Las joyas del fútbol argentino y el éxodo a Brasil

En las últimas semanas, una gran cantidad de jugadores fueron vendidos al país sudamericano que fortalece su liga y agranda la brecha.

La imposibilidad de competir económicamente con los países europeos generó que cada vez sean más los jóvenes futbolistas que emigran al Viejo Continente, incluso con muy pocos partidos en Primera.

A esa variable, el empobrecimiento de la Liga Profesional argentina y el fortalecimiento del Brasileirao ha hecho que muchos prefieran seguir sus carreras ahí, en negociaciones que también son favorables para los clubes de acá.

Palmeiras, actual bicampeón de la Copa Libertadores, incorporó a dos delanteros que se destacaron este año en el torneo nacional: José Manuel López y el uruguayo Miguel Merentiel.

López, de 21 años, jugó solamente 59 partidos en Lanús. El Verdao le pagó 10 millones de dólares para comprar su pase, una cifra casi “europea”. El Granate también vendió al defensor Kevin Lomonaco a Red Bull Bragantino por 4.5 millones.

En Brasil, con la capacidad de invertir ese dinero sin desequilibrar las finanzas de la institución, saben que un número así es muy tentador para los clubes argentinos y, a la vez, el poder de reventa es grande. Por Merentiel, pusieron 1.5 millones por el 80% de la ficha.

En una operación similar a la de López, San Pablo compró a Giuliano Galoppo, exdelantero de Banfield. Con 23 años y 86 partidos en el Taladro, la inversión fue de 8 millones de dólares.

La más reciente fue la de Fausto Vera, figura en Argentinos e incorporado hace dos semanas por Corinthians. El Timao puso 7 millones de dólares por el 70% del volante de 22 años, con largo recorrido en las selecciones juveniles.

Los clubes argentinos suelen llegar al acuerdo de conservar una parte de los pases y así facturar más dinero con futuras ventas, otro aspecto atractivo para los dirigentes nacionales y las arcas institucionales, siempre urgidas de dólares.

En esta pelea desigual, para Boca fue imposible competir con Flamengo por Arturo Vidal, por mencionar solo un ejemplo.

Otros que emigraron a Brasil en este mercado de pases fueron Emanuel Brítez (de Unión a Fortaleza), Cristian Pavón (libre de Boca a Atlético Mineiro), Braian Romero (de River a Inter de Porto Alegre). Fabricio Bustos (de Independiente a Inter) y Tomás Cuello (de Atlético Tucumán a Paranaense) son otros ejemplos de meses anteriores.

Mientras tanto, Santos insiste por Lucas Blondel (Tigre) y Franco Cristaldo (Huracán) y Botafogo presiona por Martín Ojeda (Godoy Cruz).

Mineiro no solo se fijó en Pavón ya que en 2020 sumó a dos de las figuras del fútbol argentino de aquel momento Nacho Fernández de River y Matías Zaracho de Racing.

El caso del exvolante de la Academia se asemeja a los mencionados anteriormente ya que a los 24 años tiene potencialidad de venta a Europa. El club de Avellaneda hizo un gran  negocio al retener el 50% del pase. Por la otra mitad, los de Belo Horizonte pagaron 7 millones de dólares.

La incidencia de los jugadores argentinos en la liga del país vecino es notable con Germán Cano (Fluminense) y Jonathan Calleri (San Pablo) entre los goleadores del torneo.

Aunque en otras épocas se dieron ventas importantes desde Argentina a Brasil como las de Carlos Tévez y Javier Mascherano al Corinthians en 2005, en el pasado reciente esa variable creció. 

Competir en los torneos de Conmebol contra los equipos brasileros es cada vez más desafiante así como ese mercado significa un trampolín factible al fútbol europeo y también un negocio próspero para los clubes de acá.


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