Mejora la convivencia con el huillín, la nutria que habita en Patagonia

Se trata de una especie de mamífero acuático que está en peligro. Biólogos y especialistas en conservación se dedican a preservar las condiciones del río Limay y sus costas. Allí se encuentra la única población estable de huillines de agua dulce del país.

Es la nutria con menor área de distribución en el mundo y está en la Patagonia. Se llama huillín o también se conoce como lobito de río patagónico, y es una especie de mamífero acuático que está en peligro. Hoy biólogos y especialistas en conservación vuelcan todos sus esfuerzos a preservar las condiciones del río Limay y sus costas. Allí se encuentra la única población estable y permanente de huillines de agua dulce de la Argentina.

Se estima que hay unas 13 especies de nutrias en todo el mundo. La mayoría se encuentra en peligro de extinción ya que fueron cazadas para abastecer a la industria peletera. Recién en 1950, se prohibió la actividad.

Antiguamente, esta nutria se encontraba desde el norte de Neuquén hasta Tierra del Fuego, a través del cordón andino patagónico. También en algunos sectores de la estepa. Actualmente, su presencia se acotó a la cuenca del río Limay (dependiendo del agua dulce) y en la costa marina fueguina.

Tiempo atrás, se creía que el ser humano representaba una amenaza para estos animales y no podían convivir. Por eso, se limitaban muchas actividades humanas para garantizar que la especie continuara viviendo. Sin embargo, con el paso del tiempo, el paradigma cambió.

En el último tiempo, las observaciones directas del huillín por parte de guías, pobladores y pescadores dieron lugar a un sistema de registro colectivo. A través de ese sistema, cada vez que se observa un ejemplar se da aviso al Parque Nacional Nahuel Huapi y, en conjunto con el equipo del Área Protegida Río Limay, construyen un mapa sobre la situación actual del huillín en el río. Una investigadora del Conicet lleva adelante un estudio genético que podría especificar cuántos individuos hay.

La bióloga Carla Pozzi, del área Biología de la Conservación del parque nacional Nahuel Huapi, contó que en otros lugares del mundo también se observan nutrias «en áreas con diversas magnitudes de uso por el ser humano. Surge el interrogante sobre si habrá más nutrias en los diversos lugares o si mejoró el sistema de registro por el ser humano, con el avance de la tecnología».

Durante el último verano, comentó Pozzi, «muchas personas cruzaron algún huillín que permaneció en el lugar, sin huir. Muchos pescadores vieron cómo un huillín pasaba por debajo de sus botes. O los mismos kayakistas. Si no huye, nos podemos volver a conectar».

¿Qué motivó este cambio de paradigma? Pozzi consideró que los antiguos métodos de monitoreo resultaban poco efectivos si se los compara con el actual avance de la tecnología. Además hubo campañas de visibilización de la especie, a nivel local, que permiten que las personas conozcan sobre la importancia del registro de la especie. La gente tiene teléfonos celulares con cámaras y se instalan «cámaras trampas» para estudiar a esta especie, algo que antes no sucedía.

Hoy más personas pueden sacar una foto cuando están en lugares al aire libre. Antes, cada tanto salía algún fotógrafo con cámara de rollo, pero era poco frecuente que se cruzara con un animal, señaló Pozzi que coordina el proyecto de Conservación del Huillín del parque nacional.

Aún hoy, esta nutria continúa en peligro de extinción. Su población, en la cuenca de Limay, se mantiene estable según resultados obtenidos durante el año 2021. En los últimos años, sin embargo, los mismos pobladores del río Limay, los guías de pesca y los guardafaunas comenzaron a registrar la presencia de la especie en el área.

Este río tiene un rol fundamental como corredor para el huillín ya que le permite transitar entre las dos subcuencas del Nahuel Huapi y del Traful.

«No significa que haya una población más grande de huillines», aclaró Pozzi, pero insistió en que la cuenca del Limay alberga a la única población estable y permanente de animales de agua dulce del país.

Más al sur de la región, en la cuenca del río Manso, el Lago Fonk y el parque Los Alerces también hay registros de huillines, aunque no se sabe aún si son individuos que provienen de Chile o de Argentina y si conforman una población o simplemente están allí ocasionalmente. «Que el ser humano pueda convivir con el huillín nos pone en relieve esta responsabilidad», afirmó.

Los especialistas recomiendan cuidar la calidad del agua así como las costas adyacentes a estos cuerpos de agua donde habita el huillín. Por eso, la indicación principal es no ensuciar el agua y mantener las condiciones de la vegetación costera.

Pozzi especificó que cuando el animal sale del agua, necesita refugiarse en la vegetación costera. «No construye cuevas sino que adecúa las áreas costeras y se ubica en el río Limay bajo los sauces», indicó.

El río que separa y une a la vez

Además, dos grupos de guardafunas dependientes de la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de Río Negro llevan adelante el registro respecto de la presencia del huillín en el tramo que comprende desde la naciente del río hasta la zona de la balsa de Villa Llanquín. Se trata de un área protegida de Río Negro, por fuera del parque nacional Nahuel Huapi, aunque el trabajo de conservación es conjunto ya que un área se encuentra enfrente de la otra.

Uno de los puestos de guardafaunas está ubicado en la tranquera de ingreso a la estancia San Ramón, en Río Negro. El otro puesto se encuentra en la entrada a Villa Llanquín.

Exequiel Braccalente, coordinador del Área Protegida del río Limay, explicó que el método de observación del huillín es indirecto ya que «es azaroso» detectar a la especie. Por eso, se realizan caminatas y recorridas cotidianas sobre la rivera para evaluar los dormideros y descansadores. También analizan si la materia fecal es compatible con el huillín o el visón y si esa deposición es reciente o antigua.

«Al encontrar rastros de su presencia y restos de comida, inferimos que la especie está presente en distintas zonas del río. Por eso decimos que el método es indirecto. Y valoramos los testimonios de los pobladores. Cuando surge algún relato, se pide información del lugar en que se lo vio, el momento y las características», detalló Braccalente.

Ante la presencia de cualquier visitante en esa área protegida, los guardafaunas brindan información respecto de los cuidados «en términos generales» aunque uno de los objetivos de conservación es el huillín como especie emblemática. «Si bien esta denominación se la dio Parques, nosotros la asumimos. Trabajamos en forma conjunta. El río nos separa y nos une. El huillín también», planteó Braccalente.

«El huillín -continuó- habita todas estas áreas. Las personas ponemos límites al ambiente, pero el ambiente va más allá».

Qué hacer para ayudar al huillín

El huillín mide en promedio de 120 centímetros. Come principalmente cangrejos y langostinos de agua dulce y peces. Es un depredador tope que ocupa el mismo rol que el puma en ambientes terrestres. Los guardafaunas informan a cada visitante sobre el valor especial que tiene la zona del Limay para el huillín y les indican ciertos cuidados.

«Es una especie muy sensible pero está muy habituada a convivir con seres humanos. Se creía que la presencia humana podía ahuyentarlos y que no regresaran. Evidentemente hay datos que comprueban lo contrario porque vuelve a su lugar», sintetizó Braccalente.

Lo calificó como un animal de «hábitos crepusculares» ya que se lo suele ver bien temprano en la mañana o al atardecer. «Podemos convivir teniendo en cuenta que todo lo que deje rastros de nuestra presencia es incompatible con la presencia del huillín. Si dejamos el lugar tal cual, no lo afecta», indicó Braccalente.

Hay que seguir estas cinco recomendaciones para preservar el hábitat del huillín:

-No ensuciar el agua con aceites o detergentes. No se deben lavar los utensilios en el río.

-No retirar la vegetación costera o reemplazarla por otra exótica.

-No extraer tierra negra ya que se alteran las condiciones del lugar y de esa forma, el huillín no elegirá ese sector como descansadero o dormidero.

-Tampoco se recomienda llevar perros al área del Limay ya que suelen contagiar enfermedades a

los huillines y atacarlos.

-No dejar residuos, ni hacer fuego.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios