¿Cuándo murió?

En lo relativo al dictamen de autopsia es preciso señalar que la fijación de la hora de la muerte no suele ser exacta más que en la ficción cinematográfica. (Tribunal Supremo de España, Sala Penal, 13/6/85).

Por Adolfo Scatena (*)

Establecer con fidelidad el momento de la muerte de una persona es uno de los grandes retos que diariamente se le presentan al profesional de la medicina legal y forense.

Como hemos leído en la prensa local en los últimos tiempos, la determinación del momento de la muerte adquiere importancia en los casos criminales, ya que puede eliminar o sugerir sospechosos, confirmar o descartar un testimonio. Pero desgraciadamente, todos los métodos en uso en la actualidad para determinar el momento de la muerte son hasta cierto punto poco confiables y poco exactos, ya que utilizan fenómenos cadavéricos variables y de comprobación subjetiva. Usualmente generan respuestas dudosas o vagas. La suma de los resultados de varios métodos permite llegar a una data que, si bien puede no ser exacta, sirve a los fines de orientar la investigación de un hecho delictivo.

 

(A) El proceso de la muerte

Mientras existe vida, el organismo lleva oxígeno a los tejidos mediante la circulación de la sangre y retira los desechos, muchos de los cuales se despiden a través de los pulmones, donde la sangre se carga nuevamente de oxígeno que lleva a los tejidos. Es el funcionamiento del corazón el que se encarga de hacer circular la sangre por todo el cuerpo. Mediante este proceso el cuerpo puede defenderse de bacterias y gérmenes. Al sobrevenir la muerte, las bacterias se reproducen sin freno y fabrican sustancias que disuelven componentes del cuerpo. Estos cambios se conocen como descomposición cadavérica.

El cuerpo comienza a descomponerse a partir del momento de la muerte en forma variable por la acción de factores como la temperatura, el lugar donde está el cuerpo (afuera, adentro, en el agua, en el desierto, etc.), la humedad ambiente, las corrientes de aire, las condiciones físicas del fallecido, la vestimenta, etc. Los cambios en el cuerpo humano son similares a los que se observan cuando un trozo de carne común se pudre.

La muerte es un proceso, y la estimación de la data de la muerte depende de la observación de los cambios que ocurren durante ese proceso.

 

(B) Información aportada por la autopsia

En la autopsia se observan algunos cambios en el cuerpo, a saber.

El enfriamiento. En vida el cuerpo mantiene una temperatura de alrededor de los 36,8 grados centígrados. Después de la muerte el cuerpo comienza a enfriarse hasta que alcanza la temperatura del ambiente. La velocidad de enfriamiento constituye uno de los factores que se utilizan para determinar el período pos-mortal, pero hay que tener en cuenta que existen demasiadas variables que afectan el enfriamiento (peso y altura, cantidad de grasa del cuerpo, vestimenta, posición del cuerpo, edad, corrientes de aire, etc.)

La rigidez. La rigidez pos-mortem se origina por la contracción y endurecimiento de los músculos del cuerpo producto de cambios químicos que ocurren después de la muerte.

Esquemáticamente se puede decir que la rigidez aparece una hora o dos después de la muerte, alcanza un máximo a las doce horas, se mantiene por doce horas y desaparece dentro de las doce horas siguientes.

El rigor fija el cuerpo en la posición en que lo alcanzó la muerte; un muerto sentado mantiene esa posición gracias a la rigidez.

También acá hay muchas variables que hacen su utilización poco confiable para determinar la data. Por ejemplo, los obesos no siempre desarrollan el rigor, los delgados lo hacen más rápido, el calor acelera el proceso, el frío lo retarda, una pelea o el shock lo acelera.

Las livideces. Al morir, el corazón deja de latir y, por lo tanto, la sangre con sus propiedades vitales deja de circular por el cuerpo. Por efecto de la gravedad la sangre se va depositando en los vasos sanguíneos de las zonas declives del cuerpo, mientras que las partes superiores se blanquean, palidecen. El depósito de sangre en las partes más bajas del cuerpo les da a los tejidos un color rojo vinoso, que cuando se trata de la piel se conoce como lividez y cuando se trata de órganos internos, como hipostasia.

Las livideces comienzan alrededor de 30 minutos después de muerto, pero se pueden blanquear al presionarlas hasta las cuatro horas y se fijan entre ocho y diez horas, aproximadamente.

El contenido gástrico. Si en el contenido gástrico se pueden identificar a simple vista los alimentos, podemos presumir que la muerte se produjo dentro de las dos horas después de la ingestión. Si el estómago está vacío podemos asumir que la muerte se produjo más allá de las cuatro o seis horas después de comer.

Para este cálculo es fundamental conocer la hora de la comida. Además, estos tiempos varían de acuerdo con los alimentos consumidos.

En la escena del crimen, la presencia de restos de alimentos en la mesa y el conocimiento de los horarios de comida; qué comió el muerto durante su última comida y a qué hora, es información importante para determinar la data de la muerte.

 

(C) Información obtenida en la escena del crimen o de testigos y que contribuyen a determinar la data de la muerte

Fecha y hora en que el muerto fue visto por última vez con vida.

El estado de la casa, fecha de los diarios, el correo acumulado, los platos sucios en la pileta, la comida en la mesa, etc.

Si las luces están encendidas, las cortinas o persianas cerradas, son datos que también pueden ayudar.

Si el cuerpo se encuentra a la intemperie un día de lluvia y el suelo debajo de aquél está seco, averiguando a qué hora empezó a llover se puede estimar que murió antes de esa hora.

Si hubo una pelea y el reloj está detenido, ésa puede ser la hora de la muerte.

Si el muerto tenía la costumbre de comer a horas más o menos fijas o la presencia de comida preparada en la mesa puede ayudar a determinar la hora posible de muerte sobre la base del contenido gástrico.

Resumiendo, la determinación de la data de la muerte es compleja. Los resultados de la investigación policial, los hallazgos de la autopsia, los hábitos del muerto y las manifestaciones de testigos, todo debe tenerse en cuenta al hacer una estimación inteligente de la data de la muerte.

Por último, debe tenerse en cuenta que algunos de los elementos que pueden proporcionar información acerca de la data de la muerte de una persona no son estrictamente médicos ni biológicos. Una buena parte de ellos se obtiene en el curso de la investigación policial y suelen ser elementos muy valiosos, tanto en sí mismos como por su utilidad en el establecimiento de una hora o fecha de la muerte, como, de manera indirecta, por su capacidad de exclusión de resultados proporcionados por sistemas biológicos de estimación.

 

 

(*) Médico forense, 2ª Circunscripción

Judicial de Río Negro


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