Agustín Etchebarne: “El éxito de Milei sería bajar la pobreza a la mitad y la inflación a cero”
El economista es el director de la Fundación Libertad y Progreso, la usina de pensamiento liberal en la que relacalan dos posibles ministros como Diana Mondino y Emilio Ocampo. En un diálogo abierto, uno de los ideólogos de Milei habla de la posibilidad de una híper, de las Leliqs, del ajuste y los despidos, de las privatizaciones y del aborto.
Con la elección terminada, es momento de interpretar la economía que viene bajo el mandato de Javier Milei. Una de las personas que mejor conoce el núcleo de las ideas de la libertad, es el economista Agustín Etchebarne, Director de la Fundación Libertad y Progreso en la que recalan nombres como Diana Mondino o Emilio Ocampo, futuros ministros.
PREGUNTA: ¿Qué sensaciones tiene luego del triunfo de Milei?
RESPUESTA: Creo que es buena noticia el hecho de que una buena parte de los argentinos no convalidara el gobierno anterior después de los escándalos de corrupción y de una economía que nos dejó en altísima inflación y al borde de la hiperinflación, un aumento de la pobreza, caída de los salarios, y además una destrucción del sistema educativo. Si hubiera sido reelecto, yo creo que marcaba una sensación horrible para Argentina. Ahora en cambio, se abre una expectativa, se abre una esperanza. Yo creo que mucha gente votó con esperanza. Pero partiendo de un escenario sumamente complicado, la herencia recibida es terrible.
Los aires de cambio y la vara alta de Milei
P: ¿Hay más gente que votó con esperanza que con espanto?
R: Para contestar eso deberíamos mirar los números de las PASO, y hay un 30% de la gente que votó a Milei con enorme entusiasmo, y con ganas de ver un cambio. Luego el 17% que votó a Patricia Bullrich, también votó con una idea de un cambio importante. Es decir, que hay un mensaje del 47% de los argentinos que quiere un cambio de shock, un cambio hacia la libertad. Porque ese era el mensaje donde coincidían Patricia Bullrich y Javier Milei. Con los llamados “halcones” hay coincidencias muy grandes. Y no solo en temas de economía, también en temas, de seguridad, de cómo tiene que ser una sociedad para convivir, las libertades individuales. Hay una cantidad de temas en los que coincidimos entre el combate a la corrupción, al narcotráfico. Del otro lado estaba Larreta. De los que votaron a Larreta no podemos decir lo mismo. Porque eso sí era una cosa más consensuada. No había tantas diferencias en la forma de explicar las cosas de Larreta y las de Massa, por ejemplo.
Dentro de cuatro años, el éxito de Javier Milei tiene que ser haber bajado la inflación a un dígito anual. Y un dígito bajo, es decir, estar entre 2, 3, 4 por ciento anual en el último año del mandato. Eso es un éxito.
P: ¿Cuáles son las variables prioritarias a corregir?
R: Nos han dejado para adelante una economía en un estado paupérrimo, un PBI per cápita que está igual que en el 2007. Tenemos una inflación que en los últimos tres meses anualizada da 254%, pero con una gran cantidad de precios pisados. Es decir que hay una inflación reprimida porque el tipo de cambio está retrasado. Los combustibles subieron 10% contra 38% en los últimos tres meses de inflación, con lo cual tenés una cantidad enorme de productos retrasados. Y además las tarifas, es decir, todos los precios relativos completamente distorsionados. Después tenés el problema del Banco Central, tenemos el problema del Tesoro, tenemos el problema de la deuda externa por u$s 419 mil millones.
P: ¿Cómo se cuantifica en potencial el éxito del gobierno de Milei?
R: Dentro de cuatro años, el éxito de Javier Milei tiene que ser haber bajado la inflación a un dígito anual. Y un dígito bajo, es decir, estar entre 2, 3, 4 por ciento anual en el último año del mandato. Eso es un éxito. Si lo logra, paralelamente va a lograr reducir la pobreza, porque la pobreza la va a heredar en cerca de 50% y dos tercios de los niños pobres. Y para el final de su mandato, debiera apuntar a tener por lo menos la mitad de esa pobreza. El éxito de Javier sería bajar la pobreza a la mitad y la inflación a cero.
La híper y el recuerdo del ’89
P: ¿Persiste el riesgo de hiperinflación?
R: Estamos en las puertas de una hiperinflación que hay que tratar de evitar. Pero eso no significa que no vas a tener un salto inflacionario, porque tenés que corregir una cantidad de cosas, sincerar la economía. Puede ser que tengamos tres meses de salto inflacionario, con una tendencia después a moderar la inflación primero y a eliminarla completamente después.
P: ¿Cómo se traduce eso en relación al bolsillo del ciudadano medio?
R: Vamos a pasar por unos nubarrones de dos trimestres muy complicados, pero la salida de esos dos trimestres complicados tiene que haber quedado transformada institucionalmente la Argentina en una Argentina con mucho mayor libertad económica, con mucha menos discrecionalidad del Estado, es decir, que las personas sean más libres y que los funcionarios no tengan tanto poder.
Vamos a pasar por unos nubarrones de dos trimestres muy complicados, pero la salida de esos dos trimestres complicados tiene que haber quedado transformada institucionalmente la Argentina.
P: ¿Hay que pensar en un periodo similar al del año y medio entre el 89 y el 91 previo a la estabilización en el gobierno de Carlos Menem?
R: Sí, algo de eso hay, pero también hay que considerar que en aquel momento tardó más tiempo porque el primer los primeros dos ministros de Economía, que eran de Bunge y Born, Roig y Rapanelli, traían un modelo keynesiano que habían hecho para Brasil. En este caso no va a haber ningún modelo keynesiano. Acá vamos a ir directamente a las personas que creen en la libertad económica. Es más parecido a lo que sucedió cuando ya tomó las riendas Domingo Cavallo. Pero es verdad que Cavallo tuvo antes que él personas que corrigieron cosas. Tuvistes el plan Bónex que fue muy complicado. La idea esta vez es tratar de evitar un plan Bónex, evitar una segunda hiperinflación como la que también tuvo Menem y directamente ir solucionando los problemas. Eso requiere un fuerte ajuste fiscal.
Las Leliqs y el capítulo monetario
P: ¿Cómo se resuelve el capítulo monetario?
R: El problema del Banco Central es la inflación futura, que son las Leliqs. La deuda remunerada a una tasa del 300% anual equivale a tres veces la base monetaria. Ahí tenés una hiperinflación metida dentro del Banco Central. Si vos decís “voy a licuar esto”, o sea voy a pagarlas con tasas mucho más bajas y demás, eso significaría la posibilidad de una aceleración inflacionaria todavía mucho más rápida.
P: ¿Es posible vender las Leliqs en el mercado financiero?
R: Se están explorando varias alternativas. Una de las alternativas que está explorando Emilio Ocampo, justamente es la capitalización del Banco Central e implementar fideicomisos para obtener los dólares a fin de poder pagar y dolarizar la economía. Si se va por la dolarización, el éxito en matar la inflación está asegurado. Después tenés un problema adicional que son es la deuda pública externa, por u$s 419.000 millones de dólares. Y luego tenés la deuda en pesos, pero ajustada por distintos tipos de cambio, por el cero. Si se dolariza eso, queda un solo tipo de deuda. Y hay que ver el impacto que eso tiene en los distintos segmentos del mercado. Los bancos son tenedores de esta deuda en pesos. Y la deuda en pesos cotiza diferente que la deuda en dólares.
El ajuste fiscal y los posibles despidos
P: ¿Cómo se afronta la reducción del déficit fiscal?
R: El déficit cuasi fiscal, al que referíamos en relación al Banco Central, representa casi 15 puntos del PBI. Y del otro lado tenés el déficit fiscal, que es el déficit estructural del Estado argentino, que son otros cinco puntos del PBI. Ese es el que va a atacar Javier inmediatamente para tratar de bajarlo a cero. Ahora no se baja a cero de un día para el otro, sino que es todo un proceso. Milei está nombrando ocho ministros. Es una reducción muy importante y además un caso interesante para el mundo entero, porque los gobiernos fueron creciendo en todas partes y la cantidad de ministerios se fueron multiplicando por todos lados. Hay casos extremos como Canadá, que tiene 32 ministerios, o Brasil, que tiene 31 ministerios, pero Estados Unidos tiene 14 ministerios. Bajar a ocho le pone una enorme racionalidad al manejo de la cosa pública. Cuando tenés enorme cantidad de ministerios, el despilfarro tiende a ser mucho más grande.
P: ¿Está medido el impacto de esa medida en materia de empleo público?
R: Estimamos que si se aplicara lo que nosotros propusimos, tendrías una reducción de cerca de 200.000 personas en el Estado federal. Eso equivale a 0,7 puntos del PBI de ahorro. Si lo hicieras también las provincias y los municipios, en total serían dos puntos del PBI de ahorro. No es poca cosa. Ahora no es un ajuste inmediato, porque no es que la gente va a la calle y simplemente los echas. Eso no es así, sino que pasan a un sistema donde se hace una reducción por funciones. Al desaparecer funciones como por ejemplo el control de precios, ya no necesitas ejércitos de gente que salen a medir las góndolas de todos los supermercados de la Argentina.
Milei está nombrando ocho ministros. Es una reducción muy importante y además un caso interesante para el mundo entero, porque los gobiernos fueron creciendo en todas partes y la cantidad de ministerios se fueron multiplicando por todos lados.
P: Si no es en la calle ¿Dónde queda esa gente cuya función desaparece?
R: Al desaparecer la función, la ley 25164 vigente establece que esa persona queda en disponibilidad por un año y en ese lapso puede buscar trabajo en el sector privado. Entonces esa persona podría empezar a trabajar y tener un doble ingreso. Así que nadie se vería perjudicado. Si esas personas pasan a trabajar en algo útil, cuando antes lo que hacían era algo inútil, eso ya mejora la productividad del país. Pero además cambias los incentivos. Durante ese año las empresas que tomen a estos empleados no necesitan pagar cargas patronales. Gana el privado, porque consigue un empleado y mientras lo capacita el Estado paga las cargas patronales. Gana el empleado porque se capacita, tiene doble ingreso durante un tiempo, y después tiene la indemnización. Y gana el Estado porque baja el gasto público y además se venden los edificios que quedan libres y con eso se pueden pagar las indemnizaciones.
Dato
- 200.000
- Los despidos que estiman en La Libertad Avanza dentro de la estructura del estado nacional.
P: ¿Cómo se determina cuáles son las funciones que desaparecen?
R: Lo que cambia es la concepción acerca de las funciones. Por ejemplo, desaparece el Ministerio de la Mujer porque en la concepción de Javier Milei los individuos somos todos iguales ante la ley. Entonces tenés que resolver los problemas para todos. El problema de la violencia es para todos. No tiene una cuestión de género. En todo caso, hay casos específicos como pueden ser los ancianos, los niños, las mujeres. Son todos casos específicos. Pero la concepción es que tenés que mejorar la seguridad para todos, el empleo para todos, la salud para todos. Son temas generales, no particulares.
La privatización de YPF y el Fondo
P: En nuestra región generó mucha incertidumbre la posible privatización de YPF. No obstante el estado nacional solo es propietario del 26% de las acciones y el otro 25% está en manos de las provincias ¿Cómo se implementaría esa privatización?
R: Se puede llevar a cabo. Por supuesto, nadie puede obligar a las provincias a que vendan sus acciones. Pero si el Estado Nacional hace una oferta pública y vende su paquete accionario, entonces lo que ocurriría es que el que compra ese paquete accionario tiene que hacer una oferta por el total. Y entonces si el resto quiere vender también, puede hacerlo. Y si no quiere vender, no lo vende porque ya es una empresa que cotiza en bolsa. Esto es además se rige no solo por las leyes argentinas, sino por las leyes de Estados Unidos. Allí radica el salto enorme que tuvo la cotización en el primer día del anuncio de privatización. Subió 40% en un solo día. El mercado interpreta que se va a reducir todo el gasto político, que van a bajar los costos, que va a ser más eficiente.
P: ¿Solo eso alcanza para un salto en la cotización de esa magnitud? No hay ningún yacimiento nuevo, no hay ningún activo nuevo, la infraestructura de la empresa es la misma…
R: Yo creo que todos los activos en Argentina están muy infravalorados porque tenías un gobierno que combate al capital. Un gobierno que te cambia las reglas de juego, que te pone impuestos nuevos, que te toca el precio, que decide mediante el ministerio de Economía, el Banco Central o la aduana quién gana y quién pierde, qué empresa puede sobrevivir y cuál puede quebrar. Obviamente eso hace que el riesgo país sea enorme. Lo mismo se refleja en el precio de los bonos cuando la gente cree que probablemente no se va a pagar. Entonces, si descontas el valor de los activos de la Argentina por el riesgo que tiene la Argentina y el riesgo regulatorio, el riesgo impositivo, el riesgo de que te bloqueen la posibilidad de sacar tus ganancias o que te las confisquen, eso incide en la cotización de las acciones. El nuevo gobierno de Javier Milei genera expectativas muy positivas porque se va a respetar a rajatablas el derecho de propiedad. Entonces es otra Argentina.
P: ¿Cómo cree que será la relación con el Fondo?
R: Todo esto tiene que tener el acuerdo con el Fondo Monetario, cosa que yo lo descuento. Yo creo que la gente del Fondo Monetario va a estar feliz de poder conversar con personas que lo que están buscando es precisamente tener las cuentas fiscales en orden.
El manejo de la calle y de la tensión social
P: El diputado Benegas Lynch habló esta semana de la derogación del aborto por ejemplo. Teniendo en cuenta la movilización que significó ese tema en los últimos años ¿Cómo esperan manejar el impacto social del programa de Javier Milei?
R: Yo no empezaría por ese tema de ninguna manera, porque hay tantos otros que tienen mucho más consenso y empezaría ahí. Por eliminar la inflación, mejorar la seguridad. Temas que son mucho más relevantes. Ese también es relevante, pero quiero decir que donde hay más consenso, no se genera esa resistencia adicional. Yo sí creo que hay un mandato claro del 56% de la gente que nombró a un presidente para hacer todo lo que Milei viene diciendo. Javier dijo todo lo que iba a hacer. La izquierda sacó el 2% de los votos y ya habla de hacer un plan de lucha ¿Qué significa eso? El Congreso se va a reunir y va a votar las nuevas leyes de la Argentina. Hay un cambio de rumbo clarísimo que votó la mayoría de los argentinos. No puede ser que los que sacaron 2% salgan a la calle a hacer piquetes y tirar piedras para evitar por la fuerza lo que no lograron hacer con los votos, porque entonces los que quieren una dictadura son ellos.
No puede ser que los que sacaron 2% salgan a la calle a hacer piquetes y tirar piedras para evitar por la fuerza lo que no lograron hacer con los votos, porque entonces los que quieren una dictadura son ellos.
P: Hay que interpretar que se usará la fuerza Para evitarlo…
R: Absolutamente. Se va a utilizar la ley y el orden. El día que en el Congreso se voten los paquetes de leyes iniciales, que van a ser muy importantes, los diputados, que son los representantes del pueblo de la nación argentina, tienen que hacerlo con total tranquilidad. Y con absolutamente nadie en la plaza. Tal vez habrá que implementar los tres anillos de seguridad como se hizo en el G20 para que no puedan llegar los revoltosos a la plaza. Y por supuesto, si hay gente que rompe bancos, tira piedras o agrede a un policía, tiene que ir preso.
PERFIL
Agustín Etchebarne
Agustín Etchebarne es Licenciado en Economía (UBA) y Máster en Desarrollo Económico (I.S.V.E., Italia).
Es profesor de economía en la Universidad de Belgrano y en la ESEADE.
Director Ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, la más mayor usina de pensamiento liberal en Argentina.
Es autor del libro “La clave es la libertad, el camino de la pobreza a la abundancia”.
Con la elección terminada, es momento de interpretar la economía que viene bajo el mandato de Javier Milei. Una de las personas que mejor conoce el núcleo de las ideas de la libertad, es el economista Agustín Etchebarne, Director de la Fundación Libertad y Progreso en la que recalan nombres como Diana Mondino o Emilio Ocampo, futuros ministros.
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