Compromiso para pacificar el barrio Confluencia

Gobierno, Justicia y vecinos pactaron medidas. Mantendrán una fuerte custodia policial.

NEUQUÉN

NEUQUÉN (AN).- Después de los gravísimos hechos ocurridos la semana pasada, el gobierno y la justicia se comprometieron a ejecutar un plan de pacificación en el barrio Confluencia de esta capital.

Lo hicieron desde la voz del ministro de Seguridad de Neuquén, Gabriel Gastaminza, y del fiscal Pablo Vignaroli, quienes se comprometieron ante la vecinal y un grupo de pobladores del sector a poner en marcha medidas de acción directa para paliar la violencia que ejercen desde hace un tiempo grupos de jóvenes enfrentados.

El cónclave se desarrolló en Casa de Gobierno y también participaron el jefe de la Policía y las subsecretarias Encarnación Lozano y Olga Guzmán.

Como primera medida confirmaron que el barrio continuará con una fuerte custodia policial y que se pondrá en marcha un “plan de control de seguridad inmediata”, según confiaron los vecinos. La segunda “pata” del proyecto es más ambiciosa, y tiene que ver con “un programa de acción y atención integral para los jóvenes”.

En Confluencia hay miedo y eso se nota en las voces. La mayoría de los que habla pide anonimato. “Es fácil hablar y escribir como los miembros de la Pastoral Social, pero ellos lo hacen atrás de un escritorio. Somos nosotros los que ponemos el cuerpo”, explicó uno de los pobladores atemorizados. Se refiere a la dura carta que emitió el organismo que depende del Obispado de Neuquén, criticando con dureza al Estado provincial.

Ahí, en el barrio donde este año ya mataron a tres personas (Dolorindo Matus, Javier Rubilar y Orlando Pereira), no quieren que “se mezcle la política con los hechos de violencia”. Pereira era un militante del MPN, pero “lo mató una bala policial y nada tuvo que ver la política”, remarcó la misma fuente, y agregó: “la justicia nos tiene que ayudar porque el joven de 18 años que baleó a dos vecinos después del asesinato de Pereira, fue liberado hace unas horas”.

Ocurre que tras el crimen de Pereira, un grupo de vecinos enardecido quemó y derrumbó una vivienda de la calle Belisle. Decían que ahí residía una de las bandas.

Las horas posteriores fueron álgidas y dos vecinos de esa casa vuelta cenizas los siguientes baleados. “Ese pibe (el de 18 años) le preguntó el nombre, le apuntó a la cabeza y le tiró a las piernas. La víctima (una de ellas) es docente primario y uno de los que le reconstruyó la casa cuando se quemó hace años. Le pagaron con un tiro”, siguió la voz anónima, que a la vez mostró algo de optimismo por la reunión en la Gobernación.


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