Buscan potenciar la producción de salmónidos sin dañar el ambiente en Piedra del Águila

Investigadores del CONICET y la AIC trabajan en estrategias para equilibrar la producción acuícola con la protección de la calidad del agua.

Sobre la cuenca del río Limay se ubica una cadena de cinco embalses destinados a la generación de energía eléctrica. Al aprovechar la calidad del agua, las provincias de Neuquén y Río Negro promovieron la cría intensiva de salmónidos en jaulas en dos de estos embalses.

En Alicura, en Neuquén, la actividad se desarrolla desde hace varios años. En Piedra del Águila, también en Neuquén, la actividad recién comienza a desarrollarse.

La calidad del agua en Piedra del Águila mantiene una baja concentración de nutrientes, que llaman “estado oligotrófico”, aunque podría verse alterada si no se tienen los cuidados necesarios con la producción acuícola.

Así lo consigna el trabajo liderado por los investigadores Gustavo Baffico y Pedro Temporetti, del Grupo de Calidad de Aguas y Recursos Acuáticos del instituto INIBIOMA, que depende del Conicet y la Universidad Nacional del Comahue.

“Como toda actividad productiva, la cría intensiva de salmónidos genera un impacto ambiental que, de no ser controlado y regulado, podría generar problemas sobre la calidad del agua del propio embalse y de los ubicados aguas abajo”, resumió Temporetti.

A través de un convenio de asistencia técnica firmado con la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas de los ríos Limay (AIC), los investigadores actualizaron un informe sobre la capacidad de carga del embalse a fin de estimar el impacto ambiental de las concesiones productivas.

El control y la regulación de la cría de salmónidos son esenciales para preservar la calidad del agua en la cuenca. Foto: gentileza

De esta forma las provincias de Neuquén y Río Negro sabrán cuál es el nivel de producción adecuado para mantener la condición del agua. Si estos niveles aumentan, podrían generarse consecuencias. En 2017, la Subsecretaría de Pesca de Neuquén solicitó al Grupo de Calidad de Aguas realizar un primer estudio para determinar la capacidad de carga del embalse Piedra del Águila.

“La capacidad de carga es la producción máxima que se puede realizar en un determinado ambiente, sin alterar las condiciones ambientales naturales o alterándolas lo menos posible”, describió Temporetti.

El trabajo fue financiado por el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y permitió establecer los sitios productivos -o potencialmente productivos- dentro del embalse y se calculó la capacidad de carga máxima. En esa oportunidad, la actividad acuícola era muy incipiente.

A partir de los resultados de ese primer estudio, la actividad acuícola comenzó a desarrollarse en el embalse a través de las diferentes concesiones otorgadas por las provincias de Neuquén y Río Negro.
Ocho años después de ese primer informe, la AIC consideró necesario actualizar la capacidad de carga considerando la producción ya existente en el embalse.

El pasado 28 de diciembre se firmó el convenio de asistencia técnica entre la AIC y el Conicet a fin de recalcular y actualizar la capacidad de carga del ambiente para mantener la condición “oligotrófica”. Para este trabajo, se accedió a la base de datos hidrometeorológicos y de calidad de agua de AIC. Esa información es obtenida a partir de los planes anuales de monitoreo que llevan adelante las cinco represas.

El plazo de entrega del informe fue de seis meses. “Se parte de la base de no alterar el estado trófico del embalse para mantener la calidad del agua», especificó Temporetti.

Un informe técnico estimó la capacidad de carga del embalse Piedra del Águila para evaluar el impacto ambiental. Foto: gentileza

Por qué impacta en la producción

La producción intensiva de salmónidos en jaulas requiere del aporte de alimento balanceado, rico en nutrientes -principalmente de fósforo y nitrógeno- que permite que los peces se desarrollen rápidamente.

Sin embargo, parte de estos nutrientes ingresan al ambiente aumentando las concentraciones que naturalmente se encuentran en él. Ese incremento altera la calidad del agua y genera un aumento en la producción de algas y una disminución de la transparencia del agua.

Tanto en el informe de 2017 como en el recálculo actual, el embalse de Piedra del Águila es oligotrófico, aunque se hizo un llamado de atención.

«Esa condición de oligotrófico está yendo al límite y podría pasar al siguiente estado que se llama mesotrófico. Esto significa que las concentraciones de nutrientes y la producción primaria en el embalse aumentaron y la calidad de agua se empieza a afectar», puntualizó.

Temporetti advirtió que se hizo un estudio previo en el embalse en 2013, aunque «aguas arriba en Alicura, donde está la mayor producción acuícola de Argentina» y se trata de «dos ambientes distintos que no es posible comparar».

«Alicura tiene dos o tres veces más producción que Piedra del Águila. Hay criaderos grandes pese a que el ambiente es más chico en cuanto a volumen, profundidad media y superficie. Tiene la mayor producción de truchas en jaulas a nivel nacional», definió.

El plazo para el informe final es de seis meses. Los resultados brindan herramientas de manejo para que los organismos que deben decidir sobre este tipo de actividades productivas intensivas consideren el impacto ambiental asociado. Y a la vez, puedan compatibilizarlos con otras actividades en los embalses, como la generación de energía eléctrica, el riego y la provisión de agua potable en la zona del Valle.


Sobre la cuenca del río Limay se ubica una cadena de cinco embalses destinados a la generación de energía eléctrica. Al aprovechar la calidad del agua, las provincias de Neuquén y Río Negro promovieron la cría intensiva de salmónidos en jaulas en dos de estos embalses.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora