Acuicultura en Río Negro: nueva matriz productiva con zonas estratégicas
"Estamos realizando un trabajo integral con Neuquén para acompañar la producción" indicó el director provincial del sector piscícola. Además, los resultados de una auditoría internacional podrían habilitar una nueva fase en la industria.
La acuicultura se consolida como una nueva frontera productiva en Río Negro con una fuerte proyección regional y potencial exportador. Con el cultivo de trucha arcoíris y la incorporación de mejillones y otras especies, esta actividad se presenta como una alternativa que diversifica la matriz económica. “En estos últimos dos años hicimos muchísimo trabajo”, aseguró Juan Martín Llorens, director provincial de Acuicultura y Pesca Continental, quien destacó el rol estratégico de esta industria.
En diálogo con Diario RÍO NEGRO, el director de acuicultura confirmó que una comisión andina integrada por supervisores de Perú, Colombia, Bolivia y Ecuador visitó criaderos en la cordillera rionegrina para auditar los protocolos sanitarios vigentes y las instalaciones. Si el resultado es positivo, se ampliaría la posibilidad de exportación de ovas fecundadas de trucha arcoíris.
“Si nos dan la habilitación se nos abre un nuevo mercado mucho más importante, el de la genética. Es más amigable con el medio ambiente”, anunció Llorens. La posibilidad de producir genética local impulsaría una industria con alto valor agregado.
Las provincias de Río Negro y Neuquén realizan un trabajo integral para acompañar la producción. El proceso que inicia con ovas importadas desde Estados Unidos continúa con una etapa de cuarentena en Santo Tomas, Neuquén. «Después de 40 días se les hacen unos estudios a los peces para ver que este todo bien y luego se los trasladan a una piscicultura del lado de Río Negro, lo engordan hasta los 10 gramos y ahí recién entra al embalse de Piedra del Águila donde termina el engorde. Por último, generalmente se cosecha y procesa del lado de Neuquén», explicó el director de piscicultura de Río Negro.
«En Alicurá ya están otorgados los permisos para una producción total de 8 toneladas de truchas, ya deben estar cerca de 6 toneladas de producción. En el embalse de Piedra de Águila se pueden producir 19 toneladas, hoy ya se deben estar haciendo 5 toneladas, mitad Río Negro y mitad Neuquén», detalló Llorens.
Truchas arcoirís
- 27 toneladas
- es la capacidad estimada de producción entre los embalses de Piedra del Águila y Alicurá.
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En San Antonio Oeste, el cultivo de mejillones comenzó como una alternativa laboral para los pescadores artesanales, afectados por la caída de la pesca tradicional. “Como sabrás, la pesca está para atrás, entonces buscamos darle una mano a los trabajadores a partir del desarrollo de mejillones”, explicó Llores, director provincial de Acuicultura.
Además, en la región avanza un ensayo técnico con gran potencial: la adaptación de la trucha arcoíris al agua salada, utilizando genética propia. El objetivo, según indicó Llorens es lograr una producción sostenible y de alto valor agregado. “La idea es crear un producto que luego nos deje una ganancia con el valor agregado que se puede incorporar a partir de la genética”, sostuvo.
En paralelo, la provincia incorporó a un doctor en piscicultura y a una antropóloga para revisar y actualizar el marco legal vigente. La intención es modernizar las normativas, garantizar seguridad jurídica para los productores y mejorar el control estatal.
Valle de Río Negro: especies en estudio para ampliar la actividad

Según explicó Llorens, las aguas cálidas del Alto Valle no son del todo adecuadas para la cría de trucha, pero eso no impide pensar en nuevas alternativas. De hecho, el año pasado se llevó a cabo encuentros de siembra de juveniles de truchas arco iris en diversas localidades de la provincia en el marco del Programa de Repoblamiento de los Ríos y Lagos Provinciales.
El director de Acuicultura de Río Negro proyecta oportunidades en especies que ya habitan la región, como la carpa, muchas veces subestimada a nivel local. “Tiene potencial para desarrollar una industria para exportar, ya que es un pez muy producido y consumido en el mundo, en especial en el este de Europa y en Asia”, afirmó.
La carpa, abundante en ríos y lagunas del valle, permitiría iniciar una actividad acuícola sin necesidad de introducir especies nuevas. “Esto nos permitiría aprovechar un recurso que ya tenemos”, destacó el funcionario, en referencia a su posible aprovechamiento con fines comerciales, especialmente para mercados externos.
Otra especie con potencial es el esturión, un pez cartilaginoso que, según Llorens, “no es invasivo y ya está dentro de Argentina”. Su ciclo reproductivo largo y su buena adaptación a temperaturas templadas lo posicionan como una alternativa viable. “El lago Pellegrini sería espectacular”, agregó, al señalarlo como un sitio ideal para el desarrollo de esta cría.
Región cordillerana: lideran la producción de alevinos de truchas arcoíris
La cordillera tiene un clima óptimo para la producción de salmónidos, en especial para la trucha arcoíris. «La idea es la no importación de nuevas especies sino trabajar la acuicultura desde lo que ya tenemos», explicó Juan.
Según indicó Llorens, en la zona del Bolsón y de Villa Llanquín está la más grande producción de alevinos de truchas arcoíris. Algunos de estos peces tienen su origen en reproductores silvestres provenientes de la región de Nahuel Huapi, los cuales remontan el arroyo Ñireco cada año.
«Son capturados para ser desovados y se devuelven a su entorno natural. Los huevos resultantes son incubados en las instalaciones de la piscicultura de Piedra del Águila o en la piscicultura provincial de Villa Regina. Luego los alevines son sembrados en distintas áreas de la provincia” agregó el director de Acuicultura, Llorens.
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