Covid: poco margen económico y político


En el gabinete económico reconocen que no hace falta un cierre total para frenar la recuperación. Restricciones limitadas y el propio clima de incertidumbre alcanzan.


Qué hacer? La pregunta se repite todos los días en la Casa Rosada y por momentos paraliza al gobierno. La confirmación de que Alberto Fernández tiene coronavirus potenció un tema que ocupa el primer lugar entre las preocupaciones del Ejecutivo hace semanas: cómo enfrentar el fuerte aumento de casos de coronavirus en todo el país y fundamentalmente en el área urbana de Buenos Aires, en un contexto de gravísima crisis económica. El dato oficial de pobreza que publicó el Indec en los últimos días agravó la incertidumbre. Cómo restringir la circulación del virus, cómo limitar actividades (algo que, aún sin convertirse en un cierre total, tendría impacto en la economía) si el 42% de los argentinos -y más de la mitad de los habitantes del conurbano bonaerense- está debajo de la línea de la pobreza.

Algunos números. En el Gran Buenos Aires viven 12.453.896 personas de acuerdo a los datos oficiales. Según informó el Indec el último jueves, el 2020, el año de la pandemia y -para los argentinos- de una de las cuarentenas más largas del mundo, terminó con 6.353.604 pobres en el conurbano bonaerense. El 51% de la población del distrito. A fines del 2019, la cifra era 40.5%. En la Ciudad de Buenos Aires viven 3.000.594 de personas y el 16,5% es pobre: el año previo, era 13,5%. Ambos distritos conforman el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). En términos nacionales, el promedio de nuevos casos diarios saltó por encima del 70% en los últimos 15 días. Los casos diarios en el AMBA superaron a los del rebrote de enero y tocaron niveles de septiembre pasado. Afortunadamente, el sistema sanitario responde bien y el número de muertes se mantiene por ahora en niveles estables.

Los datos que el Indec publicó oficialmente ya eran conocidos, aunque fuera en un sentido más “abstracto”, en el gobierno nacional. “No eran necesarias las cifras finas para saber que la situación económica es delicada”, sostienen en Nación. El problema es el siguiente, reconocen en el Ejecutivo nacional: en el preciso lugar donde habría que instalar restricciones más severas -de acuerdo a la línea sanitarista que entiende que imponer restricciones es la forma más efectiva de contener los contagios-, es el lugar donde menos margen hay en estos momentos para frenar la actividad.


Al igual que el margen económico, el margen político también es mucho menor que en el 2020. La tensión entre el gobierno nacional y la oposición no para de aumentar.


En el gabinete económico reconocen que no hace falta un cierre total como el del año pasado para frenar la recuperación económica que empiezan a mostrar algunos sectores productivos: restricciones limitadas y el propio clima de incertidumbre lo provocarían. En esa línea, y aunque las señales de que la situación sanitaria se complica se conocen hace días, el gobierno se limitó a recomendaciones, se concentró en restringir los viajes al exterior y evitó tomar medidas drásticas antes de que concluyan las minivacaciones de Semana Santa.

Pero para el Ejecutivo, la discusión no pasa sólo por los costos económicos, sino también por los costos políticos. Nación marcó una serie de ejes epidemiológicos y priorizó las campañas de concientizacion, pero la responsabilidad quedó en manos de los gobernadores. Como los mandatarios provinciales no tomaron decisiones contundentes, hubo irritación en la Casa Rosada, donde la falta de una línea clara de acción genera parálisis: los problemas de coordinación quedaron en evidencia cuando miembros del Gabinete nacional salieron a desmentir a la propia ministra de Salud, Carla Vizzotti, quien habló de medidas que no estaban discutidas y aceptadas en el Ejecutivo.

El Ejecutivo nacional quiere el retorno del esquema de trabajo AMBA: mecanismo de decisión conjunta con el gobenador bonaerense Axel Kicillof (FdT) y el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta (PRO). Esta modalidad dejó el año pasado al inicio de la pandemia una serie de fotos políticas de buena valoración. Pero, del mismo modo que sucede con el margen económico, el margen político también es mucho menor que en el 2020. La erosión de la relación entre los dirigentes políticos de ambos distritos es evidente, y la tensión política entre el gobierno nacional y la oposición no para de aumentar.


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