Cobos sería vicepresidente hasta mediados del 2010

¿Está en orden la casa radical tras la consagración de Ernesto Sanz como jefe partidario?

«Sí», asegura el cobista rionegrino Pablo Verani, curiosamente sin soltar la mano del gobernador kirchnerista Miguel Saiz, cuya afiliación algunos ponen en duda. «Hay un comité nacional integrado por consenso, con fuerte presencia del grupo que apoya a Julio Cobos», admite el «orgánico» Juan Manuel Casella, sin dejar de señalar que se avecina un proceso complejo para resolver la próxima candidatura, previas elecciones internas abiertas y simultáneas, a celebrarse en agosto de 2011.

«Todavía ´en la madriguera K´, y después de haber sido sometido a un gran desgaste dentro de la UCR, Cobos no tiene estatura de líder pero ya es considerado como el radical más representativo», ilustra el neuquino Horacio Quiroga, ladero de Enrique «Coti» Nosiglia, el «sponsor» o administrador político del mendocino que aspira a la Presidencia, atado quizá hasta la mitad de 2010 a la responsabilidad para la que fue elegido en 2007, secundando a Cristina Fernández, de la que se divorció de hecho por la resolución 125 sobre retenciones agropecuarias.

Aún visto como irrefrenable el avance de Cobos, éste se verá condicionado por el vicepresidente Ángel Rozas y otros dirigentes (aquí se ubican Jesús Rodríguez, Mario Negri y Carlos Becerra), que le exigirán que se legitime en comicios frente a Gerardo Morales, «Lilita» Carrió y Hermes Binner y haga una propuesta programática para desplazar a Néstor Kirchner y mostrarse con capacidad de gobernar la Argentina.

Los diferentes sectores del radicalismo consideran un error apresurarse a dar por finiquitado antes de tiempo el acuerdo cívico y social, pero no ocultan su disconformidad por lo que interpretan como un excesivo individualismo de Carrió o «la ambigüedad» del socialista Binner.

«El veto de Lilita hacia Cobos es inadmisible. Si no le gusta lo que piensa, tendrá que ganarle en la interna», recita Casella, quien para aventar suspicacias le viene reclamando al vice que se pronuncie sobre temas tales como el cambio climático, la inseguridad en el Gran Buenos Aires, Botnia, la reforma carcelaria y la disminución de imputabilidad de los menores.

«Ahora el radicalismo tiene autoridad para ser la columna vertebral de cualquier alianza», afirma Verani, vicepresidente segundo de la UCR y promotor de la «inclusión» de gobernadores e intendentes que se arrimaron al fogón K para recibir fondos de la tesorería nacional. El senador se siente cómodo con los socialistas de Rubén Giustiniani y acepta que es muy difícil conformar a Carrió. «Crea partidos y después se va. Ha hecho tres en seis años», menciona.

El jueves Sanz dará el presente en Corrientes, al acto de asunción de Ricardo Colombi, quien después de ganar la gobernación en nombre de la UCR, prometió acompañar a Kirchner en 2011. «No vamos para apoyar a Colombi, sino a testimoniar que no nos dejaremos robar el triunfo», se anticipó a este diario.

Cobos, en tanto, está decidido a ceñirse a su rol institucional por lo menos durante el primer semestre de 2010. Luego pediría una licencia para sumergirse en los temas partidarios, para lo que demandará un apoyo cada vez más explícito de Sanz, quien hoy hace equilibrio y sostiene también al grupo de Morales. A sabiendas de que la idea cae mal en un vasto espectro radical identificado con Ricardo Alfonsín, el vicepresidente no escatima contactos en la provincia de Buenos Aires con los peronistas disidentes Felipe Solá y Francisco de Narváez, en función de un eventual entendimiento para la gobernación del principal distrito del país.


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