Docentes quieren impedir que cierren un secundario nocturno en Cipolletti

Los educadores buscan frenar las medidas del ministerio de Educación contra el colegio al que asisten jóvenes y adultos del noreste cipoleño.

La comunidad educativa del C.E.M. 147, ubicado en el Anai Mapu en Cipolletti, se encuentra en alerta por el inminente cierre de dos cursos. Rechazan este tipo de “medidas” tomadas por las autoridades educativas que restringen la educación a estudiantes de barrios del noreste de la ciudad.

Romina, una de las docentes que integra el colegio explicó que los principales reclamos pasan por la tentativa de cerrar la institución, “terminando con un acceso a la educación para un sector de la sociedad” que elige el lugar y la “irregularidad en los cargos docentes”

Según la denunciante “desde el ministerio de Educación argumentaron que el cierre de cursos se debe a la poca matrícula, debido a que no se producirían las condiciones áulicas favorables para mantenerlos abiertos”.

Al secundario concurren 100 alumnos, una preceptora y una planta de 12 docentes. En su mayoría los inscritos provienen de diferentes asentamientos cercanos al establecimiento.

En la institución apuntan a que la baja de asistentes se debe a las determinadas normativas de las autoridades. “Le quita la posibilidad de estudiar a quienes trabajan”, mencionó.

Las razones por la que se anotan son los recursos que se brindan como el Centro Infantil, en el que las madres pueden dejar a sus hijos mientras toman las clases”, expresó la profesora. Y agregó que “el cupo es limitado desfavoreciendo a quienes no alcanzan su lugar y terminan optando por no estudiar”.

En relación a los profesionales que se desempeñan en el centro de educación, la demanda se presenta por una falta de regularidad en los puestos de trabajo. Desde 2016, por una resolución se encuentran con «cargos en situación de condicional que no permite tener horas fijas y perjudica la economía de cada educador”.

El colegio vespertino tiene un plan de cuatro años, comenzó como una experiencia educativa, creada a partir de un trabajo territorial por docentes y directivos. Luego de un relevamiento estadístico se pudo dar cuenta que muchos alumnos no pasan de primer año. Por los resultados, se crea el espacio para poder garantizar el derecho a la educación para jóvenes y adultos.

Las tareas iniciaron en 2012 y otorga un bachiller en Mediación Social, que forma preventores para generar prevención y solucionar problemas sin violencia. 


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