Docentes de Bariloche criticaron la suspensión de clases por las falsas amenazas de bombas

El plantel de profesores de la ESRN 37 denunció que llevan 16 días paralizados tras la decisión de las autoridades de Educación. Los alumnos de primero a cuarto año tienen que presentar trabajos prácticos y los de quinto concurren a un gimnasio.

Desde hace 16 días, unos 450 alumnos de la ESRN 37 (exColegio Nacional) no tienen clases porque las autoridades de Educación de la provincia resolvieron suspenderlas como consecuencia de las reiteradas falsas amenazas de bombas en ese edificio.

Tampoco tienen clases alrededor de 500 alumnos de la ESRN 46, aunque menos días que la comunidad educativa de la ESRN 37. A esa numerosa matrícula se suman unos 200 estudiantes del turno noche.

Un numeroso grupo de docentes del ESRN 37 expresó esta tarde de miércoles su “preocupación y rechazo a la suspensión de clases adoptada en forma abrupta e inconsulta por el Ministerio de Educación de la provincia ante las reiteradas amenazas de bomba”.

Y exigieron que el Estado provincial garantice el derecho a la educación y genere las condiciones a estudiantes y docentes para un adecuado proceso de aprendizaje y enseñanza.

Afirmaron que el Ministerio de Educación al decidir la suspensión violentó ese derecho y “premió a los que no querían concurrir a clases”. Plantearon que esa decisión “sentó un peligroso antecedente y dejó un pésimo mensaje a los estudiantes: los problemas se resuelven sin esfuerzo, tomando el camino más corto”.

Sostuvieron que terminar con las amenazas de bomba cerrando anticipadamente el ciclo lectivo “no es más que el reflejo del fracaso de una cadena de responsabilidades, tanto de seguridad como del Poder Judicial y Educación”.

El docente Pablo Martínez es profesor del ESRN 37 y delegado de Unter y aseguró que recibieron 17 falsas amenazas de bomba. La primera ocurrió el 5 de agosto pasado.

Criticaron la lentitud de la investigación. “Es inevitable preguntarnos si los tiempos no hubieran sido más exiguos si las 17 amenazas que recibimos ocurrían en el edificio del Poder Judicial”.

“¿Alguien se imagina que cierren el aeropuerto o el Cerro Catedral antes de que se termine la temporada ante amenazas de bomba?”, se preguntaron los docentes.

La suspensión de clases obligó a los docentes a dictar clases a los estudiantes de quinto año en el gimnasio de la Iglesia Santa Clara de Asís, ubicado a unas 6 cuadras.

La profesora Sabina Mesa explicó que los alumnos tienen un área por día. Mientras que los estudiantes de primero a cuarto año están haciendo trabajos prácticos, con la posibilidad de hacer consultas desde las 14 hasta las 17 a los docentes en el colegio. Pero no pueden permanecer mucho tiempo en el establecimiento porque no tienen cobertura de seguro por la suspensión de clases.

Mesa planteó que el personal policial que trabaja en el 911 tendría que estar capacitado para percibir cuando no se trata de una llamada por una emergencia real. Ocurre que reciben la llamada con la amenaza de bomba y activan el protocolo de seguridad que es el que genera numerosos trastornos y la suspensión de clases, en lugar de indagar y descubrir las verdaderas intenciones del interlocutor.

Dijo que los 17 llamados con amenazas falsas ocurrieron en jornadas de clases normales. No eran días de exámenes.

En la conferencia de prensa que brindaron los docentes estuvieron dirigentes de la Unter local.


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