Demasiada gente sin freno en un escenario complicado
Durante un año y medio nos dijeron hasta el hartazgo que las reuniones sociales son un verdadero peligro para contagiarse de coronavirus. Y peor aún los festejos multitudinarios que juntan gente de la cual desconocemos todo. Ni sabemos con quiénes se juntan, de dónde vienen, si tienen el virus o no y tampoco si están vacunados.
Pero para una franja de la sociedad parece que esos consejos no existieron porque están a la vista las fiestas clandestinas, la celebración por Argentina campeón y en pocos días se verán los efectos del Día del Amigo.
Demasiada gente sin frenos para un escenario complicado. Eso es lo que vemos, porque por más que avance la vacunación, los contagios volvieron a crecer en la región y Roca en particular es una de las que está mostrando los peores síntomas.
Apenas se abre un poquito la canilla de las libertades de circulación, en pocos días se ve otra vez un salto de casos que se explica justamente desde los fenómenos sociales.
¿De qué sirven los límites a las juntadas en la casa si en el centro de la ciudad se juntan dos o tres mil personas para celebrar la Copa América. No hay acontecimiento más importante ni más valioso que la vida y con cada muestra numerosa se está subestimando la vida.
¿Era tan necesario salir en masa a celebrar?. Algunos me dijeron que fue un desahogo ante tanta angustia. Y es válido, pero la angustia del contagio, de la terapia y de la muerte son peores que todo lo vivido.
Mal síntoma cuando aspiramos a que los permisos sean cada vez más amplios. Mal síntoma porque ningún gobernante se atrevería a abrir todo y terminar con los horarios de circulación si la gente de pronto cree que se terminó la pandemia.
El coronavirus llegó para quedarse y habrá que acostumbrarse a mantener los cuidados para evitar los contagios. Será convertirnos en responsables en un escenario lleno de irresponsables.
Comentarios