Coritiba se desquitó con la misma medicina

En el partido de ida, Central había ganado 2 a 0.

Si una semana antes Coritiba había parecido un equipo menor, anoche ofreció una cara distinta, para derrotar 2 a 0 a Central por el Grupo 9 de la Copa Libertadores.

Rosario se encontró con un clima caliente, el clásico hervor que suelen enfrentar los equipos argentinos cuando salen a jugar en las canchas brasileñas. Y, virtudes de la localía, su adversario, Coritiba, que había aparecido como un rival débil y vulnerable una semana atrás en Rosario, anoche lució temible, con la confianza arrolladora que suelen mostrar los equipos brasileños como locales.

Fue así que la presión del local lo hizo alcanzar la apertura del marcador antes de la media hora de partido, ventaja que obligó a Central a adelantarse en el marcador y dejó espacio para que el local pudiera lucir su toque. Fue el defensor Reginaldo Nascimento quien se elevó más que nadie en el área tras un córner y, de cabeza, ubicó la pelota lejos del alcance de Gaona.

En Central, Pablo Sánchez y Messera buscaron adueñarse de la pelota, intentando abastecer a los incansables Herrera y Belloso, que pese a esfuerzo poco podían hacer para vulnerar la defensa local.

Se acercaba el final del primer tiempo y Central comenzó a hacer llover centros sobre el arco local. Uno de los tantos rebotes fue tomado por Sánchez, cuyo remate en comba, desde un costado, fue desviado por Fernando.

Ya en el segundo, Central intentó acercarse con peligro al arco de Coritiba, pero sus intentos naufragaban antes de llegar al área. Todo era muy tímido. La sensación que desprendía el campo de juego era que al equipo argentino le costaba todo mucho.

El local, en cambio, tuvo un cuarto de hora, entre los 10 y los 25 minutos del complemento, en que azotó al equipo de Russo con sus ataques. Gaona primero con una mano, Carbonari después cerrando espectacularmente, Talamonti más tarde: todos ellos evitaron que Central su

friera la segunda caída de su arco, la misma que hubiera dado por concluido su aspiración de empate.

Russo apeló a los cambios y sacó a Herrera y puso a Cámpora. Sacó también a Sánchez. Pero el equipo rosarino no lograba llegar con peligro. Irace y Messera se encontraban, pero nunca podían urdir una maniobra que pusiera en riesgo la victoria brasileña.

Tanta incapacidad visitante, y tanto espacio abierto para la contra del local, se conjugaron para que Coritiba llegara al segundo, el que puso distancia inapelable en el marcador.

Adriano tomó la pelota pasada la mitad de la cancha y comenzó a maniobrar ante la desesperación del cierre de los defensores rosarinos. Combinó con el colombiano Aristizábal, quien le devolvió la pared. Otra vez con la pelota, Adriano definió con el arco vencido.

Ya no había tiempo para más. Central se volvía con la cabeza gacha y el consuelo de conservar la punta. Coritiba con la satisfacción de que la clasificación, lejana hasta el día anterior, desde anoche no era un anhelo descabellado.


Si una semana antes Coritiba había parecido un equipo menor, anoche ofreció una cara distinta, para derrotar 2 a 0 a Central por el Grupo 9 de la Copa Libertadores.

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