Cómo ve la gente al fútbol argentino

En marzo del año pasado, Claudio Chiqui Tapia fue elegido nuevo presidente de la AFA después de una acefalía de dos años y ocho meses tras las 35 temporadas ininterrumpidas de Julio Humberto Grondona en el poder. La promesa que se hizo por entonces el fútbol argentino, fue llegar ordenado y en paz al final del año del Mundial de Rusia. A pocos días de haber comenzado el 2019, está claro que el pacto no se cumplió.

El fútbol nuestro navega errante por aguas que cree conocer aunque una y otra vez se ahoga en su carcaza común. A pesar de sus mismos errores y sus mismas miserias, sólo lo mantiene a flote la trascendencia e influencia sobre la vida cotidiana de los argentinos. Es innegable que el fútbol está bien metido bajo la piel de la gente, que es alegría y es carnaval, pero quiénes lo conducen lo transforman en un drama recurrente.

La angustia de las Eliminatorias, el arribo providencial del salvador Jorge Sampaoli y su rápido descenso a los infiernos, el frustrante Mundial de Rusia y el aún palpable papelón que no respetó fronteras de la final de la Libertadores entre River y Boca, es el triste balance del año futbolístico 2018 en la Argentina.

Hace algunos meses dos consultoras, Giacobbe y Ceis, hicieron un relevamiento sobre cómo perciben los aficionados a nuestro fútbol y sus protagonistas. Los resultados fueron terminantes, siendo Chiqui Tapia el de peor imagen negativa. La contracara fue Lionel Messi, adorado por la opinión pública a pesar del fracaso de Rusia.

Al asociar libremente con una sola palabra a ambos personajes, los encuestados remarcaron el término “corrupto” y “mafioso” para Tapia y “genio” para el crack rosarino. Según Giacobbe, la imagen negativa del titular de AFA es del 57,1% y la positiva de apenas el 7,7%. Con Messi las tendencias se invierten: 72,7% positiva y sólo un 6,3% negativa.

La consulta también alcanzó la figura de Diego Maradona, quien en su vuelta a la dirección técnica estuvo a punto de ascender junto a Dorados a la primera división del fútbol mexicano.

Reafirmando su condición de personaje odiado y amado casi en partes iguales, el para algunos mejor jugador de todos los tiempos cosechó una imagen positiva del 32,2% y una negativa del 48%.

Otro dato a destacar es que según las pertenencias ideológicas, del porcentaje negativo de Diego el 60,6% corresponde a simpatizantes del Pro y el 11% a los peronistas; mientras que en los votos positivos el 21,6% son del Pro y el 72,7% de los peronistas.

Casi el 60% de la población está interesada en el fútbol nuestro y sin dudas ese es el porcentaje que lo mantiene con vida. El maltrato y la desvalorización dirigencial no ha sido capaz aún de prevalecer sobre la pasión, que al menos aquí, todavía no tiene fecha de vencimiento.

Al asociar libremente una palabra con una personalidad, el encuestado revela en qué lugar de su mapa mental está posicionado.

La Pulga manda

El más odiado