A 30 años de «Perros de la Calle», el debut de Quentin Tarantino

La ópera prima del aclamado director cumple tres décadas desde su sorprendente estreno en el Festival de Sundance. El comienzo de un estilo muchas veces imitado pero jamás igualado.

Si se tratara de fútbol, el debut cinematográfico de Quentin Tarantino en “Perros de la Calle” podría compararse con hacer un gol en tu primer partido en Primera.

Pocos directores pueden jactarse de un comienzo de carrera así. Aunque el mayor reconocimiento llegó dos años después con “Pulp Fiction”, “Reservoir Dogs” marcó el camino y sentó las bases de un estilo con múltiples influencias pero que igual es único.

Cuenta la historia que el camino que derivó en su primera película no fue de rosas para Tarantino. Las dificultades para costear un proyecto a la altura de sus guiones hizo que decida bajar la vara y pensar un relato que demande un presupuesto acotado.

Ahí surgió “Perros de la Calle”, centrada en un accidentado asalto que prácticamente no se ve en pantalla y, en gran parte, en una sola locación.

Hay dos nombres claves que hicieron posible que se lleva a cabo la cinta: Lawrence Bender y Harvey Keitel. El primero fue el productor que confió en el joven realizador después de quedar maravillado con el guión.

Fue él quién le acercó el libreto al consagrado actor. Keitel también se entusiasmó con el proyecto y se sumó como coproductor, lo que generó un efecto dominó que atrajo a otros apellidos conocidos como Tim Roth, Steve Buscemi y Michael Madsen.

Desde la primera escena en una cafetería, queda en evidencia uno de los rasgos más caracteríscos y elogiados de Tarantino: los diálogos.

En un travelling circular, el director presenta a los personajes con un recordado diálogo sobre el significado de “Like a Virgin” de Madonna.

Como reprodujo en muchos momentos de su filmografía, Quentin apostó porque el espectador conozca a los protagonistas mediante una charla trivial y banal, sin aparente importancia en el hilo argumental.

La estructura no lineal en capítulos es otro aspecto que supo desarrollar con efectividad. El manejo de la información se arma y se muestra en función del ritmo que jamás decae.

Harvey Keitel fue el primer actor en leer el guión de Tarantino. Le gustó tanto que también fue parte de la coproducción.

Otra cosa inolvidable de “Perros de la Calle” es su excelsa banda sonora. A partir de la inclusión en la trama del programa de radio “K-Billy y el Supersonido de los 70”, Tarantino incluye una lista de canciones no tan populares pero que calzan perfecto.

Así como suena “Hooked on a feeling” de Blue Swede, recuperada por Marvel en “Guardianes de la Galaxia”, el momento musical estelar es el de “Stuck in the Middle with You” de Stealers Wheel.

En esa escena el director contrarresta un violento corte de oreja con el icónico baile de Michael Madsen. A pesar de la crudeza del ataque, la agresión nunca se ve en pantalla.

La película fue estrenada el 21 de enero de 1992 en el Festival de Sundance y rápidamente se convirtió en un éxito.
El sorprendente debut le abrió numerosas puertas a Tarantino que tuvo que lidiar con muchos menos problemas para filmar “Pulp Fiction” su segundo “golazo” cinematográfico.

Incluso sus dos primeros guiones pudieron ver la luz con otros directores tras las cámaras. Tony Scott rodó “Amor a quemarropa” (True Romance) y Oliver Stone hizo lo propio con “Asesinos por natulareza” (Natural Born Killers). Las dos historias llevan el sello de Tarantino.

Su particular estilo fue muchas veces imitado pero nadie lo hace como él. Al cabo de su filmografía, Quentin demostró la misma osadía y desparpajo de su primera película. A 30 años del estreno de “Perros de la Calle”, Tarantino sigue vigente. Tanto el film como el director envejecieron muy bien.


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