Isidro Belver narra en DIGO la historia del primer ascenso al Volcán Domuyo

El experto de "Digo" Isidro Belver, nos relata esta apasionante historia que ocurrió hace 119 años atrás.

Por Redacción
El próximo año, la comunidad celebrará los 120 años del primer ascenso al volcán conocido como «el techo de la Patagonia».

Isidro Belver nació en Andalucía y tras la posguerra llegó con sus padres a Cutral Co. Fue sacerdote por unos años y luego se dedicó de lleno a la docencia. Recorrió toda su vida el norte neuquino y se instaló en Huinganco, “el jardín del Neuquén”, donde vive junto a su esposa.

Todas las semanas, relata la historia de esta zona a través de DIGO, la aplicación de RÍO NEGRO. “Quiero llevarles aquellas cosas que me impactaron y quiero compartirlas desde siempre. Me parece que la historia tiene que dejar de estar escondida”.

El primer ascenso al Volcán Domuyo

El Volcán Domuyo es la montaña más alta de la Patagonia con 4.707 metros sobre el nivel del mar. Está dentro de la famosa Cordillera del Viento, y está rodeada por glaciares y aguas termales. Un paraíso excepcional del norte neuquino, que año a año se lleva las miradas de cientos de turistas aventureros.

Escalar el Domuyo es fascinante, dicen los que vivieron esa experiencia. El cerro es un secreto preciado entre montañistas por sus características únicas. Hoy, Isidro Belver nos invita a retrotraernos al primer ascenso registrado en el pico más alto de la Patagonia. Ni más ni menos que 119 años atrás.

El lugar es apasionante y es testigo de múltiples leyendas e historias populares: como «la niña del peine de oro» y «el tronco de oro». Escuchá el relato en la voz de Isidro Belver.

Un sacerdote acompañado por un grupo de pobladores, fueron los primeros en hacer cumbre en este mítico cerro. Imagen gentileza.

El primer ascenso fue en el año 1903 y el protagonista fue Lino del Valle Carvajal. Un uruguayo que recorría la región en su rol de sacerdote salesiano. Isidro comenta que el religioso «había recibido una una propuesta del gobierno para recorrer la Patagonia, escribir un libro y buscar posibles lugares de asentamiento donde la agricultura y la ganadería pudieran desarrollarse».

El sacerdote llegó ese año a lo que hoy es el Departamento Minas para dar cuenta de las propiedades de los yacimientos minerales que hay en el norte, principalmente el oro. Allí se encontró con el Domuyo y se propuso hacer cumbre, a pesar de algunas advertencias de los pobladores del lugar: «Es un volcán celoso, no lo haga enojar, que nos va a perjudicar a todos», le decían.

A pesar de esas oposiciones, el consagrado apeló a su fé y al acompañamiento de otros pobladores que decidieron sumarse al desafío. «El viaje fue sumamente arriesgado, él relató en su libro que fueron varios días de incertidumbre y peligro», comenta Belver. Los aventureros salieron desde Atreuco por las costas del río Neuquén y tras varios días de expedición, hicieron cumbre el 16 de noviembre de 1903.

Como no se sintieron satisfechos con la aventura, decidieron seguir explorando y retornar por otro lugar desconocido, la Cordillera del Viento. Ese recorrido les permitió conocer características fascinantes de ese territorio neuquino.

Isidro remarca la pujanza y fortaleza de los sacerdotes salesianos que llegaron a la región hace muchos años: «Ellos debían estar siempre dispuestos a reconocer el territorio de la Patagonia donde tenían que ejercer su ministerio». Ese mismo día del ascenso, a las 4 de la tarde ya se hallaba el intrépido grupo de exploradores oyendo la misa sobre la hermosa meseta cordillerana: «él no dejaba de rezar en cualquier lugar donde estuviera. Con su sotana o sin ella, en alpargatas o como fuera» comenta el historiador neuquino.

El ascenso al volcán es una experiencia fascinante

El año pasado, se registraron más de 900 ascensos durante la temporada. Imagen gentileza.

En la actualidad, cientos de turistas realizan la travesía durante la temporada. El cerro conocido como el «Techo de la Patagonia», brinda la posibilidad de visualizar puntos excepcionales como la Cordillera de los Andes, los Nevados de Chillan, la Sierra Velluda, el volcán Tromen y el volcán Payún, entre grandes glaciares y paisajes únicos.

La travesía de los visitantes comienza en un sitio denominado ´Punta de Camino´, un lugar al que se accede con vehículo, en donde el Ministerio de Turismo instaló Domos que opera el Ejército Argentino, asistiendo y realizando el registro y controles a las personas que comienzan con el ascenso.


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