Dos jóvenes lanzan en Roca una nueva campaña por el medio ambiente

Dos roquenses tomaron la posta contra la contaminación del planeta con la campaña nacional “Botellas de amor”. El objetivo es reciclar los residuos plásticos  para evitar que desemboquen en la tierra y en el agua.

En los últimos años, fomentar el cuidado y la conciencia ambiental comenzó a ser una necesidad para mejorar la calidad de vida de las personas. Sin embargo, la mayor preocupación es el cuidado del planeta que es el primero que sufre las consecuencias de la contaminación.

Por esto es que, existen agrupaciones y organizaciones, sin fines de lucro, que se dedican a generar las condiciones necesarias para que las comunidades propicien el desarrollo sostenible y el mejoramiento en la calidad de vida. 

Gabriela Jones (26)

Es así como funciona, por ejemplo, la “Fundación llena una botella de amor” en Buenos Aires, que mediante la formulación, gestión y ejecución de proyectos que se aboquen al manejo y aprovechamiento adecuado de los residuos, difunde sobre conciencia ecológica, con fines sociales, ambientales y pedagógicos.

Esta iniciativa se propagó en diferentes puntos del país y llegó a Roca de la mano de Agustina Millalén (19) y Gabriela Jones (26). Dos jóvenes que apuestan al correcto reciclaje del plástico.

El proyecto tiene como principal objetivo llenar botellas plásticas con los residuos de plástico que se generen diariamente (paquetes de fideos, arroz, galletitas; envoltorios en general).

“A mí lo de la Amazonía me movilizó”, dijo Agustina al responder por qué se sumó a la campaña. Ambas contaron que de a poco comenzaron a incorporar nuevos hábitos, desde la alimentación hasta el reciclaje de la basura.

Agustina Millalén (19)

Es difícil pero cuando ves la cantidad de plástico que tiramos y el daño que hace, te das cuenta de la importancia que tiene”, dijo Gabriela. En la misma línea, las chicas explicaron que reciben botellas de plástico, de cualquier tamaño, dos veces al mes en “Casa Urania” (Avenida Roca 1577).

Lo único a tener en cuenta es entregar los recipientes con el contenido compactado (una botella mínimo debe pesar medio kilo si está completamente llena). Ellas hace un mes que comenzaron y las respuestas de la comunidad fueron instantáneas, “fue más de lo que pensábamos”, agregó entre risas.

La iniciativa las atravesó desde lo más profundo. Los desechos que no son biodegradables quedan y contaminan la tierra donde se cultivan alimentos y es la comida de muchos animales que también luego ingerimos.

“Que la persona que lo va a hacer, que lo haga realmente de corazón”, puntualizó Agustina haciendo hincapié en la importancia de conocer que efectos tienen nuestras acciones.

Las “botellas de amor” que junten, las enviarán a la Fundación bonaerense que se encarga de convertir esos residuos en madera plástica, como tablas, postes y listones que pueden ser utilizados para la construcción de decks o cualquier tipo de estructura que sea pesada en madera, con el beneficio que no necesita mantenimiento.

Las personas que deseen ser parte de esta iniciativa y colaborar con el bienestar ambiental pueden comunicarse con las jóvenes a través de su instagram (roca_llenaunabotelladeamor).


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