origen de la fibra y cómo trabajan para obtenerla de manera amiga con la fauna, se termina por mostrar al resto del país que hay un mercado que valora esta perspectiva y las ganancias no se pierden, aumentan”.
La región patagónica cuenta con cientos de animales y se intenta proteger a la fauna silvestre nativa. Pero si bien hay leyes, a veces no alcanzan por lo que resulta necesario concientizar a la población para buscar alternativas que aporten al cuidado de la naturaleza.
Por años, la preocupación en torno a la coexistencia entre el ganado ovino y las poblaciones de vida silvestre ha mantenido en vilo a los productores que se veían en conflicto cuando perdían ganancias al ser atacados por algún puma, zorro o gato andino. Sin embargo, esos animales solo lo hacen por instinto de supervivencia priorizando su alimentación.
Pero la preocupación no era solo para con el ganado sino también para con los ejemplares de animales silvestres que se perdían cuando algún productor intentaba proteger a su rebaño. La matanza de la fauna silvestre alteraba al ambiente.
Entonces, investigadores y expertos en el área buscaron metodologías que aporten a la convivencia entre los animales y que beneficien tanto a los productores como a la fauna de la región. En conjunto con productores y productoras, la Subsecretaría de Producción de Neuquén, el INTA y organizaciones como Wildlife Conservation Society (WCS) Argentina implementaron cambios y ya se han obtenido resultados positivos.
Infantino señaló que dos acciones obtuvieron los mejores resultados: la implementación de luces disuasivas y la incorporación de perros protectores.
La técnica de luces disuasivas consiste en instalar un sistema de luz y en ocasiones sonido en puntos estratégicos de los corrales y zonas de descanso de animales. Las luces prendidas durante la noche ahuyentan a los carnívoros.
“Los animales tiene una aversión natural por las cosas nuevas. La luz y el ruido les producen una alerta y optan por alejarse”, indicó. Sin embargo, aclaró que los dispositivos no pueden permanecer en un mismo lugar, sino que tiene que ir rotando y darle un período de descanso, de manera que la fauna silvestre no se adapte a su presencia, es decir, para no dejar que se acostumbre porque puede perder el efecto.
En cuanto a la segunda herramienta que consiste en la incorporación de perros protectores de ganado, una de las más efectivas, Infantino explicó que “esta práctica se inició hace tiempo y el INTA ha sido pionero”. Agregó que desde el WCS Argentina lo que se hizo fue elaborar un criadero de perros protectores de ganado entre los que se destacan la raza Pastor de Anatolia y el Pirineo por ser las que tienen años de historia protegiendo rebaños.
“Estos perros tienen un instinto protector muy alto y un instinto predatorio muy bajo, algo que es lo más importante”, puntualizó y aclaró: “No es que queramos que desaparezcan los carnívoros de la zona de conservación, sino que simplemente no se acerquen al ganado”.
Lejos de parecer una metodología simple, la incorporación de perros protectores requiere un proceso largo de espera y entrenamiento para que así se puedan obtener buenos resultados. “Nosotros monitoreamos la actividad de los perros con collares GPC y además la presencia de carnívoros en la zona mediante la colocación de cámaras trampa y monitoreo de presencia de esos animales, como pumas, zorros, gatos andinos. Lo que vemos es que esos animales siguen estando en la zona, pero lo que no atacan al ganado. El productor gana y el ambiente también”, resaltó.
Hasta el momento, no hay registros de ataques de contacto físico entre pumas y perros porque son animales que cuando detectan la presencia de otro carnívoro tienden a no acercarse al grupo. Esto es lo que terminó por constatar que es la técnica más efectiva para la conservación de especies silvestres protegidas.
Pero para que el perro defienda su grupo se tiene que sentir parte y esto lo realizan con un proceso que se llama “impronta”. Este es un proceso que se da desde el nacimiento hasta el año y medio de edad de los perros. “Luego se los entrega castrados a los productores y desde entonces lo que hacemos es acompañarlos en lo que queda del proceso de Impronta y en sus primeros pasos como perros maduros”, comentó.
Las dos técnicas significaron un gran cambio teniendo en cuenta que durante muchos años se trató de enfrentar a los carnívoros con trampas o con la matanza, según Infante. Eso solo produjo un recambio de carnívoros sin dar solución real al problema. “Se sabe que cuando se elimina un carnívoro de una zona lo más probable es que en poco tiempo aparezca otro ocupando su lugar y así el problema persiste o muchas veces, se incrementa”, acotó.
“Lo cierto es que para los productores era y es un desafío convivir con los carnívoros porque suelen ser muy afectados por sus ataques, sobre todos los productores pequeños”, explicó Infantino y agregó: “Se han visto casos de pumas que han matado veinte chivas en una noche y eso para un productor pequeño podía ser la ganancia anual, por eso buscamos una forma de ayudarlos”.
Actualmente entre luces y perros, en Neuquén hay 60 productores certificados que aplican estas estrategias. “Nosotros entregamos alrededor de 20 perros, pero sabemos que en la provincia de la mano del todo el impulso que le dio el INTA y la Subsecretaría de Producción ya hay casi 200 perros”.
Cómo los productores cuentan con perros protectores
Como parte del proyecto de conservación los perros protectores de ganado son entregados a los productores que quieran obtener uno a un precio subsidiado por la institución. Pero en Neuquén particularmente, tras ver el éxito y los buenos resultados de estas estrategias, la subsecretaría de Producción se sumó al trabajo y comenzaron a lanzar créditos para acompañar a los productores en la compra para que todos puedan acceder a la herramienta.
Infantino detalló que generalmente se entrega un perro por familia respetando la cantidad de animales que tienen. “El trabajo de dos perros es necesario cuando se tiene mucha cantidad de animales. Pero en rebaños de la zona donde se tiene al menos 400 animales solo es necesario el uso de un solo protector”, aclaró.
Para la entrega de perros, se evalúa el territorio porque se busca darles prioridad a aquellas zonas donde hay más presencia de fauna en conservación. “Por ejemplo hay ciertas zonas con presencia de gato andino con distribución en Neuquén y en esas zonas las tenemos como prioridad”, dijo.
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