Las dudas sobre la salud de Putin se incrementaron a partir de su imagen en un discurso.
Opinión Debates

Conociendo Rusia: los años de Vladimir Putin


Cómo entender Rusia? ¿Cómo hacerlo con un país tan grande que ocupa dos continentes y que está cortado por once husos horarios? ¿Cómo entender que un país cuya superficie representa el 11 por ciento de la tierra firme del planeta, de la cual su parte asiática le alcance para ser el país más grande de Asia y su parte europea le sobre para ser el más grande de Europa, quiera seguir sumando tierra para sí? Porque, dicen los rusos, donde haya rusos hay Rusia. También lo dice Hinde Pomeraniec, durante una extensa charla con Río Negro, en el marco de Nave de No Ficción, el Festival Iberoamericano de Periodismo Narrativo que la Fundación Periodismo Patagónico organizó en Bariloche a comienzos de noviembre. Allí, ofreció una charla titulada “La guerra en Ucrania: ¿el fin del romance de los rusos con Putin?

Autora de “Rusos. Postales de la era Putin” (2009) y su correlato “Rusos de Putin. Postales de una era de orgullo nacional y poder implacable” (2019), Pomeraniec escribió sobre él y sobre ellos, Putin y los rusos, porque siempre se preguntó quiénes eran los rusos que apoyaban a Putin, quieren eran los que lo habían votado.

Entre ambos libros hay exactamente diez años de diferencia y entre el último y los días que corren algo pasó: el 24 de febrero de pasado, Rusia invadió Ucrania desatando una guerra brutal como lo son todas las guerras y que continúa hasta hoy, muy a pesar de lo que imaginaban Putin y los rusos, sus rusos.

El presidente ruso, Vladimir Putin, afirma que su país no tiene como objetivo «destruir» a Ucrania Foto: Ramil SITDIKOV / SPUTNIK / AFP.

Con la guerra y su ¿inesperado? Derrotero, el título del segundo libro inevitablemente se resignifica: ¿aquellos rusos de Putin siguen siendo los mismos? ¿quiénes son ahora los rusos de Putin? Porque votar por Putin y apoyarlo, en su momento, para una guerra que suponían breve era una cosa; pero, otra muy distinta es apoyar al líder en una guerra que, lejos de devolverle el orgullo nacional, los está devolviendo a la humillación de la que se suponía los iba a rescatar.

Hinde se sumerge en la Rusia de Putin y mucho de lo que encuentra allí le resulta familiar, literalmente. Nieta de abuelo bielorruso y abuela ucraniana, ella es “rusa” porque sus abuelos lo eran: “Mi abuelo era bielorruso y mi abuela, ucraniana, pero vos les preguntabas qué eran y ellos decían rusos”.

Por eso, antes de abordar aquellos rusos, los de Putin, Pomeraniec comenzó con sus propios rusos. Bajo el título “Mis rusos”, comienza el prólogo diciendo: “Nací el año en que se construyó el Muro de Berlín en una casa argentina en la que creían en el socialismo y en la inminente llegada del Hombre Nuevo. (…) Viví mi infancia y adolescencia en plena Guerra Fría, con la mirada familiar orientada hacia Moscú y la cultura soviética, y es por todo esto que la sensibilidad, la estructura de pensamiento y la cosmovisión de aquellas personas que en Rusia aún confían en Vladimir Putin como líder provocaron mi interés. Creo haber llegado a comprenderlos”.

“Rusos de Putin” está atravesado por ese interés humano que movilizó a su autora a conocer Rusia, la de Putin, sí, pero también la Rusia de su familia, su Rusia. Si en el primer libro Hinde se propuso contar cómo habían sido los (por entonces primeros) diez años de Putin en el poder, diez años después Putin seguía en el poder y, como continúa diciendo en el prólogo, “aquello que se veía como un conjunto de extravagancias” para ejercer el poder se convirtió en todo un estilo de, liderazgo que se extendió por el mundo en gobernantes como, por caso… Donald Trump.

Moscovitas patinan en el cnetro de la capital, ajenos a la guerra. (AP Photo/Alexander Zemlianichenko)

“Rusos de Putin” tiene algo interesante: el libro fue publicado antes de la reciente invasión rusa a Ucrania. Aun así, funciona a la perfección para entender, al menos en parte, por qué Rusia invadió Ucrania y, más interesante todavía, que pasa los rusos de a pie, el ciudadano ruso que, en su momento y en su mayoría votó por Putin. El libro no habla de esta guerra, habla de otras, pero no de esta; sin embargo, sirve para pensarla y, en parte, para entenderla. Porque, más allá de cuestiones geopolíticas, lo que está en juego es, sobre todo, el orgullo ruso, una idiosincrasia que no encajan con Occidente ni con ningún otro punto cardinal porque es propio del ser ruso.

“Hoy, sigue habiendo mucha gente que solo se informa por la teve y que cree en la propaganda, que todavía le importan más el lugar de Rusia ante la mirada externa, le importa más mostrarles a los norteamericanos que ellos, los rusos, todavía son importantes; y eso Putin se los garantiza, o al menos se los garantizaba hasta esta guerra ridícula”, sostiene Pomeraniec al referirse al apoyo ciudadano a Putin.

Orgullo imperial


Si la recuperación de ese orgullo ruso afectado tras la caída de la Unión Soviética y el posterior fracaso de la experiencia política de Boris Yeltsin, de quien Putin fue su sucesor, en 1999, fue lo que le dio fortaleza a Putin, el devenir de esta guerra se lo está quitando. “¿Qué es lo contrario de orgullo? La humillación”, dice Pomeraniec. “El los sacó de la humillación, les devolvió el orgullo y los está regresando a la humillación. El agarró una Rusia de rodillas y la puso de pie. Y la está volviendo a poner de rodillas”.

Los activistas rusos contrarios a Putin son rápida y duramente reprimidos (Photo by Alexander NEMENOV / AFP)

Sobre Putin y el apoyo que interno, destaca: “Es un tipo al que le gusta ser admirado; ahora, si no me vas a admirar, entonces tememe, para adentro y para afuera. Yo creo que en este momento la cuestión demográfica le está jugando en contra porque empiezan a haber rusos que no son los rusos de Putin ¿y quiénes son estos? quienes nacieron en una época que no vio a Rusia de rodillas. Los rusos de Putin son preguerra y, por ello, proguerra de Ucrania, no las nuevas generaciones”.

¿Qué pasa con los rusos y la guerra? “Son un imperio”, dice Pomeraniec. “El ruso sigue teniendo mentalidad imperial y no por nada a Putin lo comparan con los zares. Entonces, cuando lo señalan a Putin como heredero de la Rusia comunista, no; Putin es un heredero de las ambiciones imperiales de Rusia, que no es lo mismo. Y para esas ambiciones imperiales no alcanzan con tener el país más grande de la tierra, esas ambiciones imperiales son ambiciones ideológicas, de querer dominar ideológicamente a la mayor parte del mundo posible”.

Hinde Pomeraniec participó en Bariloche del reciente Festival Iberoamericano de Periodismo Narrativo, donde mantuvo un diálogo sobre Putin y la invasión a Ucrania. (Foto:Alba MacGregor/FPP)

Para los rusos, sostiene Pomeraniec, “los ucranianos son parientes menores, entonces si vos crees en tu líder y tu líder te dice que los ucranianos son parientes pobres, son unos ingratos que no se dan cuenta de que tienen que estar con nosotros porque somos nosotros los que le garantizamos que no se los coman desde Occidente, entonces, sí, tenemos que ir contra ellos para defendernos nosotros. En la medida en que podían decir eso y los que combatían les eran ajenos porque eran profesionales de la guerra, era fácil. El problema es que ahora cada familia tiene que ponerle el cuerpo a la guerra. Lo que está pasando es que hay bronca porque, dicen, ‘nosotros te apoyamos, pero la estás haciendo mal’. No sé si necesariamente están en contra de la guerra como tal, sino en como la están llevando adelante”.

Entonces, volvemos a aquella frase sobre lo ruso para los rusos: “Ellos son rusos y donde haya algo ruso es Rusia”, remarca Pomeraniec, quien no habla una sola palabra de ruso y que durante sus cuatro viajes a Rusia estuvo acompañada por la afable y extrovertida Galina. “Lo que pasa con el este ucraniano, con Crimea, es eso: ellos son rusos y nosotros somos rusos. Nosotros los vamos a defender, los vamos a recuperar y además vamos a ir como una cruzada con nuestros valores; y ahí sí aparece como una cosa completamente religiosa y fundamentalista”.

Dice Pomeraniec en su libro que Crimea es un territorio sagrado para los rusos porque, sostienen, fue en las afueras de Sebastopol donde en el 988 fue bautizado el príncipe Vladimir de Kiev, llevando la cristiandad a esa población de la actual Ucrania. Y, citando al historiador británico Orlando Fieges de su ensayo “Crimea”: “Dentro de la ideología fundacional del estado zarista, (…) el imperio ruso fue concebido como una cruzada ortodoxa”. O, como interpreta Pomeraniec: un “nosotros” contra “los otros”.

En definitiva, ¿de qué hablamos cuando hablamos del orgullo nacional? “En el caso de la gente que sobrevivió en el siglo XXI, que es el tiempo que lleva Putin en el poder, es el orgullo de la Segunda Guerra, la gran guerra patria para ellos. Ese es el orgullo, el de haber vencido a los nazis. Ese orgullo ruso que el mundo no le reconoce y es el de haber sido los salvadores de la humanidad al vencer al nazismo. Puntualmente, es ese el orgullo. Ahora, también hay una historia más larga con esas tremendas tierras, esas tremendas historias de las tremendas guerras que han tenido, siempre buscando más territorios como si no les alcanzara con la que tienen. Pero en el medio estamos hablando de un país que tiene centralmente la religión cristianan ortodoxa, pero con tierras como Chechenia, Daguestán y demás que son completamente musulmanas que son como un continente en sí mismo”.

¿Cómo son los rusos de Putin? Al menos los moscovitas de Putin “son gente que no quiere problemas con el gobierno, no quiere problemas con las fuerzas de seguridad. No quiere que nadie se meta con sus vidas y los rusos que le han dado su apoyo a Putin saben que si vos hacías las cosas más o menos bien el gobierno no se metía con vos. Están habituados a gobiernos fuertes, autoritarios. Entonces, al poder se lo obedece, sea durante los 70 años de comunismo, los zares o Putin”.

En este sentido, considera que los rusos no se imaginan que puedan tener un modelo occidental de partidos y vaticina una salida traumática de Putin del poder. “El concepto de libertad para los rusos es liberarse del enemigo, no algo interno. Y nuestros gobernantes están para defender nuestros valores, no para otra cosa”.

Biografía breve: Hinde Pomeraniec


Hinde Pomeraniec durante su intervención en el Festival Iberoamericano de Periodismo Narrativo, ocurrido en Bariloche, el primer fin de semana de noviembre.

Nació en Buenos Aires en 1961. Es licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires , periodista, editora y escritora. Fue docente de la carrera de Letras de la UBA y enseñó en escuelas privadas de periodismo. Durante 20 años trabajó como editora de Cultura y de Política Internacional en el diario Clarín. Entre 2010 y 2014 fue directora editorial del Grupo Norma y durante varios años fue columnista del diario La Nación.

Fue también conductora del noticiero internacional de la TV Pública argentina. En la actualidad conduce el programa Vidas prestadas en Radio Nacional y es la editora de Cultura de Infobae. Es autora de Rusos. Postales de la era Putin (2009), Blackie, la dama que hacía hablar al país (2010) y Soy mi madre, soy mi hija, soy yo (2019), entre otros. En 2015 fue una de las organizadoras de #NiUnaMenos, la jornada de movilización masiva en contra de la violencia machista y los femicidios en la Argentina.


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