Dos de los policías admitieron haber disparado contra Lucas y sus amigos

Durante la indagatoria los efectivos se quebraron y lloraron en varias oportunidades informaron fuentes policiales.

Dos de los tres policías de la ciudad de Buenos Aires- acusados del crimen del adolescente Lucas González- admitieron ante la Justicia haber disparado sus armas contra el auto en el que la víctima iba con tres amigos por el barrio porteño de Barracas. Así lo sostuvieron durante las declaraciones indagatorias en las que se quebraron y lloraron en varias oportunidades.

Fuentes judiciales informaron que los acusados dijeron haberse bajado del auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones de la Comuna 4 al grito de «policía» y con los chalecos identificatorios puestos, y que también hicieron sonar la sirena, aunque no encendieron las luces azules del rodado porque no funcionaban.

Los tres policías comenzaron a ser indagados esta mañana por los fiscales a cargo de la investigación. Están detenidos desde el pasado viernes y hasta el momento permanecieron alojados en dependencias de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal Argentina (PFA).

Durante la jornada los fiscales también escucharán a los tres amigos de Lucas que sobrevivieron a los disparos policiales Los adolescentes, todos de 17 años, mantendrán primero entrevistas con personal de la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (Dovic), dependiente del Ministerio Público.

Inicialmente los fiscales tenían previsto entrevistarse con ellos cara a cara pero a pedido de los padres y por sugerencia de los profesionales de la Dovic, se dispuso que sea virtual.

Para mañana, en tanto, fueron convocados a declarar los padres de Lucas, Cintia López y Mario González, quienes el viernes último, junto a su abogado, Gregorio Dalbón, convocaron a una marcha sin banderas políticas para pedir justicia en la puerta de los tribunales situados en Talcahuano 550 a las 19 de este martes.

Contexto

El hecho ocurrió cerca de las 9.30 del miércoles 17 pasado cuando Lucas y sus tres amigos salieron del club Barracas Central -donde el primero jugaba y los restantes habían ido a probarse- y fueron interceptados por los policías sin identificar, de quienes intentaron huir al pensar que iban a robarles.

De acuerdo a la pesquisa judicial, los efectivos dispararon y balearon a Lucas, tras lo cual detuvieron a sus amigos y quisieron simular que se trataba de delincuentes a los que interceptaron cuando querían robar un kiosco.

Según la autopsia, Lucas murió a raíz de un impacto de proyectil de arma de fuego en el cráneo que le provocó una «hemorragia meningoencefálica» y, además, presentaba un surco en el pómulo derecho de una segunda bala.

El fallecimiento del joven se produjo el jueves 18 en el hospital El Cruce, de Florencio Varela, adonde fue trasladado en grave estado procedente del Hospital Penna.

Los restos de Lucas comenzaron a ser velados el pasado sábado a la tarde en una cochería de Florencio Varela y ayer fueron inhumados en el cementerio Parque Iraola de Hudson.

Con información de Agencia Télam

Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Nuestras directrices editoriales

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios