Con la mira en el dólar, los tres objetivos que persigue Javier Milei con la rebaja de retenciones
El anuncio podría implicar un ingreso de divisas por exportación de hasta US$ 13.000 millones en la segunda mitad de 2025. Los datos que miran los exportadores, el costo fiscal, y el rol de la política de la medida económica más resonante desde el acuerdo con el Fondo Monetario.
Desde que el pasado 14 de abril se conformara el Acuerdo de Facilidades Extendidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), no hubo otra noticia económica más resonante que el anuncio del sábado en La Rural, cuando el presidente Javier Milei anunció la rebaja permanente de las retenciones a la exportación de carne y granos.
La medida contiene una serie de aristas en materia económica, que vale la pena repasar en detalle. No obstante el foco principal es el cortoplacismo que impone la urgencia en el mercado cambiario. Las últimas semanas estuvieron signadas por el exceso de liquidez en pesos y la retracción de la oferta en dólares, en gran parte a raíz del final de la liquidación de la cosecha gruesa del campo.
Los especialistas señalan que si bien los exportadores se apresuraron a liquidar en la última semana de junio y la primera de julio para aprovechar la rebaja excepcional de retenciones que vencía el pasado 30 de junio, aún queda una buena parte de la cosecha sin vender. En el caso de la soja, el 46% de los granos aún no se vendieron. Lo mismo sucede con el 53% del maíz y el 18% del trigo.
Las estimaciones señalan que si ese stock de granos se liquidase en la entre agosto y diciembre, el ingreso potencial de divisas en el segundo semestre sería de unos US$ 13.500 millones. Sería sin dudas el alivio que el equipo económico del Luis Caputo necesita vía oferta en el mercado cambiario a fin de evitar sobresaltos con el dólar, y como consecuencia, con los precios minoristas.
En el caso de la soja, el 46% de los granos aún no se vendieron. Lo mismo sucede con el 53% del maíz y el 18% del trigo.
Sin embargo y más allá de la dinámica de corto plazo que registre el tipo de cambio, la medida le permite a la gestión Milei abrochar en un solo anuncio, una serie de objetivos en materia de política económica, legislativa y electoral.
Las tres derivaciones directas de la rebaja de retenciones
La primera derivación del anuncio realizado el sábado por el presidente Javier Milei frente a los más altos representantes del campo, es simbólica. El estrado de La Rural supo ser esquivo para otros mandatarios, que no gozaron del cobijo de los aplausos de los terratenientes argentos.

Con la rebaja fáctica de retenciones y la manifestación explícita en contra de las retenciones como instrumento, Milei logró en cambio ser abrazado por uno de los sectores más conservadores y poderosos del país. Se trata de toda una confirmación de las bases de sustento político que elige el mandatario, mientras el Congreso comienza a comprometer la política de ajuste.
El anuncio sirve precisamente como catalizador de la relación con los gobernadores de la Pampa Húmeda respecto al veto presidencial que tendrá lugar esta semana para la Ley de Emergencia en Discapacidad y la extensión de la Moratoria Previsional. El presidente necesita el apoyo de los Senadores de provincias comandadas por gobernadores «aliados» a fin de sostener esa decisión.
La segunda derivación tiene que ver de forma directa con la continuidad de la política de ajuste. La primera conclusión a simple vista, es que menos ingresos fiscales implicarán un corset aún más apretado sobre el gasto público. En base al potencial ingreso de divisas en la segunda mitad del año, se estima que el costo fiscal sería de a lo sumo US$ 800 millones, o al 0,1% del PBI.
Al tipo de cambio actual equivale a $ 1 Billón de pesos, una décima parte del vencimiento de deuda corta en pesos que enfrenta la Secretaría de Finanzas mañana martes. En perspectiva, no parece un problema mayúsculo en términos recaudatorios que logre torcer el equilibrio fiscal en lo que queda del año.
El costo fiscal de la rebaja de retenciones se estima en un máximo de US$ 800 millones, lo que equivale al 0,1% del PBI. No parece un potencial problema recaudatorio que logre torcer el equilibrio fiscal en la segunda mitad de 2025.
La tercera derivación, es la urgencia en relación a la escasez de oferta en el mercado cambiario. Probablemente haya sido lo que terminó inclinado la balanza a favor del anuncio del sábado (que en la previa se suponía únicamente para la carne y terminó siendo también para los granos).
Los exportadores se apresuraron a liquidar antes del final de la rebaja temporal de retenciones que regía hasta el pasado 30 de junio. En efecto, los datos del Centro Exportador de Cereales (CEC), indican que en mayo los exportadores ingresaron US$ 3.000 millones, en junio US$ 3.700 millones y que julio cerraría con otros US$ 4.000 millones.
En el gobierno apuestan a que la rebaja permanente de retenciones permita sostener al menos ese ritmo promedio de liquidación entre agosto y octubre, lo que garantizaría la fluidez de oferta suficiente para evitar sobresaltos cambiarios antes de las elecciones. La decisión, está en manos de los exportadores.
Lo que miran los exportadores para decidir
Naturalmente, nadie puede garantizar que los exportadores liquiden todo ese stock en apenas cinco meses. Liquidar los silo bolsas consiste en una decisión privada que depende de la percepción que los exportadores tengan del escenario nacional e internacional. Esa percepción se basa en al menos tres datos.

Lo primero que miran los exportadores es el precio internacional de los granos, que en 2025 se ubican un 15% por debajo del registro de mediados 2024, pero están lejos de los valores máximos que supieron registrar dos décadas atrás. Se trata de una variable que no depende de los vaivenes de la política local, y se toma como dato exógeno.
Lo segundo es la cotización del dólar, que en términos reales se encuentra (según el ITCRM del Banco Central) en los niveles previos a la asunción de Javier Milei. Considerando que el segundo semestre incluye elecciones y que luego de las mismas podría haber cambios en materia económica, es un dato que puede gravitar en la decisión de liquidar o no los stock remanentes de granos.
El tercer elemento que consideran los exportadores es el nivel de retenciones a la exportación. En este sentido, la rebaja anunciada el sábado puede ser un elemento decisivo, ya que modifica de forma directa la cotización que reciben los exportadores por cada tonelada de granos vendida al exterior.
Desde que el pasado 14 de abril se conformara el Acuerdo de Facilidades Extendidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), no hubo otra noticia económica más resonante que el anuncio del sábado en La Rural, cuando el presidente Javier Milei anunció la rebaja permanente de las retenciones a la exportación de carne y granos.
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