Colomichicó, deterioro y abandono

Neuquén

Se sobreentiende que para poder entrar al parque arqueológico Colomichicó se deben cumplir algunos requisitos mínimos como, por ejemplo, recurrir a un guía que, por supuesto, es imposible conseguir o nunca está disponible; que por lo menos el ingreso al parque tenga una puerta lo suficientemente infranqueable para el caso en que uno intente entrar a visitarlo sin permiso (como lo hago habitualmente) o a robar piezas o tallarlas por su cuenta, como lo hizo Antonio y algún nazi, y no la tranquera ordinaria atada con alambre que existe hoy en día; que, por ejemplo, el centro de interpretación recientemente inaugurado con bombos y platillos y que nos costó unos cuantos millones a todos los argentinos esté abierto, y sobre todo un día feriado como lo fue ayer (3 de marzo), al que acude muchísima gente interesada en conocerlo; que los carteles de interpretación estén legibles y no el desastre que son hoy; es decir, que este bellísimo e invalorable parque arqueológico, único en el mundo y que tiene más de 1.600 años de antigüedad, se jerarquice de una vez por todas porque a este tren, en pocos años, no queda nada, ya que la gente aprovecha este interminable descuido para llevarse algún souvenir para decorar su casa o su jardín o tallar su nombre…

Aquí en las fotos están las evidencias de tan solo este último año, del esmero, dedicación y responsabilidad con que se cuida este lugar que debería ser sagrado…

Ricardo A. Kleine Samson

DNI 13.877.267


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