«La infancia que me dio raíces», un libro que desde Bajada del Agrio en Neuquén llegó a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires
Juana Mabel Miranda trae una una historia que sacan a la luz la vida rural de familias donde las infancias deben afrontar miles de vicisitudes y aún así encuentran las raíces para florecer en otros ámbitos.
Juana Mabel Miranda nació en Las Lajas y creció en el entorno rural de Bajada del Agrio, una localidad ubicada a 60 kilómetros de Zapala, en la provincia de Neuquén. En ese contexto rural pasó toda su infancia, su adolescencia y formó su propia familia. Es maestra rural, ahora jubilada. En sus tiempo libres garabateaba historias de su pueblo en un papel, hasta que un día su hijo músico, Luciano, le propuso escribir algunas letras para llevarlas al tono de canción. Así nació su primer libro «La infancia que me dio raíces», que se presentado en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que se realizó desde el 24 de abril hasta el 12 de mayo.
En su carrera frente a las aulas de los niveles primario y secundario de Bajada del Agrio, Juana estuvo enfocada en Lengua, Literatura, y Ciencias Sociales. «Siempre busqué que cada área se complemente con la otra y siempre buscaba que alumnos y alumnas leyeran todo lo que estaba al alcance nuestro», comentó la docente, ahora escritora. «Siempre fomenté mucho la literatura y la escritura, teniendo como referente la enseñanza de mis propios maestros», aseguró como para empezar a contar su historia.
Y llegó el momento de la jubilación hace cuatro años. Juana comenzó a escribir historias, que «a través de una ventana «la transportaban a su infancia y su adolescencia. «Cuando se acercaba ese momento con mis compañeras, sentadas en el aula de maestros, empezamos a pensar en qué ibamos a hacer después de esto. Unas decían que iban a viajar, otras que iban a dormir hasta tarde. Yo llegué al libro», aseguró Juana recordando las charlas previas a la jubilación.
Al finales de la pandemia, la docente y escritora comenzó con un emprendimiento para vender hierbas de la zona, «una especie de dietética». En ese mismo momento, su hijo que estudiaba en Villa María composición musical regresó al hogar familiar.
Un día como cualquier otro, entre mate y mate, «charlando así como de la nada con su hijo, empezaron a surgir las anécdotas del campo, con mi abuela, de la forma de vida de esta gente de Bajada del Agrio y él (por su hijo) ya había escrito desde su visión canciones que relatan la vida de estos paisajes», comentó la autora de este libro que fue presentado en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

Un día Luciano la interpeló y la animó a que le escriba sus propias historias para llevarlas en modo canción. Le dio miedo pero se animó. Y allí germinó la semilla de su primer libro, que asegura Juana, no será el único.
«Me senté en la computadora y empecé a escribir, armando un archivo para mandarle a mi hijo y otro para guardarme para mi. Hice en ese momento, varias capacitaciones, todas relacionadas en cierta forma con la escritura. Así fue que ese cúmulo de cosas me fue impulsando a seguir escribiendo», dijo Juana Mabel.
En el proceso de la escritura, recordó que alguna vez había tenido redes sociales. Las retoma y se topa de frente con una editorial. «Decidí escribirles, aún cuando no tenía en mente la idea de un libro pero sí la posibilidad de probar qué podía pasar con mis textos», comentó. Y un buen día, le llegó un mensaje avisándole que su libro sería publicado. Comenzó entonces la revisión de textos, consensucar el diseño de la tapa y el título
Los ejemplares llegaron a su casa y así como la vida va poniendo palos, también abre caminos, Juana se encontró fotuitamente con gente de la secretaría de Cultura de la provincia de Neuquén. «Íbamos de viaje y paramos en una estación de servicio de Las Lajas y me cruzó con Rayén que conocía a mi hijo por su música. Le recordé quien era y me pasó algunos contactos que me iban a orientar en el camino que yo quería seguir», recordó, agregó.
Y esos contactos dieron su fruto: este año llegó con su libro «La infancia que me dio raíces» a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, donde firmó autógrafos, habló sobre su obra e intercambio experiencias con otros autores. Allí estuvo el 7 de mayo y al día siguiente se presentó en la Casa del Neuquén en Buenos Aires.

De cuál infancia se escribe
El libro comienza en el punto cero en que una madre adolescente queda embarazada y da a luz a una niña a la que bautizaron Juana Mabel Miranda. «Traté de reflejar un poco lo que vivió mi mamá a causa de la presión social y del tabú que existía en esa época. Ahí mi abuela que era criancera del lado de Vaca Muerta, no de los pozos de petróleo, sino de Mariano Moreno y Bajada del Agrio se hizo cargo de todo», comenzó a relatar la escritora.
Su historia de niña, según lo cuenta en su libro, giró en torno a decisiones de quienes tenían en su momento el poder de dirigir una familia y pocos recursos económicos para sostener una vida estable. «Y luego pasaron cosas, que trato de narrar sutilmente», aseguró. Pero no es por temor que lo dice sino porque sabe que la historia debe ser contada, pero al mismo tiempo es necesario preservar a otros tantos que forman parte de ella.
Se crió en el campo de su abuela y vivió la vida de un criancero, de la man de su abuela y arriba de su caballo. Su familia fue cambiando con el paso del tiempo, en medio de varias tormentas. Pero a Juana nunca le obstaculizaron la oportunidad de estudiar. Curso la primera y la secundaria en la única escuela pública de Bajada del Agrio, luego pasó al Normal Nacional de Zapala donde se recibió de docente. A los 18 ya era maestra de la escuela primaria donde ella estudió. Todo estas historias y las que no fueron contadas por acá están en su primero libro.
Para este fines de año, Juana está «amasando» su segundo libro, para el cual ya tiene varios archivos guardados, pero de los cuales prefirió no revelar detalles. Habrá que esperar.
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