Marco Labruna, el nieto de Ángel que juega en Bariloche: «Llevo mi apellido con orgullo»

Marco Labruna, nieto de Ángel e hijo de Omar, juega el Regional Amateur en Estudiantes Unidos de Bariloche que ganó su grupo y pasó de ronda.

El apellido Labruna es palabra santa en River y tiene un peso importante en la historia del fútbol argentino. Por esa razón, Marco no pasa desapercibido en ningún lado.

El nieto de Ángel e hijo de Omar llegó como refuerzo a Estudiantes Unidos de Bariloche el mes pasado para jugar el Regional Amateur. El equipo tuvo una gran primera fase y avanzó a la siguiente ronda como líder de su grupo.

«Soy amigo de Juani Morales, el hijo de Matute que es el arquero de Estudiantes. Coincidimos en River y tenemos una gran relación. Vine en septiembre por otro tema y me mostró el club. Ahí conocí a Pablo (Canavari), el técnico, y me presentó la posibilidad de venir. Dos o tres semanas después nos pusimos de acuerdo y le dimos para adelante. Estoy contento y muy cómodo acá», relató Marco Labruna en diálogo con «Subite al Podio» de Río Negro Radio.

«Se armó un gran equipo acá, vamos por el ascenso, creo que tenemos las herramientas para hacerlo. En la fase de grupos pudimos mostrar una diferencia de jerarquía», añadió.

El jugador no venía en actividad ni tenía la intención de retomar este año pero cambió de opinión. «Había cortado la temporada en mayo, estuve afuera en España y Estados Unidos. Este año no iba a jugar más, venía con una lesión también. Pero se presentó la oportunidad y esta es mi pasión desde chico», aseguró.

El apellido Labruna y su relación con River

Labruna pasó por las inferiores del Millonario donde compartió con varios jugadores de renombre. «Arranqué desde los 7 años en River. También tuve un paso por Chile, cuando mi papá dirigía allá. Después volví a River y llegué hasta la cuarta. Yo estaba bastante tapado, había muchos nombres, era complicado. En esa cámada también estaba Enzo Fernández, Santiago Sosa y Felipe Peña Biafore. Tuve la oportunidad de ir a Tigre a agarrar rodaje y después también estuve en All Boys«, repasó.

Para Marco, llevar el apellido Labruna no es fácil pero, a su vez, significa un motivo de orgullo. «Es complicado tener la referencia o la comparación con el mejor de todos. Yo soy volante, no le hago un gol a nadie y encima él hizo 300 goles, no salí beneficiado con la comparación«, dijo entre risas.

«Nunca lo tomé como una carga. En el mundo River es una presión pero también tiene el lado positivo de que te hacen sentir el afecto todo el tiempo. Lo llevo con orgullo donde voy», agregó.

Marco también contó que con su papá Omar guardan muchos objetos que pertenecieron a su abuelo Ángel, uno de los grandes ídolos de la historia de River. «Con mi papá en mi casa tenemos la corbata, tenemos remeras, su primer carnet de entrenador, documentos, de todo. Él era muy cabulero con la corbata y con muchas otras cosas más, tenía muchos rituales y en casa mantendremos un montón de esas cosas», comentó.

En una vida marcada a fuego por el fútbol, el jugador no se imagina fuera de la actividad. «No veo otro camino que no sea ligado al fútbol para mi futuro. Nací en la época de mi viejo con Ramón (Díaz) en River. Estoy adentro del Monumental desde que nací, literalmente. Seguí a mi papá a todos lados donde dirigió, siempre estuve dentro de un vestuario. Más adelante me encantaría dirigir«, reconoció.

Sobre el presente de River, analizó: «Fue un año muy duro, inesperado con los jugadores que tenemos. En el fútbol a veces se dan estas cosas pero confío que Marcelo (Gallardo) lo va a revertir», aseguró.



El apellido Labruna es palabra santa en River y tiene un peso importante en la historia del fútbol argentino. Por esa razón, Marco no pasa desapercibido en ningún lado.

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