Fútbol en el Alto Valle: una evocación selectiva de cracks que hicieron historia

Dante Morosani

(*) Locutor y periodista neuquino.

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Fueron varios los jugadores de equipos de la primera nacional y selección que pasaron por clubes de la zona, desde el pionero Vicente de la Mata en 1955 al célebre Corbatta, pasando por Solá, Prospitti y Giunta, entre otros.


Por primera vez, el registro completo de aquellos jugadores que habiendo integrado el seleccionado de la Asociación del Fútbol Argentino, tuvieron actuación en clubes pertenecientes a ligas de Neuquén y Río Negro. Un informe inédito y minucioso que por vía de los nombres que lo integran, jerarquiza el fútbol de esta parte del país, y es otra demostración de la gestión creativa que ha distinguido, en distintas etapas, a muchos dirigentes regionales del más popular de los deportes.

A partir del sagrado compromiso periodístico, no me resulta “temerario” afirmar que el desembarco al que me refiero, se inició el domingo 3 de abril de 1955, jornada en la que Vicente de la Mata -nada menos- el inolvidable “Capote” de Independiente de Avellaneda, jugó un partido amistoso formando parte de la división superior del Deportivo Allen, equipo que esa tarde derrotó a un seleccionado de Villa Regina.

Está claro que el desenlace del evento no vino a cuento en proporción al significado de tamaña presencia, gestionada por el dirigente deportivo y empresario de Allen Félix Hadad, quien aparece a la izquierda de la imagen junto a de la Mata. (Ver fotografía)

Es cierto, el futbolista ya casi estaba alejado de la práctica activa y quizás ello resultara el motivo principal para no definir su efectivo traslado a Río Negro. Pero aún así, en el marco anecdótico del acontecimiento y el rigor estadístico que impone el presente informe, cómo no vamos a señalar, con el mayor énfasis posible, que Vicente de la Mata jugó en el seleccionado argentino en 1937 -debut a los 17 años- y también en 1945 y 1946. Triunfó en Independiente desde 1937 a 1950 y finalmente en Newell’s Old Boys de Rosario.

Como rúbrica, cabe señalar que el acto de destreza física y mental que muchos años después, en la jerga de la tribuna pasó a denominarse “gol maradoniano”, de la Mata se lo hizo a River el 12 de octubre de 1939 luego de gambetear a cinco rivales. Ese día, en el Monumental, Independiente ganó 4 a 2. El club Deportivo Allen, afiliado a la Liga Confluencia, al que nos referimos en el dato inicial, se disolvió en 1956.

El inicio formal


La inauguración formal de la cartelera de los jugadores seleccionados por AFA que arribaron a clubes de la región, le cupo a Atlético Regina hace 67 años, cuando incorporó a Luis Villa procedente del inolvidable Estudiantes de La Plata de los años ’40 con Gabriel Ogando, Negri, Infante, Pellegrina, Palma y otros no menos famosos. El nombrado defensor fue incorporado a la selección nacional en 1950. Villa, en la foto del equipo estudiantil, es el cuarto, de izquierda a derecha, línea de pie.

La denominada Liga Mayor, que hizo eclosión en el fútbol valletano a partir de 1959, fue una caja de resonancia para la llegada -muchas veces furtiva- de varios jugadores de nombradía que tuvieron el privilegio de alternar en el seleccionado argentino. Uno de ellos, Juan Carlos Salvini, triunfador en Huracán y Racing, se incorporó a Tiro Federal de Roca. Había sido integrante de la vanguardia “académica” que completaron “Tucho” Méndez, Bravo, Simes y Sued, luciendo la albiceleste de AFA en las competencias sudamericanas de 1945 y 1946.

Pascasio Gilberto Sola, campeón con River Plate en 1953 y convocado a la selección argentina en 1955-57 y 1958 equipo del Mundial de Suecia, se convirtió en mediocampista del club Cinco Saltos, con vistas a las temporadas 1959/60.

En 1961 Independiente de Neuquén, concretó la incorporación de Nicolás Daponte, mediocampista de Lanús que en 5 oportunidades del año 1956, fue defensor del combinado nacional.

El sello de un capítulo aparte, nos entrega la llegada de Gabriel Uñate al fútbol local y a la sociedad neuquina. El club Independiente y la Liga Mayor fueron el trampolín, y al cierre de su ciclo como jugador, ya afincado definitivamente con su familia en la ciudad de Neuquén, falleció el 20 de septiembre de 2006 a los 79 años, bajo el aura de un querido y respetado vecino. Llegó aquí acariciado por los pergaminos de sus triunfos en San Lorenzo de Almagro, en el Toluca de México y Unión Española de Chile. También como jugador y técnico, tuvo una breve residencia en Alianza de Cutral Co. Nacido en Machagay, provincia del Chaco, Uñate vistió la divisa albiceleste nacional en 1950.

A continuación, se impone justificar los motivos por los cuales también acceden al podio, Pedro Prospitti y Blas Armando Giunta. El primero, surgido de la cantera de Unión Alem Progresista de Allen, ganador estrella en las filas de Estudiantes de La Plata, San Lorenzo, Independiente y River, llegó a representarnos en el equipo seleccionado que en Brasil ganó invicto y sin goles en contra, en 1964, la Copa de las Naciones, superando a los locales, a Portugal e Inglaterra. Prospitti fue titular junto a gente del calibre de Amadeo Carrizo, Ramos Delgado, Ermindo Onega, Rattin, Artime, Varacka, Telch, Alfredo Rojas, Rendo. En 1974, ya al cierre de una carrera triunfal, le obsequió a Unión las evidencias postreras de un fútbol exquisito. En cuanto al temperamental Giunta, hizo un camino a la inversa: jugó en el club Cipolletti luego de alternar en San Lorenzo y Platense. Después, con su actuación en Boca Juniors, subió al peldaño más alto, hasta “comprometer” al técnico Alfio Basile para darle lugar en el seleccionado que en 1991 ganó la Copa América.

La llegada de Corbatta


El final es rigurosamente de Corbatta. Es el último de los jugadores de nuestra selección “afista” que vino a desempeñarse en tres equipos de las Ligas regionales. Arribó con todo el bagaje de un fútbol que para él no tenía secretos, aunque acusando las dificultades de una carrera intensa y dilatada. Oreste Osmar Corbatta es otro de los predecesores de goles “a lo Maradona”. Su conquista frente a los chilenos en el Sudamericano de 1957, fue una acabada muestra de este fenómeno del fútbol que triunfó en Racing y Boca, a la par de cumplir 43 partidos en la selección argentina con 18 goles.

El periplo de “El loco” en estos pagos, a partir del debut del 14 de mayo de 1971 en Tiro Federal (Liga Río Negro), incluyó otras actuaciones en Italia Unida de igual Liga, en el combinado de esta última entidad que tenía su sede en Roca, y en Deportivo Confluencia, club afiliado entonces a Lifune de Neuquén. Conocido es que años después, mediante la fusión de las citadas instituciones roquenses, más el club Río Negro, se produjo el nacimiento del Deportivo Roca.

Cuantitativamente, mediante la nómina precedente de los que llamaríamos “inmigrantes del fútbol”, nos hemos aproximado al número necesario de una formación reglamentaria. Hasta podemos darnos el lujo de cubrir el rubro de la dirección técnica rescatando el nombre de dos internacionales que pisaron la zona: Jorge Alberto Maldonado, procedente de Platense e Independiente, conductor de la división mayor del club Cipolletti en 1973 y José Francisco Sanfilippo de San Lorenzo y Banfield, técnico de Deportivo Roca en la temporada de 1976.


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