RÍO NEGRO desde Qatar, así se vivió la consagración: «Fiesta total en Lusail»

El público argentino se hizo sentir en las tribunas desde minutos antes del inicio del juego hasta más de una hora y media después de que Lionel Messi levantó la ansiada Copa del Mundo.

*Por Luciano Castañares, corresponsal del diario RÍO NEGRO en Qatar

Una vez más, la fiesta en las tribunas la puso Argentina. Como fue habitual a lo largo del Mundial Qatar 2022, los hinchas albicelestes dejaron su marca y oficiaron de locales en cada partido de la Scaloneta.

El estadio Lusail no solo fue testigo de la mejor final de todos los tiempos de un Mundial, sino que también vibró con la fiesta total de la hinchada Argentina.

El público se hizo sentir desde varios minutos antes del inicio del juego hasta más de una hora y media después de que Lionel Messi levantó la ansiada Copa del Mundo.

En la previa del partido, la incertidumbre reinó en las afueras de la cancha por la reventa de entradas. Mientras las oficiales se podían conseguir desde 600 a 1.600 dólares, quienes tuvieron que recurrir a la venta por fuera de la FIFA llegaron a pagar 1.800 dólares como mínimo. La reventa tuvo su espacio: el Boulevard Lusail, un paseo típico de Doha con lugares de comida rápida y adornado con las banderas de las 32 selecciones.

En ese sentido, fue un abuso el que sufrieron los hinchas argentinos y hubo muchos que no lograron pagar ese valor, por lo que tuvieron que vivir la definición en las afueras del estadio.

Más allá del conflicto con los boletos para la final, la organización de la previa fue espectacular. Una hora y media antes del pitazo inicial de Szymon Marciniak, el cielo de Doha se cubrió de un show de acrobacias aéreas con aviones que largaban humo con los colores de la bandera de Qatar y que durante más de quince minutos mantuvieron en vilo al público.

El ingreso al estadio se desarrolló con normalidad y no se vieron disturbios. Se triplicó el operativo entre policías y seguridad privada para que no haya ningún tipo de inconveniente y dentro del estadio la fiesta albiceleste se pudo disfrutar a pleno.

Como sucedió a lo largo del Mundial, Argentina volvió a ser local. Si bien en las tribunas se colaron muchos hinchas “neutrales”, los 40 mil argentinos que lograron ingresar a la cancha se hicieron sentir y vivieron una noche inolvidable. Del lado francés, en tanto, llegaron cerca de unos 6 mil hinchas.

Los jugadores pasearon en el ómnibus descapotable con la Copa del Mundo por el centro de Doha. (AP Photo/Andre Penner)

Fue una fiesta total de la Argentina en las tribunas, por lo menos hasta que llegó el 2 a 2 que se sintió como un baldazo de agua fría.

Pero como en la vida misma: se sufre, pero hay que seguir y así lo tomó el hincha, que luego deliró con la definición por penales y mantuvo un excelente comportamiento más allá de la fiesta y la algarabía.

La celebración fue una locura de primer nivel. Los familiares de los jugadores pudieron ingresar al campo de juego y los hinchas argentinos estuvieron más de una hora y media dentro estadio, hasta que la seguridad los tuvo que invitar a retirarse.

La celebración continuó en el Boulevard Lusail, donde se organizó una fiesta con música y hasta donde llegó el plantel de la Selección Argentina en un ómnibus descapotable exhibiendo la Copa del Mundo pasada la una de la mañana de Doha.


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