Columna «En la cocina»: «¡Y, vos sabrás…!» 29-10-03

-¡Eduardito! -me dijo el gordo Boedo en mi regreso a las conspiraciones del quincho luego de dos meses de ausencia, e inmediatamente me apuró con una pregunta.

-¿Cuál es el arquetipo del buen gobernante…?

-El que tiene el cinismo de Bismarck, la voluntad de Churchill, la audacia de Roca y algo, nada más que algo, del carácter de Sarmiento -respondí.

-¿Y qué tiene de Bismarck el 'Gringo' Soria?

-Los ojos aguados, cansados… y fuerte dosis de desprecio por la tilinguería…

-¿Y del gordo Churchill…?

-Sólido aguante para los licores… Garganta de amianto, bien templada en esa materia… ¡Y eso habla de voluntad de acero…!

-¿Y de Roca, qué tiene Soria?

-El convencimiento no confesado -nunca Carlitos lo va a confesar- de que «paz, administración y progreso» puede ser, como consigna, algo grisácea, pero como objetivo concreto de ejercicio de poder, excelente propuesta…

-¿Y de Sarmiento, qué tiene Soria? -preguntó Ludovico.

-Y… en materia de carácter no disimula nada… Y si el carácter tiene días de perros, bueno, que tenga días de perros… ¡Nada del disimulo hipócrita y castrador del convento…! ¡Como Sarmiento: un carácter vinculado con claros criterios de poder…!, como dice esta especie de Bucay de la historia que es «Pacho» O'Donnell.. -¿Y de Perón, qué tiene Soria…?

-Lo nombra por compromiso… No más… Además, no se tiñe y se viste mejor, más sobrio que el viejo… que usaba zapatos de tres o cuatro colores, la cintura del pantalón a la altura de las tetillas… anillos, cadenas, guayaberas… boquillas de oro… ¡Un desastre cómo se vestía el general…! ¡Seguro que lo asesoraba algún gorila!

-¿Soria tiene alguna frase preferida?

-Siempre rompe con una que extrajo de las memorias de Mitterrand, un tipo por el cual siente admiración… «El poder político no se apoya en la ilusión que crea, sino en la esperanza que encarna y que puede, ella sí, ser ilusoria»…

-¿Y qué no es Carlos Soria?

-No es vago… No es como… como por ejemplo Martín Fierro, que la jugaba de perseguido para no laburar… y seguro que si encontraba laburo, mandaba un certificado médico… Soria labura, cuesta seguirlo en eso… Y Soria tampoco se arrastra por lograr la adhesión de la autodenominada y peligrosa «masa»… No es un seductor de «las orillas»… Nada de esa demagogia tan propia de Alem… Alsina, que dicho sea de paso, tenía al matón Juan Moreira de custodio -respondí.

-¿Y qué saben de «Goyo» Martínez? -preguntó el gordo Boedo…

-Y… tras la derrota fue a verlos a Pablo y al «Fino»… quería una explicación…

-¿Y?…

-Y… Pablo y «Fino» lo miraron en silencio y de golpe, al unísono, respondieron…

-¿Qué respondieron…?

-«Mirá «Goyo», el que perdió fuiste vos… vos sabrás explicarte la derrota»….

Eduardo Gilimón