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Después de las Paso, la Argentina real

La confianza será clave en la agenda del día después a partir de cómo reaccione la administración de Alberto Fernández al mensaje de las urnas.

Una pregunta central sobrevuela en la calma que trajo la veda electoral: ¿cómo reaccionarán los agentes económicos a los resultados de las Paso 2021?

Los analistas no esperan una respuesta similar a la del 11 de agosto de 2019, cuando la abultada derrota de Mauricio Macri provocó una fuerte devaluación y la abrupta caída de bonos y acciones argentinas.

Sin embargo, la incertidumbre llevó al dólar blue a tocar esta semana máximos en el año, en tanto el Banco Central debió desprenderse en las dos últimas semanas de unos 850 millones de contado, para evitar sobresaltos en la cotización.

El ministro Martín Guzmán reiteró que no habrá cambios en la política cambiaria y que seguirán las devaluaciones escalonadas que prevé el Presupuesto 2021, con un retraso del peso frente al dólar de 24%.

La inflación que esperan para este año 42 consultoras y entidades encuestadas por el Banco Central es de 48,4%, y de 43,1% para 2022. Además, una brecha entre el dólar oficial y las otras cotizaciones entre el 80 y 90% genera problemas en los precios relativos.

Las tensiones sobre Guzmán pueden incrementarse si el resultado electoral no es claramente favorable para el oficialismo.

Los problemas reales

La campaña para las Paso fue apática y alejada de los temas que le preocupan a la gente.

“En la campaña vimos a la política dialogando consigo misma”, apunta el encuestador Gustavo Córdoba.

El trajín electoral se caracterizó por los insultos, las groserías y los actos ridículos que protagonizaron precandidatos de casi todas las listas. “La elección se convirtió así en un plebiscito emocional”, concluye Córdoba.

El politólogo Sergio Berensztein advierte que el divorcio entre los discursos y las necesidades de la sociedad “puede conducir a una crisis de representatividad; estos desacoples generan turbulencias”, advierte.

La alta inflación, la inseguridad y la falta de empleo aparecen como las principales preocupaciones de la sociedad, las que deberían tener un lugar privilegiado en la agenda poscomicios.

Las dos principales fuerzas partidarias exhiben visiones contrapuestas sobre cómo atender esos reclamos, a partir de un imprescindible acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El Banco Central necesita de ese acuerdo para frenar el drenaje diario de divisas; hoy, tiene reservas netas por menos de 10 mil millones de dólares.

La apertura al mundo es otro tema irresuelto. Uruguay -alentado por Brasil- acaba de dar el puntapié inicial al anunciar que busca un acuerdo de libre comercio con China. El Mercosur se reúne dentro de 10 días para debatir el tema.

Alberto Fernández ya cerró la puerta a un convenio con la Unión Europea, cuyo preacuerdo había sido firmado por Mauricio Macri y Jair Bolsonaro el 28 de junio de 2019, luego de 20 años de negociaciones.

¡Ay el déficit!

El rojo de las cuentas públicas se cubre con endeudamiento, cuyos montos impagables desataron las últimas grandes crisis, o con emisión, que alienta la inflación y escala los niveles de pobreza, que ya golpea a casi la mitad de la población.

Durante la campaña hubo escasas referencias a cómo reducir el déficit del Estado argentino.

Osvaldo Giordano, titular de Finanzas de Córdoba, apunta que, si no se corrigen esas distorsiones, “la Argentina no podrá salir de ese proceso de involución”.

La maquinita sigue

El Gobierno ya anunció que mantendrá su política expansiva, con una convocatoria del Consejo del Salario Mínimo, para mejorar los aumentos ya aprobados; con el impulso a las paritarias para que cierren con incrementos de alrededor del 45%; y con una nueva suba del mínimo no imponible de Ganancias para trabajadores en relación de dependencia (¿a 180 mil pesos mensuales?).

Todo ese dinero volcado al mercado hará muy difícil que los precios tengan una suba mensual por debajo del 3%, como augura Guzmán para el último cuatrimestre.

Ricardo Arriazu, uno de los economistas más respetados en el ámbito privado, recuerda que la Argentina estará sometida a los desafíos del crecimiento global; a la evolución de la pandemia; al impacto de los precios internacionales; a las expectativas electorales y al impulso fiscal y monetario.

Estas son las dos únicas variables que puede controlar el Gobierno y generar confianza.

La confianza será clave en la agenda del día después a partir de cómo reaccione la administración de Alberto Fernández al mensaje de las urnas.


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