Empobrecimiento educativo y desafíos

Una gran deuda con sus estudiantes. La educación pública rionegrina sigue dando señales de una crisis que se extiende y llena las mochilas de los alumnos. Niños que no aprenden saberes básicos. Adolescentes que son promovidos sin acreditar los conocimientos que deberían y jóvenes que ingresan a la universidad con un grado de desorientación mayúsculo. Desde hace años.

Algunos hechos recientes actualizaron el debate sobre la calidad educativa y su evaluación en todo el sistema.

En el Nivel Primario, la noticia de una decisión nacional que establece el fin de la repitencia en primer grado, para garantizar la continuidad de los estudios y evitar el fracaso escolar, trajo opiniones a favor por establecer una mayor inclusión educativa, aunque con advertencias sobre la necesidad de medidas complementarias, y otras en contra, señalando que sólo maquillan estadísticas y promoverán el empobrecimiento de la enseñanza y la postergación de los problemas. (Ver página 26)

En el Nivel Medio, los resultados de los cursos de ingreso a las universidades regionales actualizaron el debate sobre la calidad de la enseñanza secundaria, dado que en varias pruebas de conocimientos básicos de matemáticas y de lectura y comprensión de textos el porcentaje de reprobados superó el 60%.

En tanto, varios académicos y trabajadores del sistema denuncian que, al menos en Río Negro, las políticas oficiales apuntan a suprimir exigencias, lo cual mejora las estadísticas pero no resuelve problemas de fondo.

Y es en la precaria ruta de la transición, en la escasa articulación entre el Nivel Primario, el Nivel Medio y la universidad, donde parecen salir más a la luz los baches, coinciden los docentes, directores de escuelas, profesores universitarios y especialistas en educación consultados. “El sistema educativo es como una carretera poceada, el auto esquiva y esquiva y es posible que llegue a destino… pero absolutamente deteriorado”, resume a “Debates” el docente y supervisor de escuelas medias rionegrinas Daniel Vitullo.

La discusión es amplia y las “culpas” para repartir son muchas; sin embargo, la mayoría está de acuerdo con que se debe poner fin a los pases de factura y empezar a revisar integralmente el sistema, realizar un diagnóstico y arremangarse para trabajar.

De hecho, el debate sobre calidad educativa es nacional. “La Argentina tiene las tasas de escolaridad más altas de América Latina, pero con profundas desigualdades y una amplia dispersión de sus resultados de calidad”, señala el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el crecimiento (Cippec) en su reciente propuesta de “100 políticas para potenciar el desarrollo del país”. Y agrega :“Es sabido que los alumnos de los sectores más pobres repiten y abandonan la escuela más temprano. En total, sólo 31 de cada 100 alumnos que empiezan primer grado terminan la secundaria. Por esto, es clave prevenir el fracaso escolar con apoyo integral a los alumnos desde el primer grado y con acceso masivo al Nivel Inicial”. Así, recomiendan extender el plan de jornada extendida implementado en Río Negro, ya que “en las diez escuelas que extendieron la jornada en el 2006 la tasa de repitencia cayó del 7,86 al 2,3% en sólo cinco años”.

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“Los estudiantes salen de la secundaria sin saber, sin comprender lo que leen. No tienen fluidez y menos saben redactar. Eso les dificulta mucho su ingreso y permanencia en la universidad”, coinciden un profesor universitario y un docente de Nivel Medio rionegrino.

El debate no es menor. ¿Cuál es la formación que reciben los estudiantes en las escuelas? ¿Cómo salen de la primaria? ¿En qué condiciones ingresan al secundario? ¿En qué situación dejan atrás la vida en el Nivel Medio? Los especialistas agregan: ¿cuál es el rol de los docentes, de los padres y de los alumnos? ¿Son muchas las pretensiones en el ámbito académico?

“El sistema educativo provincial necesita una revisión profunda con un análisis detallado de qué es lo que está pasando adentro de las escuelas. Yo estoy de acuerdo con que hay que debatir la ley de educación, pero creo que no es el momento. Debatir la ley no es lo urgente”, opina Vitullo. “Hace falta trazar un diagnóstico y analizar el rol docente”, agrega. (Ver aparte)

A estas alturas casi nadie discute las carencias del sistema de media y las consecuencias para los jóvenes que traen aparejadas. Se puede sostener que “si se quiere saber dónde estará ubicada una nación en el escenario económico mundial en el 2050 hay que averiguar cuál es hoy el nivel educativo de sus adolescentes de 15 años. Éste es el indicador que mide la Prueba PISA”, reflexiona Alieto Guadagni, de la Academia Nacional de Educación. (Ver aparte)

En mayo, la finalización de los cursos de nivelación de matemática para la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Comahue culminó con menos del 40% de los estudiantes aprobados. En el informe se destaca que los alumnos no sólo “traen incorporados escasos conocimientos concretos en matemática” sino que tienen “dificultades en el desarrollo del pensamiento lógico, en la interpretación, análisis y resolución de situaciones conflictivas, falta de sentido crítico sobre los resultados obtenidos e incapacidad de comprensión de consignas e interpretación de textos”. De ellos, el 30% había estudiado en Río Negro y el 63% en Neuquén.

En un proceso similar realizado en la Universidad Nacional de Río Negro se conoció que más de la mitad de los estudiantes que rindieron el examen de lectura y comprensión de textos (ILEA) desaprobaron y alrededor del 40% tampoco pasó la prueba de razonamiento y resolución de problemas (RRP). De 1.479 estudiantes que rindieron, se apuntó, 951 aprobaron el RRP y 528 lo desaprobaron y 630 aprobaron el ILEA y 850 salieron mal.

“Se pide lo básico, son conocimientos elementales, comprender un texto, advertir distintos puntos de vista”, se aclara. Tanto es así que “Introducción a la escritura y lectura académica”, implementada como un curso intensivo de verano, este año se incorporó como materia cuatrimestral. Y se extendió el plazo –a un año entero– para que los jóvenes que habían salido mal en el primer intento pudieran volver a rendirla.

La directora general de Asuntos Académicos de la UNRN, Graciela Giménez, sostiene que actualmente “el desempeño de los alumnos es deficiente, en general, porque hay una escasa articulación entre nuestra escuela media y la universidad, (pero) hay un Estado provincial que aprueba este desempeño en el nivel secundario, entonces sorprende que sea así”.

Entre ambos niveles “hay formas diferentes de aprendizaje. En la universidad es una vida diferente”, resalta Giménez. Y destaca que se advierten “graves problemas en lectoescritura y comprensión de textos. Para ellos entender la idea, resumir, contárselo a otro, es un trabajo académico que no saben porque no se ha venido haciendo en el secundario. Además de carencias en lectoescritura, tienen dificultades para manejar fuentes, integrar conocimientos. Y preocupa la resolución de problemas, que no sólo es aplicar matemáticas, abarca muchas cosas: aclarar, sintetizar, contrastar, clasificar, sacar estadísticas…”.

La docente opina que “en todas las universidades de la Argentina se debe disponer de una actividad de articulación, porque arrancar de cero es imposible”.

Las cifras son elocuentes. El índice de deserción universitaria, en promedio, ronda el 35% en el primer cuatrimestre y el 40% en primer año. En la escuela media el índice de no promoción, de primero a segundo año, también supera el 30%.

“La falta de articulación” entre los niveles es, para Luis Canavero, director de un secundario rionegrino, una de las claves del problema. “Si el sistema educativo no funciona como sistema, pasan estas cosas. Hoy los niveles educativos funcionan como compartimientos estancos y el problema de fondo es la falta de articulación entre los subsistemas del sistema”. “Existen, o al menos están creados, consejos zonales de planificación de educación superior, pero no está institucionalizado, no hay política de articulación y después nos pasan la factura”.

Para Juan Carlos Pedroza, también directivo de Nivel Medio, las carencias “vienen de arrastre”. “Los chicos llegan muy mal de la primaria. Son chicos con grandes carencias, muchos no saben leer… Lo que pasa es que por la edad no hay más repitencia, los hacen pasar”, aunque no acrediten saberes. “Son acreditaciones sociales”, se explica desde la Supervisión de la Zona II en Roca. “Los estudiantes llegan con su legajo, donde consta que terminaron la primaria, pero de puño y letra de la maestra se aclara que terminó el 7º grado pero tiene un nivel de conocimientos de 5º . (Ver aparte)

Roxana Muñoz es profesora del Instituto de Formación Docente provincial e integra el Área de Alfabetización Académica, que se creó en el 2010 en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNC e hizo hincapié en la necesidad de comenzar a familiarizarse con este concepto. “Un problema pasa por la pretensión de los profesores universitarios de que los estudiantes ingresen con competencias de lectura de nivel académico –opina–. En la mayoría de los casos esas dificultades están relacionadas con que ellos, en este nivel, están abordando nuevos géneros discursivos. Se siguen exigiendo habilidades que los alumnos no tienen por qué traer de otros niveles”, planteó. El proyecto propone ayudar a los jóvenes de Nivel Medio en “el primer acercamiento al discurso académico”. Por eso, cada fin de año se realizan dos semanas intensivas de encuentro con estudiantes de 5º y 6º años de escuelas medias. (Ver aparte)

Silvana Salinas

slsalinas@rionegro.com.ar